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Discurso

Palabras del presidente Gustavo Petro en la Entrega del Pabellón Nacional a la delegación de deportistas Paralímpicos París 2024

Foto: Juan Diego Cano - Presidencia

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“Es que la igualdad se ha olvidado en una de las sociedades más desiguales del mundo, y en un mundo que cada vez es más desigual que en el pasado. La distancia entre unos y otros, que rompe la solidaridad, que rompe el criterio de equidad humana, rompe al final la libertad. Y no existe el ser humano sin libertad. Es imposible el ser humano sin libertad”. 

Bogotá, D.C., 6 de agosto de 2024

Va una delegación de 73 personas, 43 son hombres, 30 mujeres. En este caso hay una mayor proporción de atletas que van respecto a los últimos Juegos Paralímpicos, tenemos medallistas aquí, y en cantidades, que esperamos vuelvan a repetir y aumente el número de medallas en las diversas disciplinas del deporte.

Estuve en París ahora, en la inauguración de los Juegos Olímpicos, una ciudad que está muy bella, porque decidieron, además de su historia, liberar la naturaleza, una nueva visión del urbanismo.

Francia, en general, se recordaba, y nos dejaron aquí una mala enseñanza en este Palacio, de cuadricular la naturaleza como si se pudiera dominar por el ser humano. Una vieja visión que, hoy, cuando volví, me sorprendió, ha cambiado totalmente allí donde apareció. Los pastos crecen libres, dejan de podar los árboles, la naturaleza se explaya dentro de una ciudad imperial y logra darnos una sensación muy diferente a la que yo había tenido en años pasados. 

Es un nuevo urbanismo que tiene que ver con lo humano y con la naturaleza. Deja de ser la máquina el eje constructor de la ciudad y pasa a ser la gente, el ser humano. 

Los Juegos aún están en pleno desarrollo, los Olímpicos, allí abrimos la Casa Colombia, cerca a la estación de metro Stalingrad, se ha reunido prácticamente la colombianidad que vive en Europa, los deportistas que están aún allí, sus familiares. Esa Casa Colombia va a quedar abierta para que también acoja la nueva delegación deportiva que llega de Colombia hacia allá, para que la gente de Colombia se aglutine con orgullo alrededor de su café, alrededor de sus culturas, de su tradición, la pueda expresar al mundo. 

Cada vez el mundo se fija más en Colombia. El porcentaje creciente: la última estadística habla de más del 8% respecto al año pasado, y el año pasado en un gran porcentaje respecto al antepasado, de turistas extranjeros que llegan aquí mejorándonos nuestras circunstancias de balanza de pagos, es una demostración de cómo cada vez más el mundo mira a Colombia desde unas perspectivas diferentes a las de las últimas décadas que no han sido tan buenas. 

Nos miran por nuestra biodiversidad natural, nos miran por nuestra diversidad cultural, nos miran por ser una sociedad resiliente, que a pesar de todo se mantiene, sobrevive y avanza, y estos juegos son una demostración de ello. 

En la inauguración en la que estuve la construyeron, un poco con una discusión mundial muy interesante que desató esa forma de inaugurar los juegos que aún se desarrollan en París, alrededor de una serie de palabras que son, en mi opinión, centrales para la vida humana y que nacieron allí y se expandieron por América Latina y por Norteamérica y, en últimas, por el mundo: la palabra solidaridad, la palabra libertad y la palabra igualdad, son palabras olvidadas en la especie humana. 

Cuando se olvidan dejamos de ser humanos, o nos transforman en robots, nos transforman en máquinas, o nos transforman en esclavos, o nos transforman en objetos, nos hacen perder libertad, que la libertad no es entrar a un supermercado, como nos la quieren ver ahora, sino poder satisfacer nuestras necesidades, que la solidaridad la han destruido al punto de que nos pretenden hacer sentir como una especie de animales que corren por un triunfo que no está, porque en realidad la especie humana ha crecido es a partir de ayudarse mutuamente. 

Y aquí en los Juegos Paralímpicos sí que se ve ese tema de la solidaridad, pero la palabra fundamental es la igualdad. Los Juegos Paralímpicos muestran es la lucha por la igualdad humana. Quizás pegados los Olímpicos con los Paralímpicos suena todavía más contundente la palabra igualdad. 

Es que la igualdad se ha olvidado en una de las sociedades más desiguales del mundo, y en un mundo que cada vez es más desigual que en el pasado. La distancia entre unos y otros, que rompe la solidaridad, que rompe el criterio de equidad humana, rompe al final la libertad. Y no existe el ser humano sin libertad. Es imposible el ser humano sin libertad. 

Por eso tantas luchas en la historia, por eso tanto cambio en la historia conocida de la humanidad, eso que llamamos progreso al final, para bien o para mal, son expresiones de la libertad humana, de la creación.

Y estos Juegos Paralímpicos muestran que, a pesar de la dificultad, a pesar de la condición física entre todos los seres humanos, lo que prima es la igualdad. Es una igualdad del espíritu, es una igualdad de las posibilidades, es una igualdad ante la superación de la necesidad, que es la verdadera definición de libertad. 

Así que aquí va un equipo libre que ha ayudado el Estado, ha ayudado la sociedad de alguna manera, que ha ayudado la familia, para que logre allí las banderas no solamente de un triunfo competitivo entre seres humanos de diversos países, sino para que logre las medallas de la igualdad y de la libertad. 

Gracias por haberme escuchado. Muy amables, bon chance, allá en París y que regresen con el mayor número de triunfos posibles. Gracias.

(Fin/aga)