Inicio de sesión

Discurso

Palabras presidente Gustavo Petro Urrego durante la Ceremonia de Aniversario de la Casa Militar

Foto: Presidencia de la República

Presidente Gustavo Petro Urrego durante la Ceremonia de Aniversario de la Casa Militar

​​​​​La mujer es una prioridad, esa es una realidad del Cambio, que la mujer se pueda expresar, que pueda ascender y que pueda tener el poder.​

Bogotá, 5 de noviembre de 2024

Noventa y tres años no es cualquier edad, y ciento treinta y tres , menos. La Policía cumple ciento treinta y tres años. El general Salamanca está en Glasgow, Escocia. Ahí vi y reproduje un trino, como ahora se llama, en estas épocas modernas, en donde las policías del mundo afiliadas a Interpol, reunidas en esa ciudad escocesa, hacen un homenaje a la policía colombiana, no sólo por su cumpleaños 133, sino básicamente por el mejoramiento que obtiene la Policía en estos últimos tiempos de unos niveles en que llegó a estar básicamente casi que separada de la ciudadanía colombiana, con un bajo nivel de aceptación.

Hemos logrado sobremontar, a través de un cambio de la institución, de las actitudes, de una lucha allí al interior, para que sea cada vez más un cuerpo al servicio de toda la ciudadanía, de sus derechos y libertades, esa es la función constitucional de la policía de Colombia, aún se necesita más, nada es perfecto, siempre hay que continuar los caminos de la adaptación de unas instituciones en un país democrático a los quereres, deseos, aspiraciones y sentimientos de la ciudadanía.

Un estado democrático es el que no tiene más dueño que la ciudadanía, de ahí el principio de soberanía. La soberanía nacional no es más que un Estado que es propietario de la ciudadanía misma y de sus decisiones fundamentales. Que la ciudadanía decida sobre su destino, que sea autónoma en escoger los caminos de esta patria, de llevarla para bien cada vez que la ciudadanía escoge, al final, -porque existe eso que se llama la sabiduría popular- que nos llevará por buenos y mejores caminos. Que sí poderes extraños a la ciudadanía son quienes toman las decisiones fundamentales, no se puede hablar de una democracia. 

A la historia de Colombia le ha faltado pueblo


Colombia tenía un déficit democrático indudablemente. Durante toda su historia la promesa de Bolívar quedó incumplida, hemos construido una República un tanto incompleta. Le ha faltado pueblo a la historia de Colombia. Cuando el pueblo interviene, cambia la historia de Colombia y para bien.

Un 20 de julio, por aquí cerca, un ejército libertador, después una creación de una república, unas transformaciones en el siglo diecinueve que quedaron allí como en una discusión con puntos suspensivos, pero que trajo un hecho relevante que es la prohibición de la esclavitud allá en el 51, 

Un desarrollo un poco lamentable del país desde ese entonces, sobre todo en los años ochenta donde nos empezamos a enfrentar campesinos de un lado, campesinos del otro, en una sociedad que era de campesinos, con un color, por un lado, con un color por el otro. La reconstrucción de la Policía y del Ejército tuvo que esperar esas guerras fratricidas para convertirse -eso fue lo que se quiso- en un símbolo de unidad nacional, como la bandera, símbolos que, para ser reales, para que tengan el efecto, pues necesitan de esto que yo hablo, ponerse al servicio de la ciudadanía completamente, de sus derechos y libertades plenas.

La historia está llena de dificultades, la historia reciente de Colombia, más. La historia reciente de Colombia desde hace 75 años no abandona la violencia. Cada año se repite, cada esfuerzo de paz que se ha hecho indudablemente pareciera que se frustrara. La ilusión de Colombia de salir de la guerra fratricida y de la violencia, porque es cada vez más difusa. Cada vez, como antaño, al principio de estos 75 años, mata más civiles.  

Pero nos coloca ante un reto, el reto de construir una democracia profunda, porque en mi opinión, eso es lo que he dicho a lo largo y ancho de estas últimas décadas, sólo un proyecto democrático vivido a profundidad, nos puede llevar a la paz. Y eso significa una ciudadanía que aprenda, que sepa tomar decisiones, que no se deje engañar, que mire el bien del país antes que el particular, aunque a los sectores más humildes eso a veces puede parecer terriblemente extraño, porque nunca han sido mirados.

Ahora tenemos transformaciones institucionales, seguro, criticables siempre se pueden criticar, si no, no había ciudadanía- y siempre se tiene que probar si son las más adecuadas o no. Si la prueba dice que no, pues se cambia. Si la prueba dice que sí, hay que profundizar. Yo creo que, en el caso de la Policía, la prueba ha demostrado que funciona, sólo que hay que profundizarla.

Las Fuerzas Armadas deben estar al lado del pueblo 


Y en relación a lo que conmemoramos en este sitio, que es el nonagésimo tercer aniversario de la Casa Militar, pues aquí estamos entre vecinos y prácticamente entre habitantes cotidianos de esta Casa. Sé lo que eso significa, sé que también la Casa Militar, en diversos momentos de la historia, ha tenido peligros. Debió ser muy difícil la llegada del pueblo bogotano a este lugar, no sé, para San Carlos el 9 de abril. Ahí hay unos monumentos de ese día.

 



¿A quién defender? Ahí obviamente el juramento de lealtad decía al presidente, pero el pueblo estaba ya muriendo y el presidente escapaba, y creo que ahí hay una tragedia y la historia de Colombia que no termina en el día de hoy, porque un presidente no puede escapar, tiene que ponerse al lado de su pueblo, y si el presidente se pone al lado de su pueblo, pase lo que pase, la Casa Militar debe estar al lado del presidente y de su pueblo.

La historia nos ha mostrado dificilísimos momentos. Me decían, en tiempos de Bolívar, que aparece, creo que es Ferguson, si no me equivoco, quien ayuda al presidente al escape. Bolívar era el presidente de Colombia y Bolívar escapaba de su muerte, pero para encontrarse con su pueblo, no para escaparse de su pueblo. Encontrarse siempre con su pueblo a pesar de las discordias que llevaron a fusilamientos de esa época entre compañeros de armas, que habían sido luchas también difíciles. Ese momento que a veces lo llamamos la 'Patria Boba' pareciera que no se escapara, pareciera que no fuéramos capaces de construir conjuntamente como sociedad colombiana una patria.

La disputa, que siempre es necesaria, nunca puede llevar a la muerte del contrincante, siempre debe ser la disputa de los argumentos, de las pruebas, de ver la realidad, de mirar quién se equivoca y quién no, y de incluso, saber que hay caminos diferentes a las dos partes de la disputa. Esa es la paz y esa es la democracia. 

Bolívar se escapó para encontrarse con su pueblo y después encontrarse con su muerte, pero su muerte no fue tal, su cuerpo está por ahí ya descompuesto, sus huesos, pero Bolívar está vivo entre el pueblo de Colombia. Muchas de esas personas están vivas en el pueblo de Colombia. Nunca se separaron de su pueblo y quien hacía las veces, no se llamaba así creo, Casa Militar, del general Bolívar, lo defendió. Parece ser la historia, que se nos ha alejado ya mucho.

En este momento, yo tengo que agradecerles, porque en realidad soy un presidente en riesgo, por la historia, porque así es la vida, porque luchar a veces trae riesgos mayores y yo he luchado y tengo que agradecerles a todos y todas ustedes, las personas que hemos condecorado, las personas que están aquí presentes, que habitan este lugar, que lo cuidan, que me cuidan, pues gracias, porque no hay mayor lealtad que esa, cuidar al otro, incluso con su propia vida.

La mujer es una prioridad del Cambio


Entre los condecorados hay un mensaje, a veces no percibido, muy criticado en realidad, porque no es fácil, después de tanta historia de violencia, la paz. Entre los condecorados hay mujeres que trabajan, unas uniformadas, otras no. Mujeres que irrumpen en el escenario, así no se vean en la prensa, a veces se silencian, a veces la costumbre de que la mujer no pueda expresarse, -la costumbre machista no la deja ver, así aquí estén-, pero esa es una prioridad, esa es una realidad del Cambio, que la mujer se pueda expresar, que pueda ascender y que pueda tener el poder.​

Si el poder es de la ciudadanía en un país democrático -pues la ciudadanía son hombres y mujeres y niños jóvenes y viejos de las diversas regiones de Colombia- país de enorme diversidad, como lo vimos en la COP16, y es ahí donde está su riqueza y entonces que irrumpa la mujer en el poder, no es más sino la profundización de la democracia.

Personas de diferentes armas, civiles, mujeres que han sido condecoradas por la Casa Militar en su cumpleaños 93. Y también hay imperceptible una combinación de hombres, de uniformes diferentes, algunos de civil que son escoltas, no solamente de la UNP -que se creó en el pasado- del DNI, que se creó también en el pasado, sino excombatientes del M19 que se condecoran al lado de oficiales del Ejército, de oficiales de la Policía, de las diferentes armas y eso es un ejemplo. 

Puede ser muy criticado obviamente desde otros puntos de vista, pero es un ejemplo, porque es un ejemplo de paz, no de guerra. Antaño no era posible, antaño era una guerra de verdad y hoy es posible hombro a hombro, en la misma función, cuidar la democracia, cuidar los derechos. cuidar la libertad, cuidar al presidente. Entonces tengo que agradecerles a todas y todos, y saber que ese mensaje demuestra que quienes se creen que se tienen que matar entre sí pueden perfectamente abrazarse trabajar juntos, trabajar por un objetivo mayor, demostrarle a toda Colombia que es posible, que es posible el encuentro entre hermanos y hermanas. Porque al final todos hemos nacido aquí en Colombia la hemos vivido, a veces la hemos sufrido, pero también muchísimas veces la hemos gozado, porque es un país para gozarlo, siempre que tengamos paz.

Esa palabra goce, que se volvió tan famosa en la campaña, dicha espontáneamente por la vicepresidenta, pues no es una mentira. 

Este es un país para gozarlo y que gocen las madres de unos y otros, gocen las mujeres con sus maridos, con sus hombres, con sus novios, que se puedan procrear para seguir habitando estas tierras, que podamos defenderla de los peligros que indudablemente están, no siquiera vienen, están: una Bogotá sin agua, una Bogotá que se inunda como se inunda Valencia, como se inunda Barcelona en España.

Colapso climático

Una Guajira, que hoy tengo que recibir el informe, porque quedó incomunicada anoche. Estuvimos hasta medianoche viendo cómo -pues ojalá no sea un desastre tal cual sucede en Valencia, es muy diferente- son rancherías aisladas, ocho mil es la cuenta.

Es la energía del mar, la energía del mar crece por el calentamiento global, y el calentamiento global crece por echarle petróleo y carbono a la atmósfera. Me critican mucho esto, porque dicen que voy a ser el salvador del mundo. No voy a hacerlo, tiene que ser toda la humanidad la que salve la vida, porque el planeta sigue sin humanidad, pero si queremos salvar la vida, pues estamos ante uno de los mayores riesgos que llamamos colapso climático, porque miren no más en Valencia, arrastro a todos los carritos de la gente que seguro con tantos esfuerzos los compró, creyéndose un poco ricos y se los arrastro el agua hasta el mar. Esa es la magnitud y será cada vez peor del colapso climático y lo vivimos en Colombia.

Juntos a cuidar a Colombia


Y entonces cuidar a Colombia implica juntarnos, porque ese monstruo que se está creando y que crece cada vez más ,pues puede acabar con Colombia y esto no es apocalíptico, es la realidad científica y no es dentro de mil años, es durante los próximos lustros, y por tanto prepararnos para ello, para cuidar la vida en este pedazo del planeta que es Colombia, pues es un reto que amerita juntarnos, acordar lo que vamos a hacer, dejar de matarnos, porque mientras nos estamos matando -como pasa en varios lugares del mundo- está el cronómetro del reloj moviéndose en contra de todas las personas que viven aquí y en el planeta.

Y estudiar esto, la ciencia, etc., es fundamental y prepararnos para ello es fundamental, no solamente es la Casa Militar y sus símbolos de hoy de condecorados diversos, de historias diversas, de mujeres y hombres, sino es la casa Colombia a la que nos toca cuidar. Para eso hay que luchar, para eso hay que seducir, para eso hay que convencer, para eso hay que estudiar ciencia, para eso hay que preparar el ejército, preparar a la Armada, preparar a la Fuerza Aérea, preparar a la Policía, porque los tiempos no van a ser fáciles, pero sólo una humanidad que se una y un pueblo colombiano que se una podrá, yo creo, salir avante del monstruo que empieza a caminar por nuestras propias tierras.

Entonces felicitaciones a la Casa Militar, 93 años; felicitaciones a la Policía Nacional,133 años, ya casi cumplen, uno un siglo y otro casi cumple otro siglo. Felicitaciones en este día y que sigan muchos años más. 

Gracias muy amables

(Fin/nmp/cpq)​

​​