Ciénaga de Oro, Córdoba, 19 de diciembre de 2024
Un día de Novena no es un día para echar un discurso político ni administrativo, sino más bien para invitarlas e invitarlos a ustedes a, primero, a pasar esta semana de reflexión, de Navidad de alegría, de esperanza sobre todo de esperanza.
La palabra esperanza cada vez es más importante en una sociedad como la nuestra, dado que son tantos los problemas que aquejan a la sociedad colombiana, de manera diferente en cada región del país, que va cundiendo lo que podríamos llamar la desesperanza, desde hace muchos años, desde hace décadas, quizás violencia por doquier, pobreza, hambre, desigualdad social, que es quizás, en mi opinión, el principal problema de Colombia.
Son 75 años, en donde quienes lean la historia encontrarán prácticamente una línea continua de guerras, armas, una especie de matarnos los unos a los otros, de manera permanente, una actividad autodestructiva para un pueblo. Algunas regiones han estado más en paz que en otras, pero las cifras de los expertos cuentan, desde hace 75 años más de 700 mil asesinatos y eso no puede dar más que desesperanza.
Sin embargo, en la misma desesperanza nace la esperanza, como en una especie de transformación dialéctica se convierte en su contrario, lo blanco en negro, lo negro en blanco, así fluyen las aguas, permanentemente, las aguas de la historia misma.
La historia es un río que no se repite nunca. Las aguas de ese río tormentoso me han traído hasta aquí, hasta Ciénaga de Oro, y también a la Presidencia de la República, y esas aguas que me han traído a este lugar no son las de la desesperanza que se hubiera quedado quieta, por allá, en una especie de estanque de agua podrida, cercana al estanque del agua muerta, sino que al contrario, es la esperanza que nos mueve, que nos hace actuar, que no nos permite quedarnos quietos, que no nos permite, incluso, quedarnos acomodados a la situación; que nos hace actuar para transformar las cosas y para cambiar.
Aquí, he hecho con el alcalde, en los pocos minutos que hemos tenido de contacto, una evaluación de lo que aquí ha hecho el Gobierno nacional. Me dicen que han estado funcionarios dando algún tipo de información a la población, pero a mí me parece que el Gobierno nacional ha hecho poco, debe hacer mucho más y que debe ser, incluso, presionado por el pueblo para que las cosas que aquí se han definido, como objetivos, para hacer se cumplan.
El principal de ellos tiene que ver con la tierra, porque estas poblaciones son fruto del trabajo sobre la tierra, sobre el agua. Hoy mismo se entregó un acceso que debió ser permitido desde hace mucho tiempo a un bien de uso público que fue privatizado.
Se trata de los playones, de las tierras bajas, de las tierras que se inundan en épocas de invierno, en las ciénagas y que en épocas de verano se secan y que pueden ser usadas por el campesinado en general, sin que le pongan cercas, porque esas cercas son delictivas, generalmente puestas por algún gran terrateniente oculto; a veces, anónimo, que se va quedando con tierras que no son de él.
Más tierra para el campesinado
Las tierras son un bien de uso común cuando son tierras inundables y, por tanto, las tierras que rodean las ciénagas y aquí entregamos —ministra (de Agricultura, Martha Carvajalino) El Cerrito. Quinientas hectáreas en Corralito y 400 en una ciénaga que se denomina El Charco, es decir, 900 hectáreas que hoy se abren al uso del campesino y de la campesina, sin que nadie tenga que ponerles traba alguna.
Porque sé de tierras públicas, hace dos días en el río San Jorge, cerca de Caimito, entregué en el Complejo Cenagoso de Machado —se llama así— cerca de 2.500 hectáreas de este mismo calibre, tierra que al ser inundables en verano pueden ser utilizables y que no le pertenecen a nadie más que a la nación, al Estado y que el Estado las pone al servicio del campesinado, es decir, completamos en tres días 3.400 hectáreas en favor y en función del movimiento campesino de Córdoba y de Sucre.
Si adicionáramos las hectáreas que hemos comprado de haciendas y hemos entregado al campesinado, ya entre los dos departamentos, Córdoba y Sucre, vamos llegando a 40 mil hectáreas que no eran sino de tres o cuatro terratenientes, para cerca de 4 mil familias campesinas que hoy cultivan arroz, que hoy cultivan yuca, que hoy cultivan maíz, que hoy cultivan mango y otras especies frutales.
A estas familias, el Estado, mi Gobierno las debe ayudar permanentemente a que puedan resplandecer en prosperidad, tanto Córdoba como en Sucre. Son departamentos campesinos y la fuerza campesina es la que tiene que dirigir por ser mayoría.
Los destinos de muchos de los municipios de nuestro departamento de Córdoba y del departamento de Sucre -aquí vecino, contiguo-. Pero hay otras tareas que a mí me gustaría recibir información. Se supone que en todos los colegios de Córdoba ya deberían existir cátedras, clases de historia, de arte musical, de deportes y de programación de computadoras.
Informe sobre avances de proyectos en Ciénaga de Oro
Alcalde, necesito un informe sobre ese particular. Se supone que en Ciénaga de Oro debería estarse construyendo ya la sede del SENA. Necesito, alcalde, que me informe sobre ese particular. Se supone que en Ciénaga de Oro debería estar ampliándose ya el acueducto para que el agua potable llegue las 24 horas.
Me gustaría, alcalde, que me informe porque si los funcionarios públicos que se han puesto como responsables de esos objetivos no los han cumplido, ya cuando vamos mucho más allá de dos años, entonces, esos funcionarios no sirven, nos están engañando.
Se supone que la Casa Blanca, que queda de aquí para allá, que ha cambiado de dueños, debería ser la casa del porro y educar con teoría musical a los jóvenes y a las jóvenes que como hoy realiza nuestro maestro Naranjo, y la banda 19 de Marzo, Laguneta, que era donde yo me quedaba a dormir hace años de años, pues puedan enseñarnos para que generaciones enteras de niños y niñas cordobesas no se vayan por ahí al más 57, que no sirve sino para embrutecer el alma, y más bien puedan aprender y desarrollar el porro de mi tierra, el porro de Córdoba, el porro que siendo el jazz del Caribe permite una explosión, no solo de la naturaleza, sino del alma cordobés.
Me tiene que explicar, alcalde, qué ha pasado con esa casa. ¿Cierto? Porque no puede suceder que cuando venga, ya no siendo presidente, nada de lo que se ha dicho aquí se ha cumplido. Nos deberían sacar a fuete si eso llega a pasar.
Entonces le voy a pedir que me dé un informe de qué funcionarios han incumplido, etcétera, más todo lo que se ha construido aquí, comúnmente entre el Gobierno nacional, el departamental y el local, para que Laura Sarabia (directora del DAPRE), aquí se realice en el mes de enero el primer gobierno de evaluación, porque ya no es de promesas, con todo el Gabinete para el departamento de Córdoba, pero en Ciénaga de Oro, Córdoba. ¿Listo?
Y vemos qué pasó con el Gobierno del Cambio en el departamento de Córdoba y de Sucre.
Bien, una Feliz Navidad, un próspero año, que es el año definitivo, el año entrante se define si volvemos a lo mismo de siempre o profundizamos el camino de Colombia a su cambio y a su transformación social y económica, para que Colombia sea un país más justo y sea la ¡Potencia mundial de la vida!
Gracias, muy amables.
(Fin/mha)