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Discurso

Palabras del presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, durante la posesión de Helver Guiovanni Rubiano García como nuevo superintendente de Salud

Foto: Presidencia de la República

“Como ya en innumerables casos, mes tras mes salen denuncias terribles alrededor del manejo que, del recurso público

Bogotá, 6 de noviembre de 2024

El doctor Guiovanni, lo conocemos hace mucho tiempo. Participó en la Bogotá Humana, en los esfuerzos por construir un sistema de salud que en Bogotá tuvo mucho éxito. Lamentablemente lo destruyeron, después, porque se trataba, ni más ni menos, de un esquema que cubrió 800 mil familias, 3.800.000 personas, casi la mitad de la población de Bogotá, en su estrato 1, en su estrato 2, para la atención primaria en los barrios.

De allí, gracias a que todos los indicadores de salud mejoraron, que las tasas de mortalidad infantil y otras bajaron, la de las mujeres en condición de maternidad, por ejemplo, la de niños, mujeres y las de morbilidad, en términos de enfermedades, de porcentajes de enfermedades, pudimos decirle al país que ese tipo de actividad, de atender la población en sus casas, que no es rentable, obviamente, que no es un negocio que tiene que ser agenciado por el mismo Estado, porque es lo que nos permite defendernos del virus, defendernos de la enfermedad que se puede evitar y que después va a ser muy costosa o quizás mortal.

También permite un mejor estado de salud, lo que la Constitución de Colombia denomina el derecho a la salud, que le sirve a todo el país, más cuando la población en el territorio colombiano vive todavía peores circunstancias, que afectan su salud más que en la misma ciudad de Bogotá. 

Este modelo, aunque fue destruido en las administraciones subsiguientes de Bogotá, hoy es recogido en el proyecto de ley que se le ha presentado al Congreso de la República, llamado Reforma a la Salud. Mucha oposición ha tenido de negociantes, que han visto que la salud no es más que un negocio y que han olvidado por completo el derecho a la salud que tiene todo paciente, toda paciente, y han silenciado en realidad la evaluación que esta misma propuesta que se le hace a todo el país tuvo en la ciudad de Bogotá, en los tiempos de la Bogotá humana. Nosotros tenemos esa experiencia aquí y queremos que se aplique.

Malos manejos de los recursos públicos


La superintendencia debe vigilar entonces, hoy por hoy, antes de la aprobación de la ley, que ojalá suceda en el Senado de la República y en la Cámara, tiene que vigilar las EPS. Como ya en innumerables casos, mes tras mes salen denuncias terribles alrededor del manejo que, del recurso público, de los dineros del presupuesto, han tenido entidades, mayoritariamente privadas, que deberían haber sido destinados a la salud de los colombianos, pero que han sido destinados al negocio particular, a la riqueza y a la codicia particular.

Lo descubrimos con el mal manejo de las reservas técnicas que se crearon en pasados gobiernos. Al volverse aseguradoras financieras las EPS, pues tenían que contemplar las normas que toda aseguradora financiera tiene. Lo que hemos comprobado es que nunca se hizo ese tipo de reservas técnicas que, por billones de pesos, decenas de billones de pesos, pues se perdieron, se evaporaron.

Sabemos también que hubo denuncias alrededor del manejo de dineros públicos en tiempos del COVID, la pandemia del COVID 19, dado que los pacientes, en general, no tenían servicios de salud diferentes a los que enfermaban del COVID, que tenían la prioridad, pues no recibieron estos servicios, no se gastó en ellos, pero sí se recibieron las normas, los dineros que por normas se les debe dar a las EPS, y también se perdieron por billones y billones de pesos, como ha denunciado el Contralor General. 

Ahora tenemos nuevas denuncias, dineros se fueron a los paraísos fiscales. En cierta forma han confundido nuestra actividad de intervención sobre esas mismas EPS para cuidarlas con estos hechos que, hasta donde nuestra investigación llega, la debe desarrollar la Fiscalía a profundidad, se deben a una EPS que se llama Coosalud, que no responde a las EPS intervenidas, hoy por hoy es una EPS privada, no intervenida -en mi opinión debe ser intervenida, ya usted lo examinará- y de una especie de acción muy subterránea, en donde hay personas, ya con nombre propio, vinculadas incluso a escándalos anteriores como Caprecom, que han construido una red de empresas que logran sacar dineros de las EPS, los hospitales, las clínicas, de las EPS, en general, y los trasladan hacia paraísos fiscales.

Tareas para el nuevo superintendente


Esa investigación tiene que desarrollarse, en profundidad, porque también es dinero que se roban al pueblo colombiano. Yo quiero que, en relación con las EPS intervenidas, que son bastantes, porque el sistema no se puede autosostener, es como un dominó que va cayendo, la demora del Congreso de la República en aprobar la ley, la reforma, que es para salvar el sistema, pues ha profundizado su crisis, esa es la realidad, entre más días pase, más se profundiza una crisis financiera. 

Entonces, lo que yo espero de usted, doctor Rubiano, es básicamente, primero, que toda EPS intervenida debe tener auditorías permanentes, porque el papel del Estado es sanearlas desde el punto de vista moral, ético. Si hay algún tipo de funcionario que esté en este momento en malas prácticas, debe salir de inmediato. 

En segundo lugar, la intervención en cualquier EPS debe mejorar sus indicadores, y el indicador fundamental es la calidad de servicio que entrega a sus pacientes, a las personas que están afiliadas a ese tipo de EPS. Así que, ese mejoramiento tiene que ser con indicadores concretos, todo interventor o toda interventora que no lo logre, pues debe salir y ser cambiada.

Y, en tercer lugar, en las EPS debe primar una serie de principios que bajo las normas y leyes actuales se pueden y se deben desarrollar. Uno, la atención primaria. La ley obliga a toda EPS a niveles de atención primaria que han sido desconocidos, violando el principio de la medicina preventiva y de ‘es mejor prevenir que curar’, porque curar tiene el negocio en sí mismo y en cambio prevenir ninguno.

Entonces, toda EPS intervenida debe desarrollar el principio de atención primaria para sus afiliados y afiliadas. Y, en segundo lugar, propondría, de inmediato, que el principio de escoger el médico por parte del paciente, el derecho del paciente, de la paciente, a escoger su médico se imponga como un criterio de actitud dentro de cada EPS. Eso significa que contrate el más amplio espectro, la más amplia red de IPS, es decir, de clínicas, hospitales y consultorios en la región, tanto públicos como privados disponibles, que tengan la calidad suficiente para ello.

No redes pequeñas, centradas, que han terminado concentrando el dinero en una especie de integración vertical, en donde los propietarios de IPS son los mismos propietarios de EPS y/o amigos, y/o amigos políticos. La posibilidad de que sea el paciente, no la EPS, quien escoja su médico debe estar como un principio en toda EPS intervenida. 

Así que, por ahora, seguimos mirando en las realidades de las investigaciones que en el sistema de EPS que generó la Ley 100 hay un usufructo fraudulento del dinero público, que debe ser investigado a profundidad y que la intervención debe servir para sanear, para mejorar y para implementar los principios de la Conferencia de Alma-Ata.

Entonces, felicitaciones doctor Guiovanni Rubiano, a su familia, y muy amables por haberme escuchado.

(Fin/pvc)​