Bogotá, 6 de mayo de 2025
Gracias por su presencia después de la gran manifestación del Primero de Mayo en toda Colombia, un hecho histórico.
Hay malos analistas en Colombia o prejuiciados y no les permite tener el cerebro abierto, la mente abierta, clara. Se dejan obnubilar, se les oscurece el pensamiento, simplemente por el prejuicio sectario del cual padece Colombia desde hace siglos.
Matarse entre sí es el máximo, la máxima expresión del sectarismo. Llevamos 200 años matándonos entre nosotros mismos.
Ninguna nación del mundo lo hace así. Miren la historia. Hay guerras, obviamente, guerras civiles, revoluciones, dictaduras, pero no duran más de una década, quizás, dos y la historia general de cada pueblo, pues es pacífica, se van construyendo como sociedad, van buscando sus objetivos comunes, van superando problemas.
La sociedad de los Estados Unidos nos lo demostró en una guerra civil entre confederados y yanquis. Les decían que, ni más ni menos, tenía como objetivo, para unos, la libertad de los esclavos negros. Para otros, mantener la esclavitud. Ni más ni menos.
Y en esa guerra atroz que cubrió los Estados Unidos de esa época, a mediados del siglo XIX, con muchísimos muertos, ganó la libertad.
En Estados Unidos ha ganado, de vez en vez, la libertad. Y es una sociedad que lucha a su interior entre ser más libres, lo cual indica que, en esos pueblos, en su origen, en su sangre, hay una estirpe libertaria que hay que reconocer.
Muchas veces me aterra que la gran división de las américas, entre pueblos blancos en el norte –que ya no son tan blancos– y pueblos latinoamericanos, que también tienen de la blancura aria latina, pero que están muy mezclados con otras sangres del mundo. Vasconcelos decía la raza cósmica. Pero no somos razas, las razas no existen. Es una invención humana que ha terminado en una catástrofe, el Holocausto.
Pero, indudablemente, en esa sociedad hay una gran lucha entre gente que ama a fondo la libertad y gente que quiere la esclavitud, que quiere el apartheid, que quiere condenar a las negritudes y a las gentes que no son como los arios. Por eso usaban un signo que proviene de los arios que nace en la India y después se van al Cáucaso, que proviene de esa cultura. No es criticable, pero que tiene la marca aria, y que fue recogido por Hitler, y es la esvástica.
La esvástica no es una cruz cristiana, no tiene que ver con el cristianismo, es pagana –si queremos usar el lenguaje cristiano–, la esvástica, no tiene que ver con Jesús, con la cruz de Jesús. Tiene que ver con la creencia en una superioridad racial que solo lleva a la muerte de la humanidad.
En algún museo de Marinilla, Antioquia, quienes hicieron ese museo que son los de Tradición, Familia y Propiedad (una agrupación de laicos católicos) –compañero parlamentario– exponen con mucho orgullo las cruces de Jesús, una colección muy hermosa, pero perdida entre unas, la esvástica.
Ojo, los símbolos nazis están prohibidos en el mundo y bajo la tesis de defender a Jesús, que nada tiene que ver con el tema. Al contrario, es la religión del amor, y practicamos nosotros eso, así no seamos, como le llaman, rezandero.
Pero allí nace un dolor de Colombia. Y es que hay gente que cree en la superioridad racial y lo expresan todos los días. Es una rémora que tiene el pensamiento colombiano en sus élites, pero que se desplaza a la base misma de la sociedad, como toda cultura dominante, y hay que construir una contracultura que es la de la diversidad.
No hay razas y nadie es superior a otro. Ojalá los actuales administradores de ese museo sepan quitar la esvástica de ahí, porque nada tiene que ver con Jesús.
Pero, bueno, esto me vino a mente, precisamente recordando a los Estados Unidos, porque, muy creyentes en la cruz, a veces, confunden cruz con esvástica y eso pasa, también, en Colombia.
Y eso nos lleva a tener mucha claridad política. A veces en la ignorancia confundimos lo uno por lo otro y terminamos matándonos, por centenares de miles, creyentes en Jesús, ambos bandos de ignorantes.
La consulta popular
Un poco, la ignorancia ha sido el instrumento con el cual la oligarquía colombiana ha dominado a la sociedad colombiana. No han querido, por nada, que el pueblo se eduque, les parece una blasfemia, una indignidad.
Dignidad que escuchaba yo en unos discursos ahora. Lamentablemente, tiene visiones diferentes. Para uno es dignidad luchar por el pueblo, para otros es indignidad. Se tienen visiones diferentes de la moral y una visión anacrónica y vieja, se quiere imponer como la moral del mundo de hoy, que es, ni más ni menos, el amor a la libertad. Y hay que enfrentarlo, porque si no, no somos libertarios, no somos emancipadores.
Esa renuncia a la educación, al saber, pues aquí se está expresando, incluso, en un debate del Senado, alrededor de una reforma educativa, que me sorprendió. Me sorprendió en lo que terminó. Ya al final, ya cuando iba a salir ley, llega la extrema derecha y propone formar como unas EPS (Entidades Promotoras de Salud) en la educación pública, cuando ya las EPS han fracasado completamente, cuando ya estamos tratando de decirle a Colombia que el concepto de intermediario financiero privado manejando los derechos que son universales, por definición, es decir, que son para todos y todas, pues no es funcional, es un enorme error desde los últimos 30 años de la política colombiana, vuelven y nos lo ponen, desde la extrema derecha.
Entonces, unas instituciones privadas enseñando en el colegio público y, en cambio el Estado les paga exactamente lo mismo que las EPS. ¿A quiénes? ¿A los dueños de esas instituciones? ¿Qué quiénes vendrían a ser?
Va uno, da tres vueltas y terminan siendo politiqueros de pueblo. La plata pública para el politiquero y sus negociantes, y la educación de calidad para la niñez, y la juventud colombiana que se vaya al carajo. No les importa.
Por eso, entre las causas que llevan a alguna gente a oponerse a la consulta popular que ustedes tan valientemente nos han apoyado, porque fueron los primeros, pues se les convierte en una indignidad.
¿Cómo se va a educar la chusma? Dicen. Los jóvenes trabajadores y trabajadoras, el trabajador. ¿Cómo se va a educar el pueblo? Eso es indigno.
Necesitan un pueblo bruto de rebaños que puedan llevar igual a la urna electoral con tres billetes, o a la guerra, para que sean muertos, como carne de cañón. Como está muriendo tanto joven a lo largo de los montes y de las veredas de Colombia.
Por eso no quieren la consulta, algunos. Y por eso, le pidió a la mayoría del Senado de la República: abrácense con su pueblo, porque esa es su función constitucional. No es otra. Abrácense.
Parece que no lo quieren parece que quieren es abrazarse con el dios dinero que sí ha sostenido las mayorías del Congreso en unas épocas, ya desastres, que ha ocurrido el proceso 8000 o entregar la ley al paramilitarismo en Colombia para asesinar al pueblo colombiano.
Eso no puede ser más, porque ese tipo de actos consiste y organiza los cien años de soledad en Colombia. Lo que dije el Primero de Mayo es que los cien años de soledad deben terminar.
Un ejemplo de lo que es el saber está aquí mismo, pueden verlo, este edificio blanco que casi nadie visita. Ese es el Observatorio Astronómico de Bogotá, hecho desde la época de la colonia. Ahí trabajaba el Sabio (Francisco José de) Caldas (prócer de la Independencia) y (1732 – 1808. Médico, botánico, geógrafo, matemático y sacerdote español.) José Celestino Mutis.
Casi no podemos ya saber de esa historia, porque la han prohibido en los colegios. A tanto quieren llevarnos a la ignorancia, que no quieren que se sepa nuestra historia. Entonces nos echan mentiras.
Nos dicen que el 20 de Julio, cuando gritamos libertad, fue porque un florero se rompió. Florero aristocrático, allá en la esquina de la plaza de Bolívar. Y no, esa no es la verdad. Lo dije el Primero de Mayo. La verdad es que en la noche anterior se reunieron aquí estudiantes y sabios de Colombia y de España. José Celestino Mutis, creo –no recuerdo bien–, pero el sabio Caldas sí, por eso lo fusilaron, y otros, Camilo Torres, y otros.
Ahí se planeó la Independencia de Colombia, en un sitio del saber, en el máximo sitio del saber de Bogotá y de Colombia, que no se llamaba Colombia en ese entonces.
Y entonces tenemos que aprender. Es que cuando se sabe se grita libertad. Los esclavos se producen en el mundo, incluso, de hoy, las nuevas esclavitudes, como decía el papa Francisco, que me enseñó eso, el papa Francisco me enseñó, se producen las nuevas esclavitudes es en la ignorancia.
Cuando el faro del saber alumbra, alumbran las revoluciones, los pueblos se vuelven libres y ejercen la libertad.
Y lo que estamos diciendo ahora es que la consulta popular es un momento en donde el pueblo debe ejercer la libertad. La libertad nos fundó como República y la libertad tiene que ser ahora.
Segundo ataque
Estando en estas, en la lucha por la consulta popular, ha venido un segundo ataque que debo explicar, y hay que ponerle atención, porque va a fondo, como una daga mortal, va a matar.
No es un chisme, por ahí, de un viejo loco que, por rabia, porque dice que quería hablar conmigo, yo nunca supe que quería hablar conmigo, lo echó la Procuraduría. ¿Yo qué culpa tengo? Pero me la está cobrando a mí.
Pero no es las locuras de un viejo loco decrépito que está sacando la herida, que no pudo seguir siendo canciller, o su hijo, y debe saberse porque no, la culpa no la tiene el viejo.
Lo que ha salido en el día de hoy no es un chisme, es un complot, y no es nacional.
El complot no es de colombianos, aunque haya colombianos y, por tanto, es peligrosísimo, porque es un atentado a la soberanía nacional de Colombia, y a la democracia y a la libertad de los colombianos.
No solamente para defenderme yo, como persona. Y es que las cosas que va, supuestamente, denunciando, que cualquier periodista con dos dedos de frente debería ver, pues que absurdo, cómo son pruebas. ¿De qué? Drogadicción. Yo soy revolucionario, no me dejo esclavizar. A veces tengo hasta problemas con las mujeres, por eso, en mi vida personal.
A problemas, ya me voy a meter en camisa de once varas, pero... Dicen que (el Ministro del Interior, Armando) Benedetti me chantajea, porque, entonces, yo voy a fiestas con él.
Y yo no sé qué pasa; pero nunca he ido a una fiesta con Benedetti. Nunca en la vida. Y voy a confesar la verdad, le tengo miedo a las amigas que invita. Es culpa de Benedetti.
Yo no me meto más en eso, pero soy prudente. Entonces, bueno, y así se vuelven como verdades gemelas.
El asesor en comunicaciones de (el político, militar y dictador alemán de origen austríaco, canciller desde 1933 y caudillo de Alemania desde 1934 hasta su muerte en 1945 Adolfo) Hitler, que terminó matando a sus hijos, envenenando a su esposa y a él mismo, porque no pudo soportar la derrota de Hitler. Era un perrito faldero –me disculpan los perritos– de Hitler. Terminó muerto.
Pero él escribió la esencia de la comunicación nazi. Miente, miente, y final, se cree que es verdad: (el político alemán, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945, Joseph) Goebbels.
Y lo estamos viviendo en Colombia. Mienten y mienten todos los días y eso es lo que no permite que el 80% del pueblo esté con nosotros, que debería, sino que los esclavos apoyan al verdugo. Ese es el efecto de la prensa de Goebbels que lo hacen en Colombia.
Por eso censurar al presidente es esencial. Que no hable. Miren lo que pasó el Primero de Mayo. Creo que estamos ante el hecho histórico más grande de los últimos tiempos. No sé desde cuándo. Creo que estamos ante el discurso de un presidente más importante. No por la inteligencia, sino por lo que decía.
Es una alocución presidencial, porque para eso me subí a la tribuna, para hablar no solo con los que llegaban a la Plaza de Bolívar que fueron muchísimos.
Sí, y les dio miedo. Realmente, creo que Bogotá no había experimentado una manifestación tan grande.
Primero, quisieron calumniarla, cuando sacaron las fotos de temprano con la media plaza, hasta ahora llegando la gente. ¿Tanto miedo le tienen a la movilización popular? Que mienten. Y después, cuando ya no podían con la mentira, porque salían ríos y ríos de gente por todas partes, entonces decidieron pasársela por la faja, inventarse otras noticias, como siempre, ocultar la verdad.
Y salió una carta de (el exministro de Relaciones Exteriores Álvaro) Leyva, explícitamente, con ese objetivo, para que el Presidente no vuelva a hablar como en la Plaza de Bolívar, sino que hable de él. Así se pierde el efecto.
Pues fue una locución presidencial, magistrados. Unos, del Consejo de Estado, en el afán de censurar al presidente, hecho que es de una enorme falta contra la democracia y la Constitución, ni más, ni menos, censurar al Presidente, censurar el voto popular, la base de la democracia.
La soberanía reside en el pueblo y el Presidente es un hijo del pueblo, elegido por el pueblo.
Entonces, como si nada, entonces, un fallo de tutela de una uribista amargada –ahora me pone otra tutela, por decirle amargada– queriendo la oligarquía de Colombia que el Presidente diga exclusivamente lo que ellos quieren, queriendo los cacaos de Colombia que el presidente se arrodille al dinero.
Y este presidente no se arrodilla al oro. Ya deberían saberlo. No me arrodillo. Creo que tenemos algo que cumplir en la historia de Colombia y no por designio divino o algo. No tengo ni idea, sino por designio del pueblo, con su voto.
Y entonces quieren que yo hable como ellos y vaya a sus clubes y le haga sus políticas y se sigan ordeñando el presupuesto nacional y no, señores. Conmigo no.
¿Y cómo saben eso? ¿Cómo lo saben? Entonces quieren tumbar al Presidente, desde el segundo día que me posesione. No han dejado, no solo de pensarlo, sino de intentarlo.
Proceso por topes electorales
Y cogieron unos consejeros del Consejo (Nacional) Electoral (CNE), que no son jueces, bastante oscuros, y se formaron un proceso sobre violación de topes.
Llevan desde el principio con eso, tratando de fabricar unas pruebas inexistentes. Ninguno de los seis puntos tiene realidad, hechos ocasionados, o sin que estuviéramos en campaña, en donde tengo el derecho fundamental a la reunión, o hechos que son de una mala lectura de la contabilidad, no supieron de contabilidad.
Y entonces no sabían que cuando alguien se equivoca en una factura es al mismo tiempo que se detecta la equivocación contable se inscribe el error en la (Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales) DIAN con fecha hora y con firmas de los que cometieron el error, y entonces, un investigador serio debía de ir a preguntarle a la DIAN: ¿Esto fue error o no?
Y hasta el noticiero de televisión no fue capaz de decirlo en público, que se habían equivocado en la facturación, para dejar que el proceso corriera contra el Presidente, que malas pulgas la de los dueños de ese noticiero, porque ellos tenían en su mano las pruebas de que se equivocaron en la facturación, pero las pruebas existían en la DIAN, solo que los famosos investigadores no fueron a la DIAN, que perezosos, se equivocaron.
Y como es tan malo la forma como acusaron al Presidente, desde una instancia administrativa, violando la Convención Americana, por segunda vez, contra la misma persona, el Presidente.
Ya me había ganado una hermosa sentencia a favor en la Corte Interamericana de Derechos Humanos y volvieron a repetir lo mismo, no quieren hacerle caso a la sentencia, porque el beneficiario está peleando no solamente por él. Ya volví a ser alcalde, ya terminé mi alcaldía, sino porque es una liberación de la política en Colombia que un dictador administrativo no diga qué político, que funcionario debe salir y cual no, sin juicio.
Y por eso nos quieren tener, como perros, esbozados y amarrados a una cadena, la política en Colombia. Y la sentencia que yo me gané dice no, eso es un error democrático. Están violando la convención. Liberen la política en Colombia.
Y no hay instancia judicial que lo permita, cuando la Constitución de Colombia lo ordena y la justicia mundial. Por eso, todo el tema alrededor de esta sentencia y, por eso, valientemente, hay que decirlo, la Corte Constitucional restituyó ahora mi derecho, porque era un grito contra la Constitución, una arbitrariedad lo que hizo el Consejo Nacional Electoral y unos magistrados del Consejo de Estado.
El compló de la extrema derecha
Yo no estoy peleando con el Consejo de Estado. Acato todas sus sentencias, pero ojo con unos magistrados de extrema derecha que quieren es que tumben al Presidente de Colombia y, por eso, lo censuran, porque se está armando otro compló, porque lo que hicieron desde hace dos años, no les sirvió, fracasaron por mentirosos, por quebrar la Constitución.
Ya la Corte Constitucional había dicho hace años que el fuero del presidente es integral. Y no era yo el presidente. Esa sentencia la desobedecieron los magistrados que tomaron a su favor lo que estaba haciendo arbitrariamente el Consejo Nacional Electoral a través de los consejeros, porque no son magistrados, no son del poder Judicial, uribistas, el uribismo detrás del golpe de Estado.
Pero no voy a acusar a Uribe directamente. Ya bien acusado que está en otras partes. Es la extrema derecha, son los nuevos nazis los que están actuando y esos nazis no son solo de Colombia, son del mundo. Los nuevos hijos de la esvástica, incluso, fracasaron, no pudieron. La Corte Constitucional desbarató el infundio.
Me dicen que hay que creer en la justicia, y se demora, pero llega. Por eso no insulto a las instancias judiciales y les hago caso. Así no crea mucho en lo que dijeron, pero la dejo actuar. No le pongo señoras que llevan micrófonos a las salas de audiencias, ni amenazo de muerte a magistrados. Eso lo hizo otro, el de la esvástica.
Nosotros somos libertarios de verdad, no como (el presidente de Argentina, Javier) Milei, que es libertario de supermercado, libre el que pueda ir a comprar, y si, el que no, esclavo.
Libertad es superar las necesidades, decía el filósofo (Georg Wilhelm Friedrich) Hegel, las necesidades fundamentales del ser humano para que pueda pensar libre, sin hambre.
Y pensar libre es la libertad, y sentir libre es la libertad, y actuar como se piensa y se siente es ser libre, y es para mujeres y es para hombres. Ninguna colombiana y ningún colombiano está hecho para las cadenas, porque esta República se fundó gritando libertad.
Y, entonces, desesperados, porque les falló el golpe de Estado, se inventan otro. Ahí está Leyva llamando a los de la Comisión de Acusaciones, desesperado. ¿Quién le da las órdenes?
Ahí está Leyva escribiendo infundios. Ya me refiero al último, porque lo que es mi desautorización para una conducción de la política internacional de Colombia, que obedece, es anacrónica al pasado y que es arrodillada a los Estados Unidos, la coloca como pruebas de mi esclavitud mental, dice él.
No confunda una vaina con otra. Entonces dice y no es que yo esté en desacuerdo con que no haya relaciones con Estados Unidos. Yo quiero la relación con Estados Unidos como con cualquier pueblo del mundo, de igual a igual, porque Colombia es soberana.
Y aún con los gobernantes actuales de Estados Unidos, con los que yo no concuerdo en mi manera de pensar. No concuerdo. No estoy de acuerdo con que se bombardeen los niños de Gaza y no hagan nada.
No estoy de acuerdo con que la Europa occidental mire para otro lado, cuando hay un genocidio producido, parecido al que hicieron algunos nazis en Europa, contra el pueblo judío, ahora lo hacen contra el pueblo palestino. No estoy de acuerdo.
Yo no puedo apoyar genocidios. ¿Cómo un hombre libre puede apoyar que se le tiren bombas a los bebés en Gaza que tienen otra religión? Me importa un bledo que tienen otro color y otro idioma. Me importa un bledo que no son ricos, son pobres. Me importa un bledo.
¿Quién dijo que nosotros apoyamos ricos? Nosotros apoyamos la humanidad y los valores de la democracia.
Y entonces, como en la Cancillería, que es blanca, ustedes ven cómo me tumban embajadores y cónsules a través de unos magistrados del Consejo de Estado, pero los tumban, porque no quieren que yo dirija las relaciones exteriores, sabotean y son uribistas, hijos de papi y mami oligárquicos y blancos.
Una cancillería blanca que no le hace caso al Presidente, así sea la orden de la Constitución.
Y yo no les voy a elegir a sus delegados ante el mundo, porque los delegados ante el mundo los pone el Presidente de la República por orden constitucional, es mi derecho, y los delegados, que yo quiero, y delegadas que hablen ante el mundo deben hablar la política internacional de Colombia, que no es arrodillarse.
Y por eso Leyva se fue en segunda instancia. En Primera, porque un negocio que estaban armando, tratando de que Tomás Greg (& Sons), del cual es socio el (ex) presidente (Juan Manuel) Santos, o parte de la Junta Directiva, no lo quería escrutando las elecciones de Colombia, porque ahí hay trampa y la piensan volver a hacer, porqué nos la hicieron a nosotros también.
Intentaban robar las elecciones, en las del 2018 pasó. Y no quiero ese negociado así estén las grandes figuras de la oligarquía en la Junta Directiva, porque los empresarios han sido inteligentes de meterlos y tocarlos. Conmigo no. Y entonces no me gustó que su hijo estuviera metido en ese negocio y cuando di la orden de suspenderlo dejó pasar el tiempo al punto que se enredó él mismo y lo destituyeron.
Y el presidente de Colombia sabe por qué fue, y tiene razón la procuradora, que no me quiso mucho, y por eso no resarcí el tema, porque no creo que el puesto público sea heredad de los hijos de la oligarquía en Colombia.
Ya decía el padre de Leyva en tiempos del asesinato de (el caudillo liberal Jorge Eliécer) Gaitán, que si tenía que morir Gaitán no había problema. Está escrito. Creo que se repite la historia.
Veamos… Entonces dice, entre lo que recuerdo, es que se fue a Chile y tenía que hablar con la Corte Suprema y me tocó a mí, dice Leyva. No llegó.
Mentiroso. Presidente de Colombia habla con el otro presidente del estado. Ese es el protocolo, no con otros. Si va a hablar con un ministro pone al otro ministro. Como que le dio pena que lo pusiera a hablar ante la corte y los magistrados de Chile.
No, yo me fui, sepan la verdad, no a emborracharme, sino a ir hasta la tumba de (el poeta y literato) Pablo Neruda en la Isla Negra de Valparaíso. Y el presidente (de Chile, Gabriel) Boric, que sabía mi intención de ir por primera vez, porque la tenía desde niño, porque me parece el poeta más grandioso del mundo y de América Latina, me parece que tenía el fuego americano y que, como libre, fue candidato presidencial y lo exiliaron de su país.
Y hay una linda política de su exilio y fui a su casa en (la isla de la bahía de Nápoles, en Italia) Capri, donde escribía. Y el señor, ¿cómo es que llama? De (Administración Postal Nacional) Adpostal, pero italiana, se llevaba sus cartas y le regresaba las respuestas, el cartero, se llama.
Y fui a la casa, donde el cartero llegaba, porque tengo reverencia por ese hombre, y no quería que al llegar a Chile yo no pudiera ir al norte de Santiago, a donde la Marina rodeó la casa de Pablo Neruda en el golpe de (el militar y expresidente de Chile, Augusto) Pinochet.
Amigos qué tiene Pinochet en Colombia, yo soy amigo de los obreros que cayeron muerto bajo sus manos.
Y fui, y estuve ante su tumba, y conocí su casa, y tengo las fotos, prueba, de una casa que hizo él, pensando en que al entrar estaba sus años viejos y cuando se camina durante la casa se llega hasta que es bebé, una idea de poeta. Él mismo hizo su casa.
Y estuve ante su tumba, al lado de su segunda esposa, Mercedes, y vi el mar de Isla Negra y entendí por qué hacía las poesías que hacía, siempre hablando del mar y de la tormenta.
Y, entonces, ¿pecado? Pues pregúntele a Boric, qué me dio el permiso y me puso las posibilidades de moverme hasta la Isla Negra. Eso sí no se enteró el hombre, porque quiere enterrar la daga.
Relaciones con China
Y ahora sale con el tema de China. Oiga, Colombia es libre de hablar con China. ¿Qué daño nos ha hecho China? ¿Nos ha invadido? ¿Acaso nos quitó a Panamá? Acaso, ¿quién nos quitó a Panamá? ¿Quién desbarató la Gran Colombia?
Yo, entonces, ¿no puedo hablar con un pueblo, por qué está ganando el espacio comercial a otro pueblo. A Colombia, en las licitaciones no le gana la corrupción, como en la licitación de Tomás Greg. Señora Directora de la Imprenta (Nacional), no me lleven hasta el último día para decir que hay que prorrogar el contrato, no me engañen.
Usted tiene el deber de, aquí se lo digo en público, de cambiar ese contrato, y le están poniendo trampas, porque desde el interior del Gobierno hay gente al servicio de Tomás Greg.
Y, ahora, China. Entonces, qué pena, porque va a ir como Presidente (pro tempore) de la (Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños) Celac y Presidente de la República de Colombia a hablar con (el político e ingeniero químico chino y actual presidente de la República Popular China) Xi Jinping.
Pues voy a hablar. No voy a comprar sus aviones de guerra, no me interesa meterme en las guerras de los otros, porque nosotros queremos es la paz mundial. Y puedo hablar, sí, si soy funcional de la paz del mundo en donde toque.
Pero, ¿arrodillarme? Yo no estoy en competencia comercial con China ni con Estados Unidos. A Colombia gana el que tenga la mejor propuesta en cualquier licitación. Si los gringos compiten con China, hagan la mejor propuesta, no que por ser gringos entonces tengo que darles la licitación, porque sería un corrupto.
Y he sido franco y hablado con ellos, de frente. Podemos entendernos en lo que nos entendemos, y nos ponemos, y tenemos el mismo pensamiento, que hay que defender la libertad, sí, Colombia defiende la libertad, que defendemos los principios republicanos, sí Colombia defiende los principios republicanos, y a veces, Estados Unidos, también.
Pero que, entonces, tenemos que hacer caso, porque si no, no. Y ahí citaron la Comisión Asesora. No. Yo soy el jefe de las Relaciones Exteriores de Colombia, dice la Constitución.
Vamos a hablar con Xi Jinping de tú a tú. No como arrodillados y pondremos problemas que hay vigentes.
¿Por qué China tiene un déficit o más bien, un superávit comercial? ¿Nosotros un déficit por 14 mil millones de dólares anuales? Eso nos lleva a una pobreza y no quiero que China sea productora de la pobreza.
Por tanto, la balanza comercial tiene que equipararse, sea con inversiones de ellos en Colombia, sea comprando cosas de Colombia y de eso vamos a hablar, porque yo no hablo en contra de los intereses del pueblo.
Y, entonces, el traidor llega y dice: es que me tocó hablar, porque el Presidente se quedó callado. ¿Cómo así? Y eso es prueba de que, ¿acaso, el Presidente tiene que estar despierto después de 24 horas y cambiando los horarios?
Pues yo hablé Xi Jinping. No sea mentiroso. Y no le gustó algo que dije y tengo que confesarlo, un error mío por creer en la Cancillería, porque yo fui a hacer un acuerdo de intención de la Ruta de la Seda, que es lo que voy a hacer ahora.
Acuerdo de intención. Próximos gobiernos verán si de intención pasa a la realidad y debe pasar a la realidad. Y, entonces, en Cancillería me transfugaron los papeles y terminaron con algo que es menor que se llama, y esa es la diplomacia china, una alianza estratégica que es menos, no sirve para nada. Trampa.
Y, entonces, yo hablar de que era una alianza estratégica, qué es lo que hay con China. Xi Jinping se puso bravo, porque estaba ilusionado con que Colombia iba a entrar a la Ruta de la Seda. Trampa de Leyva.
Por ignorancia mía. La ignorancia es la que hace equivocarse. Y eso ahora lo coloca como prueba. No, señor. Voy ahí a firmar la Ruta de la Seda. Carta de intención.
Pues ahí habla de otros temas, de Alemania. Esa sí que me sorprendió, que entonces el presidente alemán, que no es lo mismo que el canciller, el presidente y el canciller tienen las funciones presidenciales similares al de Colombia, pero son dos, porque es un régimen parlamentario.
Con ambos hablé y me pareció encantadora la relación con el presidente de Alemania, y tengo dudas del canciller que ya no es canciller, y las voy a expresar de frente con el presidente de Alemania.
Hablamos de la Sierra Nevada de Santa Marta, porque él de joven fue caminando arriba como yo, que también fui caminando durante un mes. Se quedó allá y tuvo una amistad con los kogis y las kogis. Alguna familia le regaló las máscaras de antaño, ancestrales, por allá, hace tiempos, décadas, y él las guardó en su casa. Cuando llegó el Presidente de Colombia, de izquierda y popular, le devolvió las máscaras que él tenía guardadas.
Yo hablé con el señor director del Instituto Antropológico o algo así, de Alemania, el mismo de (el geógrafo, naturalista, explorador y defensor de la filosofía y la ciencia románticas, Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander) von Humboldt que vino aquí, se enamoró de Colombia y habló con el Libertador Simón Bolívar.
Y de eso hablamos. No del Muro de Berlín. A mí me gusta que se haya caído el muro de Berlín, porque, también, al otro lado del mundo estaban matando la libertad y nosotros somos de la libertad.
La libertad en el mundo socialista empezó a caer con (el militante y expresidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética Iósif) Stalin. Me disculpan esta discusión, pero no soy estalinista, soy ácrata (que no reconoce autoridad) y los ácratas tenían razón. Y, por eso ese mundo se cayó. Así que yo no soy defensor de muros que separan los seres humanos. No mienta, Leyva.
Y el presidente de Alemania acordó con nosotros ir a la Sierra Nevada de Santa Marta a visitar de nuevo los kogis. Y yo quiero que ustedes tramiten eso con el presidente de Alemania para que a los 500 años de Santa Marta él pueda acompañarme hasta la Sierra Nevada de Santa Marta.
Tumbar al presidente
¿De dónde, eso es prueba de qué? Y así hay otros temas. Que no sea ya de la carta famosa. Lo que sí sé es porque la escribió. No la escribió por viejo amargado, porque su hijo no pudo ser canciller. No. Él anda buscando a los congresistas de la Comisión de Acusaciones para buscar que tumben al Presidente por esos hechos mentirosos que él ha puesto en la carta y se reúne con otros colombianos.
Para eso está coordinando un plan. Desesperados, porque ya no pudieron, gracias a la sentencia de la Corte Constitucional, tumbar al Presidente por el lado de los financiamientos de la campaña. No pudieron. Y, entonces, desesperadamente buscan otro motivo, y el otro motivo es lo que dice él en las cartas de manera mentirosa.
Pero el que está organizando la reunión, y las otras, y otros colombianos que asisten a esa reunión, y que lo saben, y saben que lo voy a decir con nombre propio. ¿Saben quién dirige la reunión? Y no es un colombiano, es el congresista de los Estados Unidos, (Mario) Díaz-Balart, de extrema derecha.
No criticó al Gobierno actual de Estados Unidos, porque creo que no es, espero no equivocarme, es la extrema derecha estadounidense, la misma que mató a John F. Kennedy, en los Estados Unidos. Él es el jefe, y lo que buscan es usar al Congreso para tumbar al Presidente.
Y si eso llegase a pasar, debe estallar la revolución colombiana, porque eso no infundió de los nazis en Estados Unidos, y lo denunció. Y no es porque sea antigringo, no soy antigringo. Me leí la Historia popular de los Estados Unidos de (historiador social, ensayista y dramaturgo estadounidense de origen judío) Howard Zinn, y me encanta, y lo repetí este fin de semana, y espero que no sea prueba.
Me repetí el video de (el cantante, músico y renombrado compositor musical estadounidense) Paul Simon, Simon y Garfunkel (dúo de folk rock) en el Hermoso en el Central Park de Nueva York. Ahí estaba el verdadero norteamericano libertario que ahora quieren ocultar.
Y una de las canciones que más me gusta, después de Brucia la Terra, de (el compositor italiano) Nino Rota, académico, sinfónico, en Italia, que me gusta Italia, pero no para perderme, sino para andar en sus trochas y sus campos.
Un día me perdí de los escoltas italianos. Me escapé. Me gusta escaparme de los escoltas, me toca entrenar, no me pase lo de Castillo, visitando, caminando por las montañas de la (región del centro de Italia) Toscana, por una trocha, me encontré con un cementerio de miles de cruces blancas en fila como un ejército. Algunas de judíos y tres capillas de diferentes religiones.
Había música celestial ahí y la bandera de los Estados Unidos en alto. Ellos habían acordado en la liberación de Italia que la hizo. Fue la Brigada Garibaldi y no el ejército de Estados Unidos.
La Brigada Garibaldi puso 42.000 guerrilleros muertos en las montañas tratando de sacar a alemanes y fascistas de Italia y lo logró, e hizo la revolución en todo el norte de Italia, y en el sur, pero el ejército de Estados Unidos avanzaba y Stalin, el traidor, decidió entregar la revolución italiana a cambio de su Europa oriental, o sea, defender su imperio, olvidándose de los obreros y los campesinos que de verdad la querían hacer. Historia.
Llegué a ese campo, y me arrodillé ahí, y oré, porque esos soldados norteamericanos, por miles, muertos en ese campo, murieron por la libertad y se merecen el homenaje del pueblo italiano y de la humanidad. Sus descendientes, pareciera que van contra sus ancestros, sus padres y sus abuelos, porque ahora quisieran matar la libertad destruyendo inmigrantes que tratan como criminales.
Y les dolió. Sí, sé que les dolió que el Presidente de Colombia devolviera los aviones y no regresarán, porque tienen ellos el derecho de sacar a quienes quieran de su país, pero no como esclavos, no encadenados, porque un colombiano no debe dejarse encadenar.
Y no es que, cómo le respondió, que a las tres de la mañana. Pues a la hora que fue. Si hubiera respondido a las ocho de la mañana ya era tarde, ya habían llegado los aviones con la gente encadenada en Colombia y este Presidente no lo permite.
Por eso reaccioné a las tres de la mañana, cuando los aviones ya tenían media hora de vuelo, y entonces, di orden a la Cancillería, que me había engañado, no avisando que venían encadenados, y al Ejército, a la Fuerza Aérea, no entran a territorio nacional esos aviones, esos aviones se devuelven.
Y así fue, y cundió la ira de allá. de los nazis, tuvimos que responder caballerosamente y con decencia, no los estamos retando, no vamos a una guerra, pero respeten la independencia y la libertad de Colombia.
Eso creo que lo han entendido, que una parte, la señora que vino acá (la secretaria de seguridad de los Estados Unidos, Kristi Noem) y se inventó otro discurso, como Leyva, que es que yo amo el tren de Aragua y no conozco ningún integrante del tren de Aragua. Y resultó que me puso de amante, a lo mejor me hubiera puesto de amante en otras cosas, pero quién sabe, tendría el derecho de decirlo.
Pero no soy amante del tren de Aragua, no los conozco, me parece que son un poco de ladrones salvajes por ahí y hay que tener una política contra ellos. Pero estoy en desacuerdo con decir que todo migrante venezolano en Estados Unidos, que ellos mismos produjeron, hemos sido víctimas y testigos, es un miembro del tren de Aragua. Eso es una mentira.
Eso era la juridicidad de Hitler. Entonces, ¿hay ladrones judíos? Pues sí, claro, como en todas partes. Y entonces, ¿todos los judíos son ladrones? No. Y por eso los mandó al campo de concentración y mató 6 millones de judíos.
No, porque esos judíos dieron, ni más ni menos, que a Jesús; dieron, ni más ni menos, que a (el médico, neurólogo austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX) Sigmund Freud; dieron, ni más ni menos, que a (Baruch) Spinoza, el filósofo; dieron, ni más ni menos, que a (el filósofo, economista, sociólogo, historiador, periodista, intelectual y político comunista, de origen alemán) Carlos Marx. Genios. Es un pueblo que ha dado genios, no ladrones.
Y hay que respetar, entonces, ese aporte a la humanidad, no mandarlos a la cámara de gas. Ahora es a nosotros a los que quieren mandar a la cámara de gas también.
No tenemos la piel blanca y creen que ellos son superiores. Cuando nosotros, a través de una de nuestras sangres de nuestros ancestros, la indígena, estamos en América del Norte y en América Central y en América del Sur desde antes que el primer blanco tocara tierra americana. La indiamenta está aquí, desde hace milenios.
Y los invita a estar con ellos ¿y nosotros respondemos. Yo también tengo sangre ancestral e italiana, española, indígena, negra y vaya a saber de dónde más por allá atrás, en la historia. Aventureros se han cruzado con las razas que no son razas, son etnias, culturas. Pues bien, entonces he ahí el problema.
Los Estados Unidos deben entender, así lo dije en Haití y lo dije en Bocas del Toro, en Panamá, donde un guarda costa extrañamente me estaba vigilando. Ellos dicen que estaba ahí por casualidad, en el mismo sitio donde en 1895 mataron a la dirigencia liberal revolucionaria de Colombia y América Latina, y que están enterrados en una fosa común y yo quiero desenterrarlas.
Y entonces dicen que esos son pruebas de mi adicción. No, son pruebas de mi adicción a la libertad, y la adicción a la libertad no existe, porque la adicción a la libertad no es una esclavitud, sino es la esencia del ser humano. Los Estados Unidos deben saber, y su gobierno, que con nosotros se puede hacer acuerdos, y tenemos muchos que hacer, pero de tú a tú.
Si quieren tumbar al Presidente, estallará la revolución colombiana. Y lo que el presidente decidirá el 7 de agosto, pero hasta el 7 de agosto, como el pueblo ordenó, no antes, y no con mentiras y trapisondas.
Así que, Álvaro Leyva, dígale a Díaz Balart esto: que se intenta derribar como extranjero al presidente de Colombia, estallará la revolución colombiana.
Gracias.
Muy amables por haberme escuchado.
Gracias, gracias.
(Fin/gaj)