Bogotá, 12 de mayo 2023.
Señor Ministro de Defensa Nacional, Iván Velásquez Gómez –que cumple años hoy- así que feliz cumpleaños.
General Helder Giraldo Bonilla, comandante General de las Fuerzas Militares; general Mauricio Ospina Gutiérrez, comandante del Ejército Nacional; almirante José Joaquín Amézquita García, jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares; almirante Francisco Hernando Cubides Granados, comandante de la Armada Nacional; general Luis Córdoba Avendaño, comandante de la Fuerza Aérea Colombiana.
Funcionarios del Gobierno Nacional; brigadier general Luis Fernando Salgado Romero; director de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova; señores mayores generales, vicealmirantes, brigadieres, generales y contralmirantes de las Fuerzas Militares; señores oficiales del Curso de Altos Estudios Militares, CAEM.
En general, a todos y todas, los presentes.
Esta es una reunión machista -dirían las feministas-, un ‘mannel’, le dicen a eso.
Bueno, el objetivo de esta reunión que propusimos ¿ayer fue? eh, que no tenía que ver con la marcha, sino que fue antes que la propusimos más bien, con la intención de clarificar -en cierta forma- lo que nos proponemos como una estrategia de política de seguridad, en relación a los grupos armados en general.
La Policía no está aquí, precisamente porque no es exactamente el campo que tiene que ver con la seguridad ciudadana, con el hurto, con el homicidio común etcétera, sino explícitamente con esta que es –digamos- una derivación de la violencia en Colombia, que tiene su propia especificidad.
Ayer hablamos algo de esto en la conmemoración del 72 Aniversario del Comando de las Fuerzas Militares, y yo quisiera profundizarlo un poco. Ahora que, al menos, es un reto, más aquí, para ver que no produzca confusión lo que queremos, -más en medio de las burbujas de la prensa y, en realidad que se está construyendo, no es que lo tengamos claro en la cabeza una perspectiva de paz-, la prensa la llamó Paz Total, a mí el nombre no me gusta, pero ese ya es el nombre con el que quedó. Y un accionar, entonces, militar alrededor de esa estrategia.
Y en mi opinión -como lo dije ayer- la violencia en Colombia tiene fases diferentes. No es la misma desde hace 72 años. Confundir eso es errar, equivocarnos. Tener estrategias que se usaban para otras fases anteriores de la violencia, y pensar que sirven para esta, me parece que nos conduce al fracaso.
Esas tres fases de hace 72 años que cogimos –porque la violencia en Colombia viene desde que nos fundamos como República- pero digamos solo para hablar de este período que va concatenado -realmente son 72 años casi de violencia ininterrumpida, que va más allá de nuestras propias vidas antes-, esa concatenación –incluso- le da como una complejidad, porque es como una cebolla con anillos concéntricos, la cebolla completa es cada vez más compleja.
Pero los anillos que están en el centro -que fueron los primeros- aún están, sobreviven de cierta forma, son como ecos del pasado.
Si queremos esquemáticamente diferenciar esto en tres fases: la primera fase es la violencia liberal-conservadora -ya está lejos de nuestros recuerdos-, no está en nuestros recuerdos, están en los recuerdos de nuestros papás.
A mí, cuando era niño, mi mamá me contaba esas historias. Yo después las leí. Hay un libro que es el clásico en el análisis de esa época, cuando uno vuelve a leerlo –yo lo hice siendo joven- se llama ‘La Violencia en Colombia’, que lo escribieron unos sacerdotes: el padre Guzmán, es como el principal autor. Está Orlando Fals Borda, sociólogo que empezaba ese libro, casi que inaugura la facultad de Sociología de la Universidad Nacional.
Son dos tomos, cuando uno lo lee pareciera que uno estuviera viviendo lo relatado, que eso que pasó ahí fuera lo mismo que está pasando hoy. Digamos, ahí encuentra las raíces de muchos de los comportamientos de la violencia en Colombia.
Ellos intentaron su análisis del por qué. Un capítulo que se llama ‘La Patología de la Violencia’.
Pero, digamos, académicamente es un libro que yo creo que todo responsable militar y político, pero militar hoy, debería leer. Es un clásico; es, digamos, clave para entender porque nos da luces del hoy, sobre todo de la barbarie, del ¿por qué de la barbarie? y ¿por qué la violencia se viste de terror y de barbarie?
Es un recuerdo. Esto dejó una institución averiada en el camino, que fue la Policía Municipal. Ya hoy no existe la Policía Municipal. En ese entonces la Policía era municipal, cogió completamente el sectarismo político del momento, y se convirtió en un instrumento del Gobierno y no del Estado sino del Gobierno. Pues en la estrategia que tenían allí, que era a sangre y fuego, destruir la mayoría liberal que existía en ese momento.
Bueno, esto es historia, pero aquí lo que vale la pena es ver las estrategias, la política que llamaron de Seguridad, y el comportamiento de las instituciones que eran la Fuerza Pública.
En esa primera fase, indudablemente la Policía quedó incinerada, quedó metida como uno de los factores de la violencia: los ‘chulavitas’ les dijeron ‘los pájaros’, el nombre hubiera estado mal puesto, porque las Fuerzas Militares existentes, en este momento, tuvieron una actitud de mucha prudencia, de mayor prudencia, es decir, no se dejaron meter en el sectarismo liberal-conservador de la época.
¿Por qué se mataban entre ellos? Bueno, esa es una interesante discusión, pero se nos escapa del momento.
El café era la principal riqueza, en este momento no había drogas ilícitas, no existía eso, que sepamos. El café es una droga, pero lícita, y la riqueza colombiana gravitaba alrededor del café y, por tanto, del mundo rural.
La propiedad del café era muy democrática, no era ni una empresa pública ni corporaciones multinacionales sino campesinos, algunos ya prósperos, ricos, pero en realidad, labriegos en general.
Labriegos que la violencia se centró en la captura de esa riqueza que era el café. Allí apareció lo que hoy llamamos ‘desplazamiento’, ahí no lo llamaban así, ahí apareció el despojo, el cambio de posesión de la tierra, ahí apareció el desplazamiento.
Las ciudades grandes de Colombia tienen su raíz en ser grandes. Ahí comenzaron a ser urbes. Por el desplazamiento la urbe nunca pudo absorber económicamente la población que les llegaba entonces, se convertía eso en cinturones de miseria.
Buenos, aquí digamos, la política de seguridad no existía. El Gobierno más que el Estado, el Gobierno estaba comprometido con una acción de violencia por razones de tipo electoral. Existía previamente una mayoría liberal, se dividieron, ganó el Gobierno conservador, el Gobierno conservador era de minoría, sabían que los liberales eran mayoría de todas maneras y, entonces, se les ocurrió muy siguiendo el ejemplo europeo de aquellas épocas, que se podían iniciar políticas de exterminio.
En Europa, en unos años antes desde el 33 hasta el 45 –pues ustedes saben que las ideologías de extrema derecha, pues terminaron imponiendo un genocidio allá que según los cálculos ya va ser de 50 millones de personas, y una Guerra Mundial que involucró todos los ejércitos incluso, los aliados eran tanto de un bando socialista como del otro.
El fin de esa guerra europea que es mundial, es lo que inicia la Guerra Fría pero a nosotros nos llega más tarde.
Entonces, aquí lo que tenemos es la violencia liberal- conservadora, la inteligencia que era el SIC, se convierte en un aparato de tortura y de asesinatos. La Policía se convierte en un instrumento de acción pro violencia política.
Y es el Ejército que brinda una salida que al final tiene que ver con (Gustavo) Rojas Pinilla, históricamente hay una semi-raíz política, pero yo nunca la conocí.
Y después la Junta Militar –esto es un Golpe- pero el Golpe no lo dieron los militares, ahora que se puso de moda hablar de este tema, el Golpe lo dio un sector conservador contra otro sector conservador y, ahí en eso, ya le tocó a Rojas asumir el poder. De eso hay historias escritas.
Pero la actitud militar fue intentar -digamos con los elementos que pudiera tener en el momento- la pacificación del país. Y ahí hubo una amnistía, un plebiscito, hubo problemas que quedaron en la mente de la insurgencia hoy que fue la muerte de varios de los que firmaron la paz, todos guerrilleros liberales.
Guadalupe Salcedo tenía 10.000 hombres a su mando, es decir, la correlación de fuerza de ese entonces, era que los campesinos pudieran ganar. Quizás allí nació la idea de: mejor hagamos la paz.
Digamos, si el campesinado hubiera tenido una mayor formación militar, una estructuración de un Ejército rebelde, indudablemente Colombia hubiera vivido lo que, exactamente, vivió España, o lo que se podía denominar con certeza: una Guerra Civil Y con un Ejército muy fuerte del lado campesino.
Esos comandantes guerrilleros, liberales, ahora, ¿por qué los liberales se volvieron guerrilleros? ¿De dónde surge, digamos, el concepto de guerrilla? El concepto de guerrilla nace, o llega a nosotros, a través de los españoles.
Cuando los españoles, por allá en 1812, creo que es la fecha, son invadidos por Napoleón, los españoles resisten con guerrillas, y al final estancan el Ejército napoleónico y lo sacan de España.
Ese pedacito de tiempo es el que aprovechamos nosotros aquí para dar los gritos de Independencia, siempre a favor del Rey, porque el Rey había sido ‘defenestrado’, por Napoleón, Napoleón conquistaba España, pero nos dio el chance aquí de liberarnos, después volvieron los españoles que fue la reconquista.
Pero esas formas, digamos, que tuvieron los españoles para luchar contra el Ejército napoleónico, que era el Ejército más poderoso del mundo, en ese momento, aquí, lo usaron los que llamamos ‘Patriotas’. Eso fue lo que hizo Santander y otros muchos, después de la Reconquista para tratar de salvarse.
Los que se fueron, ahí se salvaron; los que se quedaron en las aldeas, en las ciudades que no eran ciudades, los fusilaron. Y por eso La Pola (Policarpa Salavarrieta) murió, pero sus amigos no murieron, porque estaban en una forma de resistencia, etcétera, pero yo no me voy a la historia.
Eso ha quedado en la sociedad, en la estructura de la sociedad a través de la historia, y por eso cada vez que hay un choque, social - político, casi que de inmediato, la forma de defensa es la guerrilla, eso está en la mente del campesinado, por generaciones.
A través del paso de los tiempos, así se usó en La Guerra De Los Mil Días, por ejemplo. Y en esta época, que es de la que estamos hablando, y me interesa concentrarme, pues esa fue la respuesta liberal.
Este país era mayoritariamente campesino, o sea que era a las montañas y esas guerrillas se fueron a las montañas, en los llanos, en el Piedemonte Llanero, y al final este conflicto se solucionó a través, primero, de un paso militar hacia la reconciliación, y después los políticos decidieron un acuerdo que se llamó el Frente Nacional, firmado por los Lleras, Alberto Lleras, era el del lado liberal.
Los Lleras, para que tengamos eso claro, eran los constructores de guerrillas liberales, para que lo tengamos claro en la historia. Ellos se dedicaban, en el momento difícil, a ir hacia esas regiones, a tratar de mantener y estructurar los cuerpos armados que se configuraban de campesinos, dentro del Partido Liberal.
Un pedazo de eso se salió, y empezó la lucha entre limpios y comunes, el pedazo que se salió, ya gravitó hacia el Partido Comunista, y ahí empezó otra fase. Pero menciono lo de los Lleras, porque los Lleras fueron presidentes, y la verdad sea dicha, si uno mira hacia atrás, fueron buenos presidentes.
Para la época, Lleras Restrepo, Carlos Lleras Restrepo, quiso hacer la Reforma Agraria, empezó con Alberto Lleras. Alberto Lleras murió andando en bicicleta, de viejo en Chía, o sea su nivel de ¿cómo será eso? de percepción de la vida no es como el de hoy, no murió en el lujo, fue presidente de Colombia, pero no uso la Presidencia para enriquecerse, sino que murió como cualquier parroquiano, humilde, llamémoslo así, de clase media, se movilizaba en bicicleta y ahí murió.
Los Lleras dieron, ambos, la idea de que viendo lo que habían vivido, sin ser de izquierdas porque nunca lo fueron, habiendo estado en las montañas, porque lo hicieron en ese momento del conflicto, sin usar armas, ellos no fueron combatientes sino estructuradores.
La segunda fase, lo hubieran dicho ideólogos, entendieron que el problema de la violencia que surgía allí tenía un trasfondo que era la tierra. El tema de tener la tierra en un mundo campesino mayoritariamente agrario.
Bueno, así pasó, digamos, esa fase. Y entramos a la segunda, porque el pedazo de guerrilla liberal que no entra, que deja de ser liberal, y ahí ustedes encuentran a Manuel Marulanda Vélez, pues se liga a algo que estaba pasando en el mundo.
Y es que en el mundo había comenzado en serio la Guerra Fría. Y entonces el mundo en todos sus continentes, los cinco, empezaba a polarizarse, llamémoslo así, las juventudes, el mundo intelectual, las sociedades, en una discusión que era la política del momento, la división del mundo entre el bloque socialista y el bloque capitalista.
Los movimientos de liberación nacional de África se ligaron así, hicieron alianza con el bloque socialista y eso daba la mayoría del mundo y entonces, obviamente, la tensión podía llegar incluso a la guerra nuclear. Bueno, esas historias ustedes las conocen bien. Nunca se llegó a eso.
El mundo socialista ‘implosionó’ sin guerra y sin violencia, relativamente. Fueron sus propias sociedades las que, digamos, evaporaron ese tipo de sistema. Podríamos hablar de eso mucho pero tampoco es el tema de esta conferencia, solo el dato, eso existió.
¿Por qué falló? Porque el Estado es un mal reemplazante del mercado y el mercado no y el mercado no se acaba por decreto. Pero aquí en Colombia, que es lo que nos interesa, el conflicto en vez de acabarse, que era como se suponía iba a suceder, cambió de forma, se vistió de otra manera.
Esto tiene un momento histórico, donde realmente es el punto de partida, que es la Batalla de Villarrica, no sé si ustedes han leído eso, pero yo creo que ahí comenzó esta fase, y creo que comenzó.
Hubiera podido ser otra la historia, es un campesinado armado en medio de la violencia liberal, pero que no es liberal, es comunista, y llega el batallón Colombia, que venía de Corea, y el Gobierno le da la orden de destruir. Eso que eran unas cooperativas, le llamaron repúblicas independientes, y hubo una batalla de un año.
Eso no lo veríamos hoy, era una guerra de posiciones, ahí no estaba Marulanda Vélez, ahí no existían las FARC, pero indudablemente da inicio a una nueva fase, que es lo que llamaríamos la insurgencia. Arranca ahí, se extiende realmente con las FARC, propiamente dicho, cuando las FARC entra al partido Comunista.
Esto se inscribe directamente en la Guerra Fría y el Partido Comunista es abiertamente pro soviético, pro Moscú, además, porque ese mundo estaba ahí dividido.
Es la única guerrilla latinoamericana, la única, que ha estado vinculada al mundo soviético. Las demás ninguna, las demás ninguna, las demás nada más giraron alrededor de Cuba y otras visiones, pero esta es la única.
Por eso ustedes encuentran gente que ahí habla ruso, que estudió en el mundo soviético. Timochenko se llama Timochenko por eso, Timochenko era un general soviético de la segunda guerra, etcétera. Y aquí hay entonces otra fase.
Esta fase hace que la Fuerza Pública, toda, Policía, Ejército. La policía ya es otra, Policía Nacional ha salido completamente reconstituida, los cuerpos de inteligencia, etcétera, se inscriben en una estrategia para acabar la insurgencia.
Esa estrategia, pues, le interesaba muchísimo a los Estados Unidos de América, porque es el eje de uno de los frentes de la confrontación mundial, le interesaba también al otro eje, la Unión Soviética, no tengo datos de que la Unión Soviética realmente haya ayudado en armas o en hombres.
Las armas siempre fueron americanas, bueno, es el mundo del Che Guevara, etcétera.
Pero qué nos deja a nosotros como política de seguridad y como mensajes. La inteligencia se vuelve política ideológica, porque aquí la ideología juega un papel fundamental, lo que no jugaba en el conflicto pasado aquí sí.
La ideología, pues de izquierdas en un lado, la ideología de derechas del otro lado. El Ejército aquí ahí sí toma partido ¿Cierto? Y las escuelas y la formación, etcétera, pues tiene que ver con este tipo de ideologías, lo mismo del otro lado, el estudio de libros, etcétera.
Aquí un combatiente insurgente entra por ideas o por reacción social, sobre todo en el mundo rural. En el mundo liberal y conservador entra por afinidad tradicional. Mi papá fue liberal, yo soy liberal, mi papá fue conservador, yo soy conservador, aquí hay otro tipo, digamos, de comportamiento del ser humano, que se liga más a la ideología.
En cierta forma, los cuerpos militares que se forman alrededor de la ideología son muchísimo más fuertes, resisten, porque en el ser humano los principios son fundamentales. No es por hambre, no es por... Las banderas se vuelven banderas ideológicas.
Ustedes ya tienen un recuerdo, ya no un recuerdo porque muchos de ustedes, sobre todo los que han llegado a este grado, vivieron esa época, parte de esa época, yo también.
Ustedes de un lado, yo del otro. Este es un mundo en donde la guerra es política ¿Cierto? La inteligencia se vuelve política. El cerebro militar se vuelve político.
Claro, como toda guerra es destruir el uno al otro, si la insurgencia destruye al Ejército, cambia el poder y el Estado. O al revés, ahí no cambia el poder y el Estado, se defiende el poder y el Estado.
En medio de esas confrontaciones, que no fueron solo en Colombia, el caso de Indonesia impactó mucho en Colombia, porque en Indonesia sin estar en guerra, la estrategia que se usó, porque era el partido comunista más grande del mundo, fue el aniquilamiento de ese partido, que era de civiles. Eso se trajo aquí, y hace una de las peores páginas de nuestra historia.
¿Cómo se trajo? ¿Por quién? Bueno por los estrategas que en el mundo estaban metidos en la Guerra Fría, que estaban luchando por cada pedacito de los continentes para ver quién ganaba y quién perdía. Que a la postre no sirvió de nada, digamos, porque el enemigo no se acabó en el combate militar, sino que se acabó por sus propias sociedades.
Eso fue en 1991-93. Ahí, 93, 91, 89, bueno, entonces los... Cada país iba haciendo movilizaciones ciudadanas y los Gobiernos iban cayendo y el bloque soviético desapareció. De eso no queda sin un eco en Cuba y el bloque soviético desapareció, de eso no queda si no un eco en Cuba, en Corea del Norte, y una cosa difícil de analizar y que es necesario analizar porque va a tener una gran preponderancia, ya la tiene, que es China, el papel de la China actual.
Es un eco porque la China actual no es la misma China de ese entonces, para nada, digamos, China debe ser analizada estratégicamente incluso por todos nosotros, para mi es una gran incógnita, porque tiene un poderío económico un tanto artificial, pero lo tiene; tiene una enorme capacidad tecnológica; tiene una política mundial que no es la misma de la Unión Soviética, va a tener digamos en los próximos años y décadas un papel protagónico. América Latina ya está girando a muchos de sus países hacia China, nosotros no, pero ahí hay un tema que dejo en puntos suspensivos.
Eso es lo que queda en el mundo de esta fase, ¿y en Colombia que queda? Quedan unos procesos de paz porque una guerra política es fácil de solucionar porque es política, la política es como se accede al poder o como se sostiene en el poder; la política gira alrededor del poder, y digamos, negociar sobre el poder siempre es posible, pues lo hicieron los Liberales y los Conservadores en el Frente Nacional, negociaron sobre el poder, bien o mal eso fue lo que paso, la solución política que fue un distribución del Gobierno milimétrica, pues fue lo que permitió que ellos se dejaran de matar entre sí, en cierta forma, fue una solución política.
El mundo desde la segunda fase tuvo también una solución política, la iniciamos nosotros en 1984, fracasada, triunfo en el 89, se hizo, nos dio la constitución del 91 que ahora nos rige a todos, hay ciertos pedazos de la guerrilla como pasó en la misma primera fase, entonces sí, no, esperen, y llegó a 1993, 1993 la fecha en que arranca esta fase y entonces es la que debemos ver y conocer mucho más profundamente si no queremos errar, si usamos las estrategias de la segunda fase, la lucha insurgente en la tercera, nos equivocamos porque ustedes aquí en la tercera ya no tienen combatientes al frente con principios, ideas, una fuerza ideológica, puede ser cierta, no puede ser, pero eso no lo encuentran, eso no está ahí, hay ecos de esa época pero no es.
Esta tercera fase, 1993, esta cruzada por dos circunstancias, una mundial y una nacional que me parecen claves para definir; una, la Unión Soviética ya no existe, es decir, el conflicto ideológico en el mundo que habíamos presenciado, dejó de existir, y dos, las Farc, que son rechazadas, ahí hay una historia un poco ambigua, no se sabe si las rechazaron o ellos no quisieron, no aceptan la constitución del 91, recién se había firmado, la mayor parte de la insurgencia se metió a la Constitución del 91; las guerrillas más fuertes en ese entonces numéricamente eran el ELPL, el Ejército Popular de Liberación, de línea maoísta y el M-19, fuerte popularmente, las Farc eran muy débiles, todavía tenían armas de la primera fase, carabina San Cristóbal por ejemplo, y campesinos todavía con la mentalidad de la primera fase, se ponían escudos rojos y cosas del mundo soviético pero la mentalidad seguía siendo muy de los guerrilleros liberales de la primera fase.
Aquí en el 93 no hay Unión Soviética, no hay un faro, no hay una narrativa, no hay un discurso, realmente lo que hubiera sido correcto por parte del mando de las FARC era haber transitado hacia un acuerdo de paz, cómo hicieron muchos en todo el mundo, porque las guerrillas que había en todo el mundo cesaron; las centroamericanas cesaron, las centroamericanas podían ganar la guerra, la salvadoreña era fuertísima, tenía medio país en toda la capital.
Pero, digamos, el cambio del contexto mundial hizo que una idea precursora en Colombia porque no estábamos imitando algo, se irradiara, que fueron los acuerdos de paz. Los suramericanos entraron en proceso de paz; en uno las guerrillas llegaron al poder como Angola, en Argelia, en otras no, cómo en Birmania, etc.
Pero, los acuerdos de paz fueron pacificando el mundo que venía de una guerra ideológica.
Vietnam recibió al Presidente de Estados Unidos, los vietnamitas les ganaron a los norteamericanos, pero hicieron las paces simbólicamente, ahora son bastante capitalistas, nos ganan en la producción del café. Bueno, ese mundo se acabó entramos en otro y en este otro las Farc decidió mantenerse en armas. Y el bloque soviético desapareció, de eso no queda si no un eco en Cuba, en Corea del Norte, y una cosa difícil de analizar y que es necesario analizar porque va a tener una gran preponderancia, ya la tiene, que es China, el papel de la China actual.
Es un eco porque la China actual no es la misma China de ese entonces, para nada, digamos, China debe ser analizada estratégicamente incluso por todos nosotros, para mi es una gran incógnita, porque tiene un poderío económico un tanto artificial, pero lo tiene; tiene una enorme capacidad tecnológica; tiene una política mundial que no es la misma de la Unión Soviética, va a tener en los próximos años y décadas un papel protagónico. América Latina ya está girando a muchos de sus países hacia China, nosotros no, pero ahí hay un tema que dejo en puntos suspensivos.
Eso es lo que queda en el mundo de esta fase, ¿y en Colombia que queda? Quedan unos procesos de paz porque una guerra política es fácil de solucionar porque es política, la política es como se accede al poder o como se sostiene en el poder; la política gira alrededor del poder, y digamos, negociar sobre el poder siempre es posible, pues lo hicieron los liberales y los conservadores en el Frente Nacional, negociaron sobre el poder, bien o mal eso fue lo que paso, la solución política que fue un distribución del Gobierno milimétrica, pues fue lo que permitió que ellos se dejaran de matar entre sí, en cierta forma, fue una solución política.
Y hubo un tercer elemento que determina esta época, la mafia que venía creciendo y era urbana, digamos los carteles famosos, de Medellín, de Cali, etc, deciden que en vez de comprar coca, pasta de coca u hoja de coca de Bolivia y Perú, que tenían grandes plantaciones, se siembra en Colombia, Colombia no tenía grandes plantaciones hasta el 93, eran indígenas y marginales, y en el 93 empieza la irradiación de cultivos de hoja de coca en zonas que hayan sido de selvas. Allí ya había un campesinado, un campesinado uno, que estaba con las Farc antes de la hoja de coca, estaban era en la segunda fase, era el campesinado que habían desalojado por la violencia de la primera fase, Liberales, si ustedes miran el Caquetá, los dos Ríos qué hay ahí, el Orteguaza y el Caquetá, en el Orteguaza se hicieron las familias conservadoras que huían, y en Caquetá se hicieron las familias Liberales que huían.
Cuando eso pasa a la segunda fase, las familias conservadoras del Orteguaza se ligan al M-19 y las familias Liberales del rio Caquetá se ligan a las Farc. Estas son cosas que son importantes conocer.
En la tercera fase pues todo eso se vuelve de Farc, ¿cierto? todo eso pasa a una articulación incluso en el mundo con lo narcóticos. Es decir, las Farc deciden ante la caída del mundo soviético, vincularse digamos a una guerra que empezaba a ser financiada, ellos le llamaban gramaje, quizás no lo vieron tan importante, gramaje, que es un impuesto a los cultivos de hoja de coca, y crecieron como nunca, cómo nunca guerrilla alguna desde los tiempos liberales había crecido.
Las guerrillas se contaban por miles, estas empezaban a hablar ya de una cifra por encima de 10 mil como Guadalupe Salcedo, solo que a través de un sistema que es lo que marca esta fase, o sea, poder construir un ejército a partir del dinero de la hoja de coca o de la coca.
Eso fue ascendiendo, el gramaje fue primero sobre la hoja de coca, después sobre la pasta, después sobre los kilos de coca, y paulatinamente en el tiempo fueron ascendiendo en la cadena del narcotráfico. No fueron los únicos, todo lo demás empezó a construirse, lo que quedó de los paramilitares, lo que quedaron de otras guerrillas, las nuevas formaciones, toda empezó a girar alrededor de lo que llamamos la economía ilícita.
Y esa es la tercera fase, algunos todavía tienen La Estrella Roja o cosas de esas, pero son ecos del pasado, este es el corazón de la tercera fase, la economía ilícita.
Entonces, sobre esto es que tenemos que construir una estrategia, una política pública de seguridad y una posibilidad de paz porque esto es igual de violento, termina matando, la muerte no tiene diferenciación ideológica, termina desestabilizando y termina impidiendo que podamos construir una nación.
La economía ilícita entonces es el corazón de la tercera fase, es dinero puro, simple y sucio, ya no es la ideología, ya no es la tradición política, y entonces, cómo varían las estrategias desde el punto de vista de la fuerza pública que es el interrogante, o sea, no es lo mismo que cuando la política era la tradición, no es lo mismo cuando el conflicto era la ideología, y el conflicto social ahora es la economía ilícita.
Y entonces lo que yo quiero decirles, en primer lugar, es que no podemos usar las mismas estrategias del pasado, porque ahí mismo nos estrellamos. Así las siglas sean las mismas y cosas por el estilo, esto es diferente, lo estamos viendo en la práctica con el ELN, que por su acercamiento nos permite ver su realidad.
Entonces, el ELN tiene unas personas de edad que vienen de atrás de la segunda fase: metimos a Gabino en Cuba, Gabino casi que viene de la primera fase, campesino de Santander, recorre toda la segunda, se vuelve jefe comandante del ELN, se enferma y ahora lo metimos un tanto, y ellos mismos quisieron, porque todavía es como recoger lo que queda de la segunda fase que todos son viejos, bueno, cada persona es diferente y eso se sientan en la mesa y hablan, algunos de ustedes habrán visto eso.
Pero, ¿mandan? Ahí cada uno de nosotros tiene muchos interrogantes; ¿realmente mandan o el ELN de hoy, Antonio García le llama la nueva generación? Eso tiene otra lógica que es la de ellos, ellos tratan de ‘acomodarse’ pero la otra lógica parece ser muy diferente, los frentes son autónomos, son federales, giran todos alrededor de la economía ilícita.
Poco tienen que ver con el padre Camilo Torres, eso es segunda fase, tienen la misma bandera, eso sí, pero su razón de ser es la economía ilícita. Algunos de esos frentes por su autonomía se podrían acercar a nuestra posición, es decir, bueno hablemos de paz, pero hay que resolver el tema de la economía ilícita porque si no, no, pues ¿para qué?
Si la economía ilícita da unas jerarquías de poder, da unas magnitudes militares y por tanto de control territorial, y por tanto de poder, la economía ilícita da poder, pues entonces para que se negocia con nosotros.
La economía ilícita tiene sus formas de mantenerse en el territorio, que es el terror y el dinero. La economía ilícita No nos tiene enemigos, no es insurgente. Miren el cambio, mientras en la segunda fase la guerrilla iba por el Estado y por tanto contra los que defendieran ese Estado, ésta no nos tiene enemigos, si nos dejan traquetear, no hay problema, hace pactos. Los mandos de la estructura de la fuerza pública que se colocan en el territorio siempre tienen dos opciones, siempre.
En la segunda fase no, la segunda fase no era hagámonos pasito, no, porque no había qué, o él me destruye o yo lo destruyo. En esta hay dos opciones, compartimos el negocio y yo los dejo.
Y los otros no están interesados en destruir el Estado desde el punto de vista ideológico, ni cambiarlo de nada, simplemente traquetear. Y entonces aquí ya hay un gran peligro para la Fuerza Pública, y es que, al deshacerse la confrontación ideológica mental, lo que queda es el dinero, y el dinero pues actúa sobre cualquiera de nosotros, eso no es, actúa sobre cualquier ministro, actúa sobre cualquier persona, porque este es un mundo que nos ha construido culturalmente alrededor de un tipo de riqueza, de codicia, etcétera.
El dinero puede quitar el poder del Estado en el territorio. Uno, esa es una característica. Entonces, la otra opción es destruirlos. Si no se destruyen, ellos cada vez serán más poderosos. No es como en la ideología, en la fase ideológica todo dependía de que fuerzas de la sociedad creyeran en el proyecto político insurgente, tenía que haber un convencimiento, tendría que haber una realidad.
Cuando Samper ataca a los campesinos de la hoja de coca, que no estaban con las Farc, por allá en el 96, unos años que comenzaba esa producción de hoja de coca, ellos y sus hijos se pasan a la FARC, que es cuando crece. Pero en esta, ellos crecen por el dinero, ellos pueden crecer, tener dos mil hombres, ¿cómo hacen para tener tres mil hombres armados? Pues compran los fusiles y pagan a tres mil.
Si tienen el dinero, lo hacen. Contratan los que saben de acción militar, capitanes retirados, mayores retirados, guerrilleros retirados, todos saben de la acción militar, no es sino pagarles y obtienen un conocimiento que se generó antes, pero que ahora ellos lo chupan. Pueden pagar incluso a mercenarios extranjeros si quisieran. El dinero les permite tener un ejército, entre más poderoso, más grande el ejército. Es decir, puede poner en peligro la estabilidad misma de una nación, como está pasando en Haití.
O pueden simplemente, por puro pragmatismo, decir, no, pues me interesa, es el territorio que me sirve para que el negocio continúe, un pedazo del territorio nacional, obviamente choca contra la constitución, etcétera. Entonces, aquí, ¿cuál es la estrategia nuestra? Que es un poco el objetivo de esta reunión, ¿cuál la política de seguridad más eficaz? Sabiendo que estamos en otro contexto y en otra realidad.
Lo que decíamos ayer es que esa política es político-militar. Es decir, que tiene que tener dos tijeras, dos brazos de la tijera para que corte, si no, no corta. Una, una realidad ineficaz del Estado que hay que superar.
El Estado no tiene control del territorio. Y lo logra no sólo a partir de las armas, lo logra a partir de lograr que un territorio prospere económica y socialmente. Y aquí no sabemos hacerlo. Aquí hay una de nuestras debilidades. Si yo voy a Santo Domingo, lo decía por allí, en Santo Domingo Cauca, arriba de Tacuayó, donde se firmó el Acuerdo de paz del M-19, y le miro la historia de ese lugarcito pequeño, que son como diez casas, y el páramo ahí más arriba, en esta época, desde que se firmó el Acuerdo, en el 89 a la fecha, o sea, ya más de treinta y pico de años, ¿cuál es la historia de ese lugar?
Pues ustedes verán que pues estaba el M-19, sale, entran las Farc, no el Estado, entran las Farc y ahí se queda todo el tiempo, hasta que firma su Acuerdo de Paz, y sale, y no entra el Estado, entra es, pues no sé qué es la disidencia que anda por ahí, que ya es de la economía ilícita, ya no tiene nada que ver con el pasado y ahí está, y ya pasaron treinta y pico de años entonces la pregunta es y el Estado, tuvo varias oportunidades de controlar el territorio y no y entonces aquí tenemos un problema en la estrategia de seguridad en Colombia, que es como un territorio de esos, se vuelve próspero y entonces ya no se deja interpretar por algún tipo de actor armado sino que construye su formas de participación ciudadana y sus decisiones políticas etcétera.
Ahí hay un punto, un punto que nosotros y, ese no es deber de ustedes, tenemos que superar, cómo volver un territorio de los que tenemos en un territorio próspero, eso es política social, eso es universidades, eso es salud, eso es política de vivienda, eso es una política agraria porque todos son agrarios, eso es, digamos un paquete integral que nos permita y las entidades civiles del Estado tendrían una responsabilidad enorme, pero hasta el día de hoy, en eso hemos fracasado.
Y debemos lograrlo porque si no la paz se nos esfuma permanentemente. Por qué se nos esfuma permanentemente, porque esta fase puede tener ejércitos eternos, ya no dependen de la política, ya no dependen de factores solucionables en la realidad, si ustedes miran en Medio Oriente o áfrica, ahí ya tampoco ustedes encuentran las banderas ideológicas ni nada de eso.
Cuáles son los Ejércitos que se construyen en África, los que están alrededor de riquezas, diamantes, piedras preciosas, cuáles son los que se construyen en el Medio Oriente, los que se construyen alrededor del petróleo, si hubiera habido una guerra entre Colombia y Venezuela como soñó Trump, ahí no es que un país le gane a otro, ahí es que, en la desazón, empiezan los grupos armados, incluso del Ejercito mismo, a tomar los pozos de petróleo y a vender el petróleo y armarse.
Lo que tendríamos hoy sería Siria, porque aquí todos sabemos pelear, entonces lo que tendríamos es Siria, con una complejidad para resolver eso que nadie podría tener realmente en su cabeza, porque entraríamos a la fase de las guerras del siglo 21 que son estas. La de que se construyen ejércitos fácilmente alrededor de la riqueza y si la riqueza dura, la riqueza y, si la riqueza dura, el ejército se mantiene, por eso si la economía ilícita dura, los cuerpos armados, alrededor de ella, se pueden mantener, porque ya no les duele, y ustedes lo pueden ver, a diferencia de la segunda fase, en que estos cuerpos entran en combate entre si permanentemente.
Antaño la guerrilla, solo esporádicamente, tenía conflictos entre sí, las más de las veces tenía alianzas, la coordinadora guerrillera Simón Bolívar, hoy viven peleando todos los días, eso no es porque sí, eso es porque están peleando por el territorio de la economía ilícita y entonces se mataron y cayeron 20 y los meten en una volqueta y los botan como si fueran ladrillos en un cementerio. No les interesa el ser humano ahí, ya no son sus combatientes ideológicos, no es el compañero, la compañera que cayó, es un insumo que compraron con plata, les pagaron sueldo, se murieron, van al otro día y vuelven con la plata y los reemplazan.
Y por eso pueden ser eternos he ahí la dificulta, por eso pueden prolongarse en el tiempo porque mientras haya un mercado que permita contratar personas hacia la guerra, pueden seguir, y ese mercado que lo da, la ausencia del Estado, la pobreza del territorio, la juventud sin nada que hacer, millones de personas a hacer eso, millones, entonces cuándo van a terminar, no, podemos pasar décadas y se acabó.
Claro, quitar el mercado es una parte de la estrategia, política social, ahora, cómo quitamos la economía ilícita, que es la base de todo, cómo la destruimos, cómo logramos que ese oro y esa cocaína, que es la extorsión más difusa, como fuentes de financiación, se cierren como un grifo y dejen de financiar la compra de personas y la compra de armas.
Son dos estrategias, por tanto, cómo el territorio se vuelve próspero y cómo se destruye la economía ilícita, pasemos digamos al punto final entonces ahí qué papel juega la Paz Total, que llama la prensa, ósea la posibilidad de una negociación, que es difícil porque todos están en economía ilícita y ahí en eso hay una vulnerabilidad y es que nuestra normatividad diferencia la negociación política, que es propia de la segunda base del conflicto, lo que es política era versada sobre el poder a el sometimiento a la justicia que es como lo llamamos, que es una negociación jurídica, se establece entre jueces y delincuentes, no es política, no versa sobre el poder, versa sobre cuantos años de cárcel, cuanta verdad entrega, que información entrega etcétera.
Es una negociación jurídica no política, la política versa sobre cómo son las elecciones, de si van a tener congresistas que, si no van a tener congresistas, etcétera. La nuestra versó sobre cómo hacer una constitución entonces digamos aquí en el mundo de la economía ilícita, la negociación política es ingenua, aquí lo que importa es la negociación jurídica, la extradición, etcétera.
Y nos mete en una complejidad, porque nosotros estamos en los dos mundos y el conflicto se va volviendo cada vez de un solo mundo, esas son afujías de nosotros, si se estable una negociación con un grupo, ELN, en este caso, que está ahí, y es la única realmente existente, tuvimos una experiencia con el Clan del Golfo, que deberíamos analizar bien.
Entonces la experiencia ELN, no está en cese al fuego, no lo quisieron, digamos hay una guerra en el territorio, sobretodo de ellos con otros grupos, no con el Estado, el ELN ha variado, por ahí de vez en cuando es que se acuerda, no es un grupo insurgente como antaño, está peleando territorio por la economía ilícita, Arauca, Chocó, Cauca, Nariño.
Eso está en negociaciones con nosotros, con los viejos, nosotros estamos tratando de que los mandos medios jóvenes entren, pero ese papel de esa negociación, respecto a la economía ilícita, cómo nosotros lo metemos en algo que sea coherente como una política de seguridad, porque, y este es el caso del 'Clan del Golfo', el 'Clan del Golfo' puede decir, sí, aceptamos cese al fuego, lo dijo. ¿Y cómo concibió el cese al fuego?, a que el Estado no viene a luchar contra nosotros, No se mete aquí en el territorio pues chévere, porque nosotros seguimos haciendo lo que estamos haciendo, que es traquetear, cobrarles a los señores que se van por el tapón del Darién, las señoras, lo que es, hacen, sicariar, sicariar porque es el método de cobrar la extorsión, se nos aumentan los homicidios en las ciudades de la costa, etcetera.
Dialogar con el mando que esté ahí, porque ahora sí hay una papaya, ¿cierto? porque ese mando no me va a atacar porque el Gobierno dijo que había un cese al fuego, entonces él no me debe atacar a mí, entonces yo estoy, si yo soy del 'Clan del Golfo', estoy en el mejor de los mundos, porque el mando militar o policial que esté ahí cerca, pues hasta se puede tomar un trago conmigo, lo invito, y él ya no me va a fregar porque él dice que tiene la orden de no fregarme, y yo mientras tanto voy empacando ahí el alijo y va saliendo y voy haciendo lo que es ese tipo de economía ilícita, y crece, y al crecer, compra más fusiles, contrata más hombres, se va adueñando del territorio, y llega un momento en que el mando no le gustó y ¡pum! le pega un tiro, mata los policías, mata los soldados y sigue, no porque quiera tomarse el Estado, ya no es para eso, ya no es una estrategia de destrucción del Ejército para llegar al Palacio de Nariño, no, es por control del territorio, punto, no va más allá, simplemente le interesa el territorio, pero cada vez será más poderoso, cada vez será más dueño de ese territorio, cada vez más sujetará la sociedad que vive en ese territorio al pueblo, y entonces nosotros leeremos en nuestra constitución, pero si tenemos una soberanía, si nuestra función constitucional es cuidar de la vida, honra y bienes, etcétera, de la ciudadanía, entonces ¿en qué estamos?
Y aquí donde yo creo que aparece algo que se nos va volviendo confuso, y es la materia de esta conferencia, que no es por ahí que tenemos que trabajar esta política de seguridad, no es así, así vamos hacia el pantano, así nos ganan, así en cuatro años esa gente tiene 20.000 hombres, cada uno, por ese camino y después nos cuelgan, después las tasas de homicidios se nos vuelven por allá como las de Pablo Escobar, como está en México.
No es sino mirar México como está en, bueno, en muchos lugares ya de América, peores que nosotros, y perdimos el año.
Entonces ¿cuál la política que debemos establecer en mi opinión, conjuntamente porque ustedes tienen todas las experiencias en esto?
La experiencia del 'Clan del Golfo' nos mostró que apenas fuimos por las dragas y las dinamitamos, estalló el paro, o sea, que no dinamitáramos las dragas.
¿Qué nos mostró eso? Que el tema sí eran las dragas, ahí en esa región, eran las dragas, pero ¿qué más nos mostró eso? que el ámbito social que hay allí depende es de que existan esas dragas, porque los mineros ya no cogen esa cosa que hacían antes, se hacían así y quedaban las pepitas del oro, ya no son esos mineros, porque la excavación se va volviendo cada vez tan honda que ya esa vainita no coge ninguna pepita de oro.
Entonces necesitan de la máquina. La máquina va destruyendo el río y va produciendo un desastre, como todos sabemos, ambiental, estamos perdiendo los ríos, enfermando a la gente con mercurio, pero la lógica económica es que cada vez la máquina tiene que hacer el hueco más hondo para sacar oro y la máquina la pone el 'clan'.
Entonces la gente depende del 'Clan'. Si vamos a atacar al 'Clan', nos tenemos que levantar a la gente y estamos en una complejidad que fue la que vivimos estos meses que pasaron.
Copamos el territorio, militarmente, la Armada, la Fuerza Aérea ayudó, copamos el territorio, el paro siguió, hubo que establecer una negociación social con los mineros, que espero se esté cumpliendo, porque van los funcionarios, hablan y después no vuelven, y medio logramos salir de la situación, del bloqueo carreteras, etcétera.
Yo le pedí al general que la tropa permaneciera, es decir, si la tropa copa el territorio, hay dificultades hasta que los tipos del 'Clan', que estén por ahí empiecen a permear la tropa, porque lo hacen es con dinero, y nos empiezan a debilitar aún con la presencia de la tropa allí, ellos apuntarán a los mandos, eso es como la tentación de San Antonio, golpear, no necesitan el combate, nos van permeando a partir del dinero, y empieza a aparecer esa simbiosis, que es fatal, digamos, para la integridad democrática del país, porque no tenemos fuerza para atacarlos, tenemos un puño, cuando el puño va a llegar, se deshace, y ellos van creciendo, van tomando, se van convirtiendo en un gigante armado, hasta que nos puede hacer arrollar, si seguimos en esas lógicas.
Esas son experiencias, digamos, 'Clan del Golfo', lo que vivimos en el territorio, eso se puede contrarrestar fácilmente, la tropa se mueve, fluye, tiene que fluir, un mando no puede permanecer mucho tiempo, claro, pueden haber mandos seguros, serios, pero la prevención es fundamental, porque el arma del enemigo no es el fusil, es el dinero, es el dinero, y ese dinero entra de otra manera, entonces, si uno mueve la tropa, los mandos, de región en región, es posible que guarezcamos, digamos, la ética, y nos guarezcamos de su principal arma, que es el dinero.
Tesis, que les dejo en el tintero, destruir la cocaína, porque la del oro es la draga, hasta que se inventen otra cosa, porque se pueden inventar otra cosa, pero la cocaína, hasta ahora la estrategia ha sido fumigar hoja de coca, con glifosato, esa era la estrategia fundamental, eso fracasó, los gringos dicen que no, pero fracasó, lo tenemos prohibido constitucionalmente por la Corte, pero en realidad como estrategia fracasó, porque cuando se golpea la hoja de coca, se golpea al campesinado, y ese campesinado por generaciones, como lo hemos visto aquí, ha estado con las armas, sabe coger las armas, puede defenderse con las armas, recuerda al padre, recuerda al abuelo, inmediatamente, sabe qué solución puede dar, si hay un choque entre el Estado y el campesinado, volvemos al 1951, 1952, se van a la montaña, sus hijos, y si hay alguien pagando por ello, pues facilísimo.
En cambio, si evitamos el choque con el campesinado, y atacamos la estructura empresarial, si atacamos el transporte de la cocaína, y la incautamos, que le llaman interdicción, y lo hacemos en masa, para atacar el empresariado se necesita inteligencia, ese empresariado se mueve por todos los circuitos financieros mundiales, como cualquier multinacional, lo sabe hacer, contrató expertos en eso, tiene el dinero para eso, lo hace, si nuestra inteligencia no tiene ese mismo nivel, no lo cogemos, luego aquí la inteligencia varía, ya no es una inteligencia ideológica como la segunda fase, ya no es como se captura al comunista, comunista aquí poco tiene que ver, es más, no tiene nada que ver, cómo se baja al comunista, que era la mentalidad de la segunda fase.
Aquí es la tercera, cómo capturamos el dinero, cómo les quitamos el dinero, cómo capturamos al lavador de dólares, cómo le cogemos el alijo de contrabando, porque la cocaína se vuelve contrabando de cosas, cómo le cogemos la cocaína en la bodega, o en el mar, o donde llega, en niveles superiores a lo que lo hemos hecho, si es cierto que los gringos ya están dejando de consumir cocaína por consumir fentanilo, si es cierto que los mafiosos se están moviendo hacia Europa, hacia Rusia, los mafiosos se están cambiando, o han dejado de comprar, dicen, por ahí, no estoy muy seguro de eso, pero cualesquiera que sean las circunstancias, cómo logramos dificultar los circuitos de la economía ilícita, eso se hace con inteligencia y se hace con fuerza en el terreno, con armas que tienen que ver con eso, porque las armas que tenían que ver con la segunda fase ya no sirven para la tercera, ya no es lo mismo, ya no hay guerrillas caminando por la noche en las trochas y acampando en los páramos, hay gente en haciendas, se mueven en motos, ya no se mueven en grupo, en grandes, en compañías, ahora es otra cosa.
Entonces, la lucha contra esa otra cosa, cómo se hace pues yo pienso que es inteligencia y fuerza en el terreno capturando la mercancía, al empresario y a la mercancía, si eso lo logramos hacer y al mismo tiempo hay un Estado que pueda lograr que el territorio prospere, se fueron, se diluyen, los grupos de muchachos que andan armados ahí que les pagan ya dos millones o tres millones y ya les dejan de pagar, pues buscan una solución, que podría ser meterse a otro grupo, pero también podría ser aceptar ir a la universidad, aceptar un programa de gobierno, negociar con el Fiscal para que no lo metan preso y poder tener otra vida, también puede ser.
Ahí es donde juega lo que llamamos la inteligencia, la inteligencia es lo que llamamos la paz, la paz no es sino darles una oportunidad para ahorrarnos tiempo y sobre todo vidas humanas para desmantelar el negocio ilícito, ellos no van a desmantelar el negocio ilícito si nosotros no lo dificultamos, y entonces, la estrategia no consiste en el terreno propio, en que entonces el cese al fuego es un cese a la actividad de reprimir la economía ilícita, es lo contrario, es cuando más nosotros tenemos que destruir al máximo la economía ilícita, luego hay que actuar, hay que operar en el territorio en esa función, mientras los cuerpos de inteligencia cogen al empresario que seguro está por aquí, es vecino por aquí, porque ellos no viven allá, cogen a las redes empresariales multinacionales, la Fuerza Pública captura la mercancía, nos ganamos el campesinado, si la estrategia social sirve, la alianza campesinado-Fuerza Pública es la base de una nación, todos estos desastres que estamos viendo de las confesiones de Mancuso y de la reacción por parte de los implicados que han sido el Ejército, la Policía, que han sido el Congreso de la República, que han sido mandos de la política, de la economía, todo esto pertenece al mundo del pasado, claro que hay que saldarlo, pero pertenece al mundo del pasado.
Nosotros tenemos aquí que afrontar el problema del presente, nosotros no podemos repetir el pasado, entonces una Fuerza Pública atacando núcleos poblacionales, no es posible, perdemos la guerra, porque los núcleos poblacionales se van con el que tiene el billete, y ese sí que tiene el billete, perdemos la guerra, aquí toca establecer una alianza entre pueblo y Fuerzas Armadas, que en concreto es en el campo de acción es entre el campesinado y por eso no podemos, y tenemos que lograr sacarlos de la hoja de coca, pero eso es con alternativas económicas, que no son fáciles, lo sé, pero es por ahí, pero si vamos y los bombardeamos automáticamente se van donde tiene el billete, y perdemos el pueblo, y si perdemos el pueblo perdemos la guerra, pues eso yo aprendí, el que pierda el pueblo pierde la guerra.
Entonces digamos aquí el acercamiento, claro hace una Fuerza Pública que va a ser vista por la gente del común, por el hombre y la mujer sencilla, pues la va a querer, no la va a ver como un enemigo, la va a tener, digamos la va a cercar, las confianzas se van a ir construyendo en los territorios, ustedes ven cómo ha ido mejorando el nivel de la Policía, la juventud de pronto deja de ver en la Policía un enemigo, ese vacío sí que existe y verracamente, porque como, bueno, esos son otros temas, pero digamos la ligazón entre sociedad civil del territorio y Fuerza Pública es fundamental, porque si no perdemos, porque el enemigo es el dinero, y aquí lograr que la Fuerza Pública se separe de procesos de corrupción es fundamental, porque entonces es como el puño fuerte que cuando va a llegar desapareció el puño, y no hicimos nada, y ellos si van a avanzar,
Entonces estos son como los temas que yo quería traer aquí de lo que hemos podido ir cerniendo de nuestra experiencia de ocho meses con ustedes mismos, porque nos hemos reunido todas las semanas, y mirar cifras, y mirar cosas, y algunos procesos concretos en los que hemos estado, como en el caso del norte de Antioquia, y algo en el Cauca, que es muchísimo más complejo que el norte de Antioquia, el conocimiento del territorio fundamental, tenemos al ELN negociando, pero no significa que se bajó la guardia contra su economía ilícita, hay que destruírsela, terminará diciendo si en la mesa, si se da cuenta que el traqueteo no sirve, y ahí nos ahorraremos unas vidas humanas de aquí, de allá, tiempo sobre todo, y lo mismo será con los otros grupos, pero siempre lo mismo, en todo será lo mismo, destruir permanentemente la economía ilícita, y el Estado civil permanentemente construir justicia social, y construir sobre esa base la alianza de la Nación.
Bueno, dejo ahí, gracias, muy amables.
(Fin/agp/cafr/mgm/jdg/pm/cs)