'Voy a proponerle al Congreso de Colombia, a las Cortes y a la sociedad, indudablemente, repetir un
fast track (vía rápida)': presidente Petro
Nueva York, 11 de julio de 2024
Quise venir porque en Colombia, en realidad, en primerísimo lugar, no hay mucha claridad de este mecanismo. Se pensaba que aquí venían los funcionarios del Gobierno, sobre todo, a una especie de protocolo diplomático, una especie de visita rutinaria al Consejo de Seguridad.
Y no se entendió, no se discutió públicamente qué significaban las palabras escritas en la carta del presidente Juan Manuel Santos al Secretario General de las Naciones Unidas (António Guterres). donde el Acuerdo de Paz del año 2016 se presenta como una declaración unilateral de Estado.
Lo cual significa el compromiso del Estado, que no de cualquier gobierno, a cumplirlo, compromiso hecho ante la humanidad, y que en mi opinión adquiere una concepción jurídica vinculante, dicen los abogados, obligatoria para el país con sus normas vigentes o cambiando sus normas vigentes, si es necesario, tal cual dice el Acuerdo.
El Acuerdo de Paz propone un pacto político nacional de todas las fuerzas vivas del país, políticas o sociales, para encontrar fórmulas de cambio de normas, si las normas no posibilitan el Acuerdo de Paz. Esto no se había entendido bien, y por eso quise venir hoy más, para mostrarle a la sociedad colombiana el tamaño del compromiso que tenemos.
Aquí se ha dicho que hay de nuevo violencia en las zonas donde se hizo el Acuerdo de Paz, son las mismas, no se ha expandido la violencia en Colombia, se ha concentrado geográficamente cada vez más.
No tenemos un conflicto nacional, tenemos conflictos regionales que están en las mismas zonas geográficas por décadas, y la pregunta que tendríamos que hacernos es ¿por qué? ¿Por qué Colombia fracasa continuamente?
Llevamos dos siglos y medio haciendo guerras entre nosotros mismos, por diferentes razones, en contextos mundiales diferentes, y fracasando en los procesos de paz en los que nos empeñamos.
Colombia tiene decenas de guerras civiles en su historia y decenas de procesos de paz, sin embargo, la violencia sigue ahí. Y no voy a la historia, sino a la época contemporánea y quisiéramos hacer un resumen de números.
La Comisión de la Verdad, que surge de este Acuerdo de Paz, y que presentó su trabajo, es uno de los hechos más importantes del cumplimiento. Habla que, a partir del 9 de abril de 1948, día que hubo una insurrección popular en Colombia por el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, que iba a ser presidente de Colombia, contamos 700.000 muertos asesinados hasta el día de hoy. 700.000 muertos que al principio lo eran por razones políticas. Era un genocidio desatado contra comunidades políticas rurales liberales a mediados del siglo XX, después fue el producto de la represión del Estado contra la insurgencia armada que surgió del primer conflicto y quiso cambiar el Estado colombiano en la época de la Guerra Fría y más o menos como otros conflictos del mundo.
Y ahora después, prácticamente, de ser saldada con acuerdos de paz, la lucha insurgente, solo quedan en los campos de Colombia una antigua organización que es el Ejército de Liberación Nacional, con el cual iniciamos diálogos de paz.
Entramos a una esfera todavía más difusa de la violencia en los mismos terrenos, como aquí ya se ha descrito, que yo le voy a llamar las guerras de la economía ilícita, las guerras de la codicia, pero que no nos dejan tener entonces una paz total, pasar a una era de paz, como la mayoría de los pueblos del mundo.
En Colombia se cree que lo normal es la violencia y que la paz es un asunto de extraños, de algo ajeno a la humanidad, una especie, incluso, de pacto que podrían llamar satánico, endemoniado, comunista, le dicen las extremas derechas en Colombia.
La paz se ve como algo revolucionario, mientras la violencia que ha durado durante generaciones acompañándonos se ve como lo normal. En la violencia ha crecido la economía ilícita, la codicia se ha apropiado de la violencia, la utiliza como un instrumento, la forma de concentración de capital que hay en Colombia se hace a través de la violencia y la exclusión.
Colombia hoy, según la estadística de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) es el país más desigual del mundo. Es por eso que es violento. Mientras no se construya equidad, que significa construir democracia, esa violencia seguirá reemplazando los acuerdos de paz por cadáveres.
Se trata de ver cómo se construye esa equidad. Y de acuerdo con lo que se firmó en el año 2016, que está bajo su cuidado, pues se hizo un esfuerzo, quizás el primero, después del acuerdo de paz del 91 que cambió la Constitución de Colombia, por observar uno de los factores de la desigualdad en concreto.
Si estamos hablando de la sociedad más desigual del mundo, la desigualdad, obviamente, se expresa en muchos factores. Desigualdad entre el hombre y la mujer. Desigualdad económica entre los que más tienen, que son muy pocos, y la mayoría de la población económica.
Desigualdad étnica, porque son los indígenas y las poblaciones negras las que quedan en la base de la pirámide de la pobreza. Es una exclusión racista. Desigualdad cultural, desigualdad de edades. La juventud se considera como paria.
Incluso, ahora siguen encarcelados centenares de jóvenes que quisieron simplemente protestar por su condición, a los cuales capturaron por 3.000, y de los cuales asesinaron 60, y de los cuales quedaron ciegos decenas, porque disparaban directamente a los ojos. No hace sino 3 o 4 años.
Desigualdad que se ve, y este es el punto en el que quiero concentrarme, porque es el que toca el Acuerdo del 2016 con el territorio. Colombia, por una realidad geográfica, los Andes llegan a la zona tórrida del mundo y se dividen en tres cordilleras, que es una geografía más difícil que los Balcanes, que el Cáucaso.
Muy pocas zonas tienen ese tipo de geografía, pero al estar allí genera una enorme diversidad natural, genera una enorme diversidad cultural. Nunca se pudo construir un imperio en esas cordilleras, ni indígena ni español. Y genera entonces una diversidad territorial profunda.
Construcción del territorio
Al ser el país más desigual socialmente del mundo, esa desigualdad se localiza en los territorios. Hay unos ricos y otros muy pobres. Hay distancias como las que podríamos ver en las zonas más pobres del planeta, y zonas muy ricas como los alrededores de este edificio, y están en el mismo país, pero en territorios diferentes, en segregación territorial diferente. Y he aquí el punto.
Colombia, por tanto, no ha podido solucionar su problema de violencia que tiene dos siglos y medio de antigüedad, porque no ha podido incluir el territorio dentro de la construcción de una nación común, democrática, que permita que, por encima de las diferencias de color de piel, sociales, culturales y económicas podamos convivir todos como seres iguales dentro de la misma nación con igual poder que en Colombia no existe.
Por eso la firma de los acuerdos de paz del 2016. La alta parte contratante, las FARC que se originó de los campesinos excluidos por la violencia de mediados del siglo XX, incluso territorialmente puso una agenda un poco alambicada, en mi opinión, para incluir al campesinado dentro del desarrollo nacional y las zonas más excluidas del territorio colombiano rurales dentro del desarrollo nacional y la democracia.
Ese es el acuerdo de paz del 2016. No podrán ustedes observar allí una lectura urbana una lectura postmoderna sobre inteligencia artificial o sobre conectividad y fibra óptica, etcétera, porque aquí se resuelve un problema que surge es de la historia colombiana a partir incluso de la colonia española. Una historia de esclavitud, de feudalismo, que aún no hemos podido superar.
Esa es la agenda. Allí tienen que entonces se les denomina los territorios excluidos de una manera, el PDET (Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial). Se habla de unos planes de inclusión de ese territorio excluido con una serie de inversiones. El plan de vías, el plan de salud, el plan de pensiones, el plan educativo dentro de esos territorios. Se encuentra algo que tiene una lógica y que es importante que ustedes analicen lo que allá llaman el PNIS (Plan Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito). Disculpen las siglas, pero esos son los inventos tecnocráticos de un acuerdo de paz.
El PNIS son las zonas de economías ilícitas dentro de los PDET, es decir, dentro de los territorios excluidos. Conclusión en la historia de Colombia, por excluir territorios en la sociedad más desigual del mundo, estos, las poblaciones allí para poder sobrevivir han recurrido parcialmente a agarrarse del mercado mundial en su ilicitud, que decreta un organismo parecido a ustedes en las Naciones Unidas.
Es la única forma de vivir, de sobrevivir, pero esa ilicitud, porque no hay contratos, no hay cheques, no hay una firma, no hay un notario que diga este contrato se resuelve así si hay un conflicto. Se resuelve con armas y por tanto con violencia.
El acuerdo de paz del 2016 propuso un cambio de las economías ilícitas por lícitas dentro de lo que se llama allí el PNIS. Propuso unas soluciones al campesinado que no vivía en las zonas donde estaban las FARC. La reforma agraria, es decir, resolver lo que los españoles produjeron hace dos siglos y medio al traer su estructura feudal de tenencia de la tierra.
En Colombia hay 10 millones de campesinos de 55 millones de habitantes, pero solo el 1% tiene el 90% de la tierra fértil, y ese 1% ha usado la tierra fértil, no para producir comida, sino para lavar los activos del narcotráfico y la defiende a sangre y fuego.
Por eso tenemos millones de desplazados, centenares de masacres. Fue lo que quiso resolver el acuerdo de paz del 2016, por tanto, es un acuerdo para incluir social económica y políticamente la población campesina de Colombia.
¿Qué ha pasado a la fecha? El Acuerdo de Paz no produjo un acuerdo nacional, no fue posible hacer el pacto nacional del que habla y que se ha colocado ante ustedes como una declaración unilateral de Estado. Un compromiso de Colombia ante la humanidad.
No ha sido posible porque la población colombiana está dividida literalmente en dos durante todo este siglo.
Una que apuesta una salida militar al conflicto, otra que apuesta a una salida negociada —eso tiene otras formas— se ha expresado electoralmente. El Acuerdo de paz firmado con las FARC fue derrotado en un plebiscito por 65.000 votos, mitad y mitad. Unos dijeron no.
Por una mayoría de 65.000 votos tuvo que rehacerse el siguiente gobierno al del presidente Santos que firma este acuerdo, como alta parte contratante, se eligió bajo la consigna de hacer trizas la paz y se expresó con una mayoría electoral sobre mí, que fui el segundo candidato.
Cualquiera que diga que hubo trampas o no lo cierto es que es el hecho político.
Y por tanto en cuatro años se interrumpieron buena parte de los mecanismos de cumplimiento de este acuerdo.
Y ahora salí elegido, no por una gran mayoría, también por la mitad de la población que esta vez fue mayoría gracias a la juventud de Colombia, la excluida y entonces tenemos ante nosotros el acuerdo. Ha pasado dos años y lo hemos intentado implementar.
Qué conclusiones llevo en este momento para traerles a ustedes.
Uno, la reforma rural que habla el capítulo primero en realidad fue ignorada. De tres millones de hectáreas de cambio de la tenencia de la tierra sólo cambiaron 17.000 hectáreas. Mi Gobierno lleva 183.000, importante respecto a la anterior, pero en tiempos en velocidad, significa que estamos muy lejos de tres millones de hectáreas.
En cambio de tenencia de la tierra, en formalización ni se diga es titular la tierra el esclarecimiento de la verdad sobre sucesos ocurridos en el conflicto se fragmentó en diversos tribunales los paramilitares van a tribunales de justicia y paz los guerrilleros de la Farc y los militares van a justicia, a la Justicia Especial para la Paz (JEP) y los verdaderos causantes del conflicto, que ordenaron porque se enriquecieron con él están en 17.000 procesos que no avanzan en la justicia ordinaria.
Al fragmentar los procesos incluso sobre el mismo hecho. La verdad quedó fragmentada y se debilitó. Tenemos problemas para que la verdad se esclarezca en la mayor parte de los hechos de violación de derechos fundamentales de los colombianos a través de la violencia.
La transformación del territorio, que es el punto clave del Acuerdo de Paz, hemos hablado Reforma Agraria, transformación del territorio y verdad para la reparación la justicia y yo diría la reconciliación. Esos tres ejes tienen la primera dificultad, la falta de velocidad porque las normas no lo permiten.
La segunda dificultad, la fragmentación de la verdad; la tercera dificultad y es que realmente los gobiernos que han pasado no quisieron priorizar las inversiones públicas en el territorio excluido y todo lo escrito alrededor de los PDET quedó en un porcentaje altamente incumplido, porque la tradición económica de Colombia es invertir sus recursos públicos en las zonas de más alta riqueza.
Por eso somos el país más desigual socialmente del mundo y el acuerdo de paz llevaba un cambio de esa concepción para priorizar los territorios más excluidos en la historia de Colombia en donde llegaron los esclavos a vivir en donde quedaron los indígenas que eran siervos de los españoles.
Y a donde hoy quedaron sus descendientes ese cambio de concepción que obligaba el cumplimiento del Acuerdo del 2016 no se ha producido en el país he aquí las dificultades por eso los números si uno los coloca en la cronología del tiempo se quedan atrás como resultados de las propuestas hechas en el acuerdo de paz.
Perseverar en el pacto nacional
¿Qué proponemos entonces? Proponemos lo siguiente, para acelerar y para cumplir ante la humanidad como Estado y como sociedad colombiana.
Tengo que perseverar en la idea de un pacto nacional, invitando al liderazgo político, social y económico de la mitad de la población que se ha opuesto al Acuerdo de paz, a la paz. A la ya firmada y a la que aún queda por hacer.
Eso es fundamental desde el punto de vista político. Yo no he querido romper completamente los espacios que quedan con lo que hoy llamaríamos nuestra oposición. La respetamos, hablamos con ella y la invitamos a que hagamos un acuerdo común para el cambio de las normas. Es aquí el problema.
No se quiere obviamente un acuerdo nacional, pero para no cambiar las normas. ¿Y si esta es la sociedad más desigual del mundo, ¿cómo no se van a cambiar las normas? Las que tengan que ver con la construcción de la igualdad hay que construirlas.
En el Acuerdo de Paz hay algunas. Por eso voy a proponerle al Congreso de Colombia, a las Cortes y a la sociedad, indudablemente, repetir un
fast track (vía rápida).
Le llamaron así, en inglés, en Colombia, a un método más rápido para aprobar leyes en el Congreso de la República.
Ya se hizo, pero los proyectos de aquella época, gobiernos santos, tuvieron que ver con las fases iniciales del acuerdo de paz con la FARC. Y ahora tenemos que presentar, son los cambios de normas que permitan los productos del acuerdo de paz.
Reforma rural integrada, plan de salud, plan de vivienda, etcétera, verdad integral, no fragmentada. Integración del territorio al desarrollo nacional.
Y por eso proponemos estos 10, los consigno aquí, puntos, que leo:
1-
Modificación de las normas de las vigencias futuras y el plan fiscal de mediano plazo que nos permita financiar la inclusión territorial al desarrollo, priorizando la inversión en los territorios
Estas palabrejas económicas técnicas tienen que ver con que toda la inversión pública de Colombia está comprometida en los próximos 30 años. Ahí soy casi una figura decorativa, frente al presupuesto, en una serie de obras, básicamente autopistas de dos carriles ida y vuelta, que están al lado de las grandes ciudades más ricas de Colombia.
Allí se va la plata. Luego, no podemos financiar la inclusión territorial, que es el eje central del acuerdo de paz. Esto implica un cambio de normas, que es lo que proponemos aquí, que en el plan de vigencia futura se incluya la financiación completa de la transformación del territorio en lo que tiene que ver con infraestructuras e inversiones públicas.
2-
Cambio en la distribución del sistema general de participaciones que permita erigir recursos a las zonas PDET para financiar sus proyectos de salud, educación y otros
Es una figura también institucional colombiana, de ley, que tiene una fórmula para distribuir los recursos nacionales en los municipios, general, pero que no fue modificada para que se privilegiara, lo que el Acuerdo decía, una serie de zonas geográficas que se denominan municipios PDET.
Hay que hacer esa reforma para que el municipio PDET tenga más que proporcionalmente ellos mismos recursos para su propia inversión social.
3-
Excarcelar al campesinado productor de hoja de coca. Está escrito en el Acuerdo de paz, nunca se implementó.
Hay 35.000 campesinos cultivadores de hoja de coca presos en las cárceles de Colombia en condiciones brutales de hacinamiento y pérdida de derechos humanos.
El conjunto de los presos tendría la mejor vida si liberáramos a los 35.000 campesinos presos por producir hoja de coca, que es simplemente un vegetal, pero que ha sido criminalizada en sesiones de instancias de las mismas Naciones Unidas en lo competente.
Ese es un punto del Acuerdo de Paz y yo quiero cumplirlo a través de una ley de fast track.
4- Optimización y nuevas inversiones forzosas de cara a la sustitución productiva de economías ilícitas y un camino de labor e industrialización
El PNIS, que tiene que ver con los cultivos de hoja de coca, se convirtió muy neoliberalmente en un programa de transferencias individual te mando a una región ajena 10 millones de pesos y cambias tu cultivo se hace desde Bogotá fracasó.
De 90.000 acuerdos con campesinos, familias campesinas, sólo se han cumplido 96; estruendoso fracaso que deriva de la forma como se hizo.
Si nosotros hacemos un plan, le voy a llamar la palabra marcha de inversiones productivas en las zonas donde se produce la mayor parte de la cocaína del mundo la que se vende en estas cuadras alrededor, podemos acabar en su mayor parte la oferta de cocaína para el mundo, porque los campesinos productores de hoja de coca quieren producir cacao y volverlo a chocolate; quieren producir maíz y volverlo a harina; quieren pescar y volverlo harina de pescado o en industrias frigoríficas; quieren sembrar árboles y volverlo muebles quiere llevar esos muebles a china y traerlos a Estados Unidos y llevarlos a Europa.
Eso se llama transformar la economía.
Y se hace con capital, que debe pertenecerle al campesino productor de hoja de coca en forma asociativa, lo ordena el Acuerdo de Paz, pero no se ha hecho y nos proponemos hacerlo. Otro punto tiene que ver con el mundo, la cocaína.
5-
Creación de la figura de conversión hereditaria, familiar en las zonas selváticas de Colombia
Resulta que por coincidencia climática e histórica las zonas PDET, donde están las zonas de economías ilícitas, pertenecieron a la selva amazónica o a la selva más biodiversa del mundo, que es la del Chocó biogeográfico, entre Ecuador y Panamá. Allí está el 90% del conflicto, porque allí está el 90% de la hoja de coca y la minería ilegal y porque allí estuvo el campesino desplazado por la violencia de mediados del siglo XX que llegó armado a defender su vida y que es la base social de lo que fue las FARC.
Aquí hay un segundo punto internacional, es la selva, es el pulmón que absorbe después de los océanos la mayor cantidad de CO2 del planeta. Es lo que nos tiene vivos.
Mientras Estados Unidos es la mayor chimenea de CO2 de América en el norte nosotros somos la mayor esponja de absorción de CO2 en el sur.
Luego, el conflicto armado colombiano atraviesa dos problemas contemporáneos: las drogas del mundo que consume el mundo y la crisis climática.
Nosotros podemos hacer que ese campesinado productor de hoja de coca y esas formaciones armadas y esa sociedad allí puedan ayudar a que deje de ser productora de cocaína y pueda ayudar a que sea la que más absorba CO2 del mundo.
6-
Una Reforma Agraria que contenga la modificación de las normas actuales para la compra administrativa exprés de tierras
La ley actual nos lo prohíbe, lo remite a los jueces y los jueces demoran décadas resolviendo el que una hacienda fértil pero improductiva pueda ser entregada al campesinado. Luego, ese mecanismo hace que tres millones de hectáreas se vuelvan 13.000 en el pasado gobierno o 180.000 en el presente.
Y en perspectiva duraríamos 50 años en cumplir el Acuerdo de Paz que las FARC y el Estado determinaron para 10. Los campesinos de hoy morirían de viejos antes de tener tierra. Esa ha sido la forma como se ha impedido hacer una reforma agraria moderna sobre la tierra de Colombia y por eso la tierra sigue fértil, sigue improductiva, 15 millones de hectáreas, construida en una tenencia feudal y con un beneficiario, no el único, central, los grandes narcotraficantes del país, que hacen de la tierra una caja de ahorros.
Modificar las normas por tanto se vuelve fundamental.
7-
Un sistema único de verdad, justicia, reparación y reconciliación para todos los actores del conflicto
Paramilitares, terceros civiles, militares guerrilleros y dice el Acuerdo de Paz de las FARC, incluso, organizaciones narcotraficantes que tengan que ver con el conflicto la única manera es armar todos los espíritus que unos dejan las armas para que otros las cojan.
Y poder producir un desarme generalizado en las zonas de conflicto del país.
8-
Ampliar el plazo de implementación del Acuerdo por siete años más y las zonas PDET del país, incluso incluyendo las áreas de pobreza de las grandes ciudades de Colombia
Estas son medidas de ley. No están determinadas por el presidente, tampoco por las FARC. Tienen que ser medidas del Estado para ser aprobadas. Tendrían que ser parte de un pacto nacional que es lo que no se ha podido producir desde el 2016.
En un procedimiento
fast track nos llevaría a reducir los plazos de tiempo para cumplir con efectividad el Acuerdo de Paz firmado. Lo vamos a presentar pues a la sociedad colombiana y al Congreso, pero quisiéramos dejarla aquí refrendada ante ustedes como parte de la declaración unilateral de Estado que se firmó con la alta parte contratante de las FARC. Yo me reuní con ellos hace una semana en el Palacio de Nariño, donde es la sede del Gobierno.
Y termino y me disculpan, básicamente, exhortándolos como parte de las Naciones Unidas a una toma de decisiones.
Si yo coloco el valor de lo que representa la Reforma Agraria, le sumo lo que representa la inclusión del territorio excluido de Colombia y le sumo lo que representaría un sistema único de verdad, reparación, justicia y reconciliación, tengo una cifra que digamos en dólares yo lo tengo en pesos, 160 a 200 billones de pesos. Eso me da unos 50.000 millones de dólares, que Colombia no tiene.
Es más, no tiene porque estoy, precisamente, al frente de una situación económica mundial y local. Nos sobre endeudamos para cumplir tareas del covid, mal o bien hechas. Debió ser una emisión de dinero. Fue un endeudamiento exprés con el FMI (Fondo Monetario Internacional), pagadero a dos años que es este año y el año entrante; que me hace subir la deuda de 70 a 112 billones de pesos. Se hundieron varias propuestas de reforma tributaria. Los sectores más adinerados de Colombia son reacios a tributar más.
Propuesta para obtener recursos con destino al Acuerdo de Paz
Y entonces estamos literalmente ahorcados financieramente. ¿Cómo se puede cumplir el Acuerdo de Paz si hay un ahorcamiento presupuestal del Gobierno colombiano?
Aquí viene mi propuesta a ustedes, que no es solicitar colaboración país por país: no funciona. La plata se va en cursos, no tiene eficacia y aquí tenemos que tener eficacia.
Yo creo que es potenciando la capacidad financiera del Estado colombiano, no necesitamos regalos, y veo dos métodos que se han propuesto desde el Gobierno colombiano que serían claves y se destinan a los tres ejes del Acuerdo de paz del 2016:
La Reforma Agraria, la inclusión territorial y el sistema único de verdad justicia y reparación.
Uno. Que nos quiten el riesgo en el endeudamiento de Colombia. Se utiliza la figura del bloqueo económico para derrotar rivales. Eso tumba las economías de un país. La empobrece de inmediato. ¿Por qué se utilizó, al contrario, planes Marshall para construir economías aliadas? Europa posguerra, Corea posguerra.
Y por qué Colombia, que hace un esfuerzo de paz de esta dimensión, que puede enseñarle al mundo en tantos aspectos.
En las drogas, en la justicia transicional, en el levantamiento de minas, en la reconciliación, en el encuentro entre combatientes, en la reconstrucción como ser libre del combatiente, etcétera.
¿Por qué Colombia no tiene un espacio de reconstrucción económica si necesita economía y dinero para solucionar los problemas que ocasiona la violencia?
Y cuando estos problemas van de frente a problemas del mundo, como las drogas, cocaína y como la crisis climática, selvas.
¿No habría aquí un trato mutuo mucho más honorable, digno y contundente?
La paz de Colombia acaba la cocaína en el mundo, por lo menos durante un tiempo mientras el mercado no sustituye el oferente o los consumidores no sustituyen las drogas, como sucede en Estados Unidos.
Y la paz de Colombia salva el tercer pulmón de estabilidad climática del mundo. Necesitamos financiarla con nuestros propios recursos colombianos. Hemos entregado 7.000 millones de dólares en riesgo, por encima de la tasa de interés de mercado pagando nuestra deuda.
¿Por qué? ¿Acaso no es más inseguro un país que emite CO2 que el que lo absorbe para la vida humana? ¿Qué tipo de teoría mercantil es la que se ha impuesto sobre la vida que hace que Colombia tenga que pagar su deuda al 8 y 9% de interés en dólares y Estados Unidos a la tasa de mercado?
Si es allá donde se emite, puedo hablar también de China, no tengo aquí un sectarismo de la geopolítica, pero ¿por qué Colombia, que es el que absorbe y es el que tiene que financiar la paz y es el que a través de esa paz puede lograr estabilidades climáticas mayores y estabilidades sociales mayores si miramos el impacto de la paz en el mercado de las drogas y en la química, la atmósfera en términos de CO2?
Propuesta que dejo, porque se puede equiparar a cambiar deuda colombiana por acción climática, quitar el riesgo en el endeudamiento colombiano, pagamos a la tasa de interés del mercado, no hay problema, pero esa diferencial de dinero va hacia el proceso de paz.
Y, en segundo lugar, hacemos acción climática, porque el proceso de paz por la zona geográfica donde se localiza, selva amazónica, selva del Chocó biogeográfico, preserva la selva y el pulmón de la humanidad.
Estas dos medidas serían las que podríamos colocar en la mesa de colaboración con el mundo, para que se pueda realmente viabilizar en el tiempo, modo y lugar el Acuerdo de Paz firmado en el 2016, entre las altas partes contratantes del Estado de Colombia y la FARC, y que nos serviría, además, para acabar el ruido de los fusiles de las nuevas organizaciones, que a partir de las economías ilícitas que no fueron reemplazadas, del territorio que no fue incluido, empiezan a sonar de nuevo en Colombia trayéndonos quizás otra era de paz cuando toda Colombia lo que quiere es una era de paz. Una era de guerra o una era de paz.
Gracias, muy amables, señor presidente, por haberme escuchado.
(Fin/mha)