Cali, 11 de junio de 2025
A todas las colombianas y colombianos y aquí especialmente a la población del suroccidente de Colombia que ha sabido rellenar esta plaza pública y sus alrededores venidos desde el Cauca, desde Nariño, venidos desde los municipio del Valle del Cauca, allá en los jóvenes del barrio Siloé donde tantas noches dormí y viví, al pueblo de Cali, Cali Pachanguera, Cali que resiste, Cali que fue atacada en el día de ayer con el Cauca y el Valle del Cauca en cerca de 24 hechos más los que se lograron detener por la Fuerza Pública a la que agradecemos su trabajo en función hoy de los derechos de las gentes y de la libertad en Colombia.
El ejército de Bolívar Quisieron silenciar a Cali y al occidente de Colombia con el terror, con el miedo, hirieron decenas de habitantes en el suroccidente de Colombia y en Cali, y murieron ciudadanos de Colombia en Cali, y murieron miembros de la fuerza pública tratando de defender que el pueblo incluso hoy a partir de hoy pueda hablar, pueda expresarse, pueda ser el sujeto de derechos, el dueño de la Constitución Nacional y el soberano del pueblo.
Quiero ahora mismo pensar y que pensemos en una persona que se debate entre la vida, y ojalá en entre la vida al lado de sus familiares, con el cual no tuve cercanía política, pero con su señora madre sí y con su abuelo que, siendo Presidente de Colombia y a pesar de pasar por días y noches de amor, de guerra, de clandestinidad, pudimos al final, quizás comenzó una vallecaucana que ahora recuerdo, Carmenza Londoño 'La Chiqui', en una en una camioneta dialogando con embajadores del mundo, quizás por primera vez los veía dialogando con los delegados del Gobierno de Julio César Turbay Ayala comenzando a aprender. Desde hacía mucho no se oía y en un hecho difícil indudablemente en el centro junto a la Universidad Nacional que hoy no existe porque quisieron derrumbar y demoler esos sitios históricos para que la gente no vuelva a saber qué pasó allí.
Dialogaron por primera vez estando una en la insurgencia, queriendo hacer una revolución y otro en la Presidencia queriendo mantener tener el estatus quo, decidieron hablar de paz, decidieron hablar, decidieron dialogar.
La hija de presidente Julio César Turbay Ayala murió asesinada por Pablo Escobar. Y Carmenza Londoño, 'La Chiqui', nuestra compañera, murió también en combate. Murieron, y yo quiero que de ninguna de las dos partes vuelva a morir nadie, porque se trata de dialogar.
Un minuto de silencio
Por eso esta concentración aquí la llamamos por la paz y la democracia y yo quiero, ojalá sin radicalismos, que en este momento como lo pedí en el cierto de La Esperanza, que llenó el centro de Bogotá con centenares de miles de jóvenes bogotanos, muchachos y muchachas que también hicieron lo mismo, le criticaban, hagamos un minuto de silencio esta vez por el senador Miguel Uribe Turbay y que sobreviva a sus asesinos, que son también los asesinos del pueblo de Colombia. Un minuto de silencio, por favor.
(silencio)
Jorge Eliécer Gaitán alguna vez en una marcha y una concentración popular muy famosa, 'la marcha del silencio', pidió silencio a su pueblo y le hicieron caso porque ese silencio tenía una fuerza quizás más rebelde que el grito. Ese silencio del pueblo no fue escuchado en aquel entonces, 1946, no recuerdo. Los dos dirigentes liberales que se enfrentaban, uno fue asesinado y el otro se suicidó de tristeza y con ambos terminó una época que no debió haber terminado para Colombia. Los asesinos de Gaitán sabían qué hacían.
La revolución en marcha
Terminó la 'revolución en marcha', así la llamaron ellos, así la llamó el presidente Alfonso López Pumarejo cuando por primera vez desde un Gobierno se habló de derechos laborales, se habló del permiso de la Constitución para que se hicieran sindicatos para que se organizara el pueblo trabajador. Se habló de la Ley 200 de tierra para que la tierra cultivase alimento y no fuese un simple potrero en manos de señores feudales que no entendían que el poder era cultivar y producir, y no simplemente tener la tierra.
Un Alfonso López Portillo al que le quisieron dar un golpe de Estado, que se fue, dicen que por amor, a atender a su esposa enferma de cáncer en los Estados Unidos y que tras sus banderas intentó Jorge Eliecer Gaitán o Gabriel Turbay que se llamaba Turbay, y quiero recordarlo, ambos intentaron cualquiera que fuese es el Presidente de Colombia, continuar la 'revolución en marcha' porque era construir un país mucho más justo, donde obreros más eran hombres que mujeres en aquel entonces, pudieran tener un salario digno y donde campesinos y campesinas pudieran tener un pedazo de tierra.
Esa aspiración tanto de Gaitán como de Turbay, se hundió en sangre. La una, la sangre de Gaitán asesinado. La otra, escuchen bien el apellido, la de Gabriel Turbay, también corrió por su mano propia, dicen, en algún barrio de París, porque no pudo aguantar que a partir de ahí hundieran a sangre y fuego al pueblo de Colombia y a sus aspiraciones, a sus derechos y lo que se fortaleciera fuera la época del fascismo en Colombia.
Doctrina Social de la Iglesia
Yo le pido a Efraín Cepeda (Presiente del Senado), sé lo duro de esta confrontación allá en el Senado donde está en este momento dirigiendo la plenaria, a Efraín Cepeda que recuerde esa historia del partido conservador.
Allí se entregó al fascismo, allí en sus periódicos de Antioquia, de Bogotá y en el parlamento colombiano, y donde tenían influencia, decidieron repetir el discurso de Mussolini, el discurso de Hitler, el discurso de Franco que fusilaba para ese entonces a un millón de españoles solo porque los españoles y las nacionalidades de España querían simplemente una república como la que hicimos aquí bajo la bandera de Simón Bolívar.
Luchar por los derechos llevamos siglos. Y otro Turbay estuvo al lado de esa lucha de derechos y no aguantó la masacre que siguió: 300 000 colombianos asesinados, una hoguera humana prendida como antorcha en la oscuridad de la historia de Colombia por un fascismo que usó el Estado para asesinar a su propio pueblo.
Entendieron bien después los liberales y los conservadores, después de matarse entre sí y después de 300 mil tumbas, que debían hablar, que debían dialogar, y desde entonces, así sea entre ellos, no volvieron a matarse entre sí, pero se les olvidó 'la revolución en marcha' y se los olvidó alejar el fascismo de la historia de Colombia. Y, por tanto, a pesar del Frente Nacional e, incluso a pesar de que el abuelo, discúlpeme que lo mencione, de Germán Vargas Lleras, hablara de nuevo de reforma agraria y algo hiciera, porque lo hizo, pero finalmente se acalló la voz de las reformas que se habían propuesto desde que un día más declararon, dicen que a miles de trabajadores de Colombia, allá cerca de Santa Marta, en Ciénaga Magdalena, en Aracataca, en Fundación, cuando solo pedían un salario digno.
Miles de trabajadores asesinados, dibujados en esas páginas de 100 años de soledad porque ahí comenzó 100 años de soledad. Solo que ya vamos para 200 años de soledad. Dos siglos. Por eso una de las cosas que hice fue que por primera vez hubiera un retrato de Gabriel García Márquez en la Casa de Nariño, al lado del que fue el precursor de los derechos humanos en Colombia, (Antonio Nariño).
Esa es nuestra historia. 200 años de soledad. Por eso una parte del Partido Conservador leyendo esa historia en tiempos de Belisario Betancourt, decidieron que un papa que había hecho una encíclica en ese momento, la Doctrina Social Cristiana de la Iglesia Católica, se volviera al programa del Partido Conservador.
Reforma Laboral justa
Yo no sé cuántos han leído la doctrina social cristiana del partido, no del partido, de la Iglesia Católica del Papa Juan XXIII. Allá hoy deberían leerla los parlamentarios conservadores porque decía que el pueblo tenía derecho a formar cooperativas, que el pueblo tenía derecho a organizarse en las fábricas y en los lugares de trabajo, que el pueblo tenía derecho a un salario digno, que el pueblo tenía derecho a vivir una vida digna, el pueblo de Dios, dijo la encíclica.
Nosotros aquí decimos el pueblo trabajador, el asalariado y el no asalariado y toda la población colombiana y toda la humanidad en el mundo. Yo no estoy proponiendo algo que desde hace mucho tiempo se ha propuesto en el mundo. Estoy proponiendo una jornada de ocho horas. Estoy proponiendo que el día se acabe, como todo colombiano o colombiana sabe, cuando se oculta el sol y el sol se oculta a las 6 de la tarde.
Estoy proponiendo que no haya una discriminación entre la juventud trabajadora Y el resto de la población que trabaja, unos tienen quizás la opción lejana de tener un contrato laboral, los más viejos y los jóvenes les tienen prohibido tener un contrato laboral. ¿Qué injusticia es esa?
¿Cómo así que el que trabaja ante un patrón ante cualquier empresario, grande o pequeño, ante el Estado en Colombia, no pueda tener un contrato laboral y un salario digno, que sea al menos el salario mínimo de Colombia.
¿Cómo así que, en Colombia, después de que en todo el siglo XX, a liberales y a conservadores, parlamentarios o no, funcionarios del Estado, incluidos los presidentes liberales y conservadores, se les pagaba el salario salido de los impuestos que les cobraban a los campesinos que producían café, y ahora no hay una pensión para esos campesinos, mientras los presidentes y los parlamentarios sí que la tienen?
Mientras ahora no hay una pensión para las campesinas cafeteras ni ninguna campesina en Colombia, y por qué el presidente de Colombia, entonces, está insultando, dicen en la prensa, está elevando el tono, dicen, cuando lo único que está exigiendo es que todo campesino o campesina en este país tenga un derecho a la pensión, y que todo trabajador o trabajadora en Colombia tenga derecho a una pensión.
He dicho en la plaza pública en donde me ha tocado hablar que la principal política de seguridad ante una realidad de que hay unas fuerzas que están atacando a Colombia, y de ellas hablaré ahora, y que son las que intentaron asesinar al senador Miguel Uribe, que esperamos viva, y que son las que asesinaron a miles de militantes de la izquierda de Colombia, incluido al que les habla, y no hace mucho había un misil esperándome en la zona de los paperos, en la parte baja de Siloé esperando que yo llegara a la COP 16, que ese tipo de violencia que se ha desatado no es la culpa de nosotros.
La consulta no es amiga de la violencia
Han dicho después del aleve intento de asesinato que el culpable es Petro. Aún lo gritan por ahí. Han dicho expresidentes de Colombia que el culpable de ese atentado es la gente que defienda que se le deje expresar como ordena la Constitución en una consulta popular. Y yo tengo que decirles que no, el culpable no es el pueblo de Colombia ni el pueblo pobre de Colombia ni el pueblo de trabajador de Colombia ni su presidente. La consulta popular no es amiga de los asesinos.
La desigualdad social sí es, amiga de los asesinos, quienes han impedido que en Colombia lo que ordena la Constitución desde 1991, que es hacer un Estatuto del Trabajo que hasta la fecha no existe en la ley, que es construir un Estado Social de Derecho, que es construir justicia social, el incumplimiento a esas órdenes de la Constitución Nacional sí que es amiga de la violencia, sí que es amiga de los asesinos de Colombia.
Es que en Colombia hay narcotráfico porque hay desigualdad social. Es que en Colombia los niños se vuelven asesinos porque no hay educación, cortaron los recursos de la educación hace 10, hace 15 años.
La política del amor
Y oigan esto. Es que la mejor política de seguridad que un país puede tener, y no lo digo yo, lo dicen las investigaciones sociológicas de los Estados Unidos que volvieron política pública y comprobaron que era cierto, es que los bebés, los niños y las niñas de brazos hasta los 7 años, puedan ser criados en medio del amor y del afecto.
Es decir que si quisiéramos que esos niños asesinos ya no existieran en Colombia, sino niños y niñas sin apellido, niños y niñas felices, lo primero que habría que hacer es que las mamás se pudieran abrazar en las mañanas y en las noches con sus propios hijos en su casa.
La mejor política de seguridad para estar en paz es el primer hecho que se debe producir. ¿Y qué pasa en una ciudad grande como Bogotá, como Cali, como Medellín, como Barranquilla, incluso?
A qué hora llega una mamá en Bogotá a su casa cuando trabaja, incluso, por debajo bajo del salario mínimo, en el norte de Bogotá, y le sirve tintos al doctor que después va a ir al Congreso a dirimir si la señora tiene derecho a un salario mínimo o no, a un contrato laboral o no, y sale a las 10 de la noche o sale a las 11 de la noche, y tiene que coger un bus de Transmilenio, aquí le dicen, de otra manera.
El MÍO, que no me han aceptado la propuesta de cómo renovarlo, pero llega a la casa a las 1 de la mañana y tiene que salir de la casa a las 4 o 5 de la mañana para poder llegar otra vez al sitio donde trabaja para poder llevarle leche a los niños o comida, y a qué hora abraza a los niños. No los puede ver, apenas un beso mientras duermen.
Y el señor que recibe los tintos no piensa en eso. No se le ocurre pensar que esa señora debe salir temprano, que debe llegar un poco más temprano, que debe tener un poco más dinero para comprar leche y que si pudiera abrazar a sus niños despiertos, esos niños llevarían el corazón tal amor, tal afecto.
Que no solo le tendrían saber a estudiar, sino que jamás levantarían una pistola contra ningún ciudadano de Colombia.
Y entonces quieren desligar como si fueran enemigos como si fueran agua y aceite, la paz de Colombia con la justicia social de Colombia. Y eso no es cierto, se equivocan, se equivocan los editorialistas de la prensa del gran capital. Se equivocan los señores que usan lo que aprendieron en el derecho y en la universidad para ver cómo los trabajadores y las trabajadoras no triunfan en este momento. Se equivocan los políticos y se equivoca, lamentablemente, también el pueblo pobre que no sabe de esta pelea, de esta lucha, y que aún continúa votando por sus propios verdugos por los que sí lo van a asesinar.
La paz con justicia social
No es cierto que la consulta popular y la justicia social en Colombia sean enemigas de la paz y amigas de la violencia y los asesinos. Los que gritaron eso ante la sangre, quizás por rabia lo entiendo, pero los que produjeron esos siendo líderes políticos aspirando a que el pueblo vote por ellos se equivocan y lo que están incendiando es al país y haciendo crecer la violencia, y este Presidente está elegido es para hacer la paz, para construir la justicia social, porque soy absolutamente consciente leyendo desde la primera página de la historia de Colombia, que he podido leer, que no podemos tener paz ni en nuestro corazón ni en nuestra sociedad ni en nuestra patria si somos el tercer país más desigual del mundo y que, por tanto, el objetivo principal es que hay que dejar de ser desiguales.
Hay que hacer que seamos justos, gobernantes y sociedad y la primera justicia se hace con la mujer, con la madre, con los bebés, con los niños de la infancia. Por eso tampoco puedo estar de acuerdo con el expresidente que dijo, “No, que Petro no firme la consulta porque eso es inconveniente". Más decente. Porque muchos han dicho que “es inconstitucional, muchos han dicho que es ilegal, muchos han amenazado a mi gabinete con que se va preso".
Ay, Dios, yo me sentiría orgulloso, incluso, si me hacen esa que lo han intentado hacer varias veces porque tendrían que poner preso con los funcionarios públicos y un Presidente de Colombia que lo único que han hecho es pedir que el pueblo se exprese.
Claro. Me han pedido que baje el tono y me comprometo en bajarlo. Pero bajar el tono no significa no decir verdades, no significa silenciarse, no significa arrodillarse.
¿Por qué la consulta?
¿Por qué la consulta? Primero, porque es conveniente, es imperativa, es una necesidad categórica de la sociedad colombiana hoy. Al contrario de lo que dice el expresidente, esta consulta popular es absolutamente necesaria. Uno, ha contado con el apoyo del mundo intelectual, político, con la OIT que ha expresado su apoyo a la reforma pensional y en la OIT, no nos lo dice la prensa tradicional, se sienta la representación de los empresarios más ricos del mundo y se sienta la representación de las organizaciones trabajadoras más poderosas del mundo, incluida las colombianas. Allá van empresarios colombianos que dicen una cosa allá, y dicen la cosa contraria ante los senadores y los congresistas del Congreso de la República.
La Organización Internacional de los Trabajadores ha apoyado y dice que es justa, dice que técnicamente es válida, dice que sería un progreso de la humanidad la reforma pensional que hemos presentado y que hoy es Ley de la República y que permite que cualquier viejo o vieja tenga una pensión en Colombia, incluidas las amas de casa que dedicaron su vida a criar sus hijos y sus hijas, porque el trabajo cuidador del hogar es también un trabajo que hay que reconocer por el Estado y por la sociedad.
¿Por qué la consulta? Porque la Constitución del 91 propuso un Estado Social de Derecho. Una de las cosas que me ha sorprendido es ver dirigentes políticos ¿Qué hizo la Constitución del 91? Construir, y lo propuso como una solución a la violencia y a la guerra eterna de Colombia. Como una solución a los 100 años de soledad que hubiera en Colombia y se construyera un Estado Social de Derecho. Ahora enfrentando esta consulta y la reforma laboral y las reformas sociales ya no dicen Estado Social de Derecho, dicen Estado de Derecho violando la Constitución de Colombia. Lo dicen hasta magistrados, exmagistrados y dirigentes políticos del Congreso de Colombia y expresidentes.
Les hago una pregunta. ¿Es que acaso al hablar de Estado de Derecho lo que están proponiendo es que se rompa el pacto que se hizo alrededor de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 y la actual Constitución de Colombia? Y lo digo por estas razones:
Porque quien hablaba de estado de derecho sin más era la Constitución de 1886 que decía que el poder del no residía en el pueblo, sino en la nación y la nación eran los oligarcas de Colombia.
Quieren romper el pacto de la Constitución del 91 porque el Presidente de Colombia, y me insultan hoy por ello, era miembro del movimiento mayoritario que se eligió popular y libremente en la Asamblea Nacional Constituyente y que era el M-19, había dejado sus armas y su violencia y había pedido que cesara la violencia en la política solo porque se hiciera un pacto a favor de construir la justicia social en Colombia.
Y propuso, entonces, cuando fue elegido por el pueblo al lado del partido liberal que pareciera hoy no pensar lo mismo, al lado del partido conservador y los conservadores que tenían un hombre que en ese entonces había cambiado su manera de pensar para juntarse en la misma idea, Álvaro Gómez Hurtado, también asesinado por los enemigos del pueblo.
Por qué todas esas fuerzas donde estaba la Unión Patriótica en la antesala o en medio de un genocidio político donde asesinaban, miles llegaron a asesinar, 6.000 militantes de la Unión Patriótica, ¿por qué ese pacto de paz hoy quieren incumplirlo?
Y entonces hablan del concepto de la Constitución del 86 y no de lo que ordenó la Constitución del 91, y me explico: el Estado de Derecho es aquel donde los funcionarios públicos cumplen normas. A eso le podríamos llamar una palabra normas racionales, pero el Estado Social de Derecho es ese mismo, pero los funcionarios obedecen normas razonables que llevan es a construir equidad y justicia social y no lo contrario.
Y entonces, ¿qué fue lo que pactamos? Lo que pactó el pueblo de Colombia, el elector de la Asamblea Nacional Constituyente y la Asamblea Nacional Constituyente con todos los partidos políticos de colombianos ese entonces, es que lo que íbamos a construir era un Estado Social de Derecho, es decir, una sociedad de derechos universales y libertades, y que el Estatuto Tributario le cobraría más a los más ricos, para gastar en los más pobres, precisamente, para construir igualdad y que habría un acceso de los trabajadores agrarios a la propiedad de la tierra y que habría un Estatuto del Trabajo, y que habría un derecho universal a la salud, a la educación, al sistema pensional, a la vida.
¿Y dónde está eso? ¿Por qué incumplieron ese pacto?, ¿por qué otros 200 mil colombianos murieron asesinados después de aprobada la Constitución del 91? ¿Y qué es lo que tenemos que hacer ahora entonces? ¿Qué es lo conveniente y lo inconveniente para Colombia?
El genocidio de Colombia
Murieron otros 200.000 colombianos porque lo que gobernó no fue la Constitución del 91, sino los paramilitares. Y desde la gobernanza paramilitar asesinaron esos nuevos 200.000 colombianos sumándole a lo que ya había hecho la violencia liberal conservadora.
Y nos sacaron de la opción histórica de cumplir la Constitución Y tuvimos que hacer debates y tuvimos que llenarnos de tristeza y miles, decenas de miles, centenares de miles de madres tuvieron que gritar de dolor en sus casas, en sus ranchos, a veces sin ranchos, porque se lo habían quemado, del dolor de perder a sus maridos, de perder a sus hijos, de perder a sus hijas, de verlos desaparecer.
Y vino entonces el genocidio de Colombia, y vino con autoría y marca del Estado colombiano, hasta que decidieron asesinar a 6.402 jovencitos con balas oficiales. Y en lugar de justicia social económica, en lugar que el campesino tuviera tierra, desalojaron 6 millones de campesinos de su propia tierra y en lugar de que hubiera un estatuto del trabajador aprobaron la Ley 50, la Ley 100, aprovecharon los artículos transitorios de la Constitución para construir un neoliberalismo que lo único que ha hecho es hundirnos en más violencia, y lo único que ha hecho es hundirnos en más desigualdad social, y hoy hemos llegado a que somos uno de los países en la última década más violentos del mundo y el tercer país más desigual del mundo. Eso ya no lo queremos.
El presidente de la paz
Por eso Por eso el pueblo salió al estallido social y cómo no lo hizo aquí en Cali. Y por eso y quiero que se entienda bien la mayoría electoral de Colombia en el año 2022, la mayoría del pueblo no quiso seguir con la tradición de la violencia y la sangre y quiso construir la paz a través de la justicia social y eligió a Gustavo Petro presidente.
Y el Presidente no ha hecho más que cumplir lo que se le presentó al pueblo de Colombia como programa: reformar el sistema pensional para hacerlo universal, reformar el sistema de salud para hacerlo universal y que no se roben la plata pública, reformar el sistema laboral para que la gente que trabaja tenga un mejor vivir, construir justicia social, dedicar el dinero público a la educación pública de la juventud colombiana e intentar que los colombianos entonces no se maten entre sí y las economías ilícitas sean reemplazadas por las economías lícitas.
Y eso es lo único que hemos propuesto. Y llevo tres años ya de Gobierno y el Congreso de Colombia solo aprobó una Ley, que aún no es ley de la República. Se dedicaron al bloqueo institucional. Se dedicaron a tumbar cuanto decreto o Ley expida el Presidente. Se dedicaron a impedir que sean aprobadas las leyes que necesita el pueblo.
Democracia participativa
¿Y qué dice la Corte Constitucional cuando eso pasa? Dice que, si hay un conflicto entre el Legislativo y el Ejecutivo, es decir, el presidente, porque se bloquean las decisiones que toma el presidente, entonces debe decidir el pueblo.
Dice la Constitución que somos una democracia participativa, no solo representativa. Se les olvidó a los analistas del capital ahora saber que existe una democracia participativa, que no es más que el pueblo tome directamente las decisiones sin intermediarios, locales o nacionales.
Ya el gobernador de Antioquia, que no me quiere ni un pedacito, presentó y está preparando una consulta popular en el Sur Oriente de Antioquia. No puedo decir que voten sí, que no voten no, porque me está prohibido. Le corresponde a la ciudadanía antioqueña del Sur Oriente. Pero cómo así que, entonces, él si es constitucional, sí es legal, sí es conveniente porque presenta una consulta popular que impide que haya autoridad ambiental en su región. ¿Y por qué yo, solo porque defiendo el derecho de los trabajadores a vivir mejor, y de las mujeres, entonces, si es inconstitucional, sí es ilegal, sí vale mucho y sí es inconveniente? ¿Cómo así? Las consultas populares de ellos sí valen y las nuestras no.
Pues la Constitución de Colombia dice que Colombia es una democracia, y una democracia participativa, y que el pueblo es soberano, que no hay poder en Colombia que no derive de la legitimidad del pueblo y que siendo el pueblo constituyente primario se puede y debe expresarse y este es el momento de poder expresarse.
Porque el Congreso de Colombia, el Senado de la República, que sí lo hizo la Cámara, aún hoy, hasta donde sé, no quiere aprobar una reforma laboral progresista en favor de los trabajadores, sino que lo que quiere aprobar es que se contrate a la gente por horas.
Es decir, peor de lo que estamos hoy. Ahí se creó una comisión que buscaba un acuerdo. El Senado está dividido en dos partes y no pasó nada. Y si la Cámara de Representantes llegado a que, Efraín, el presidente, tuviera mayoría en el Senado para aprobar algo tan dañino como una contratación por horas, le pido al presidente de la Cámara no dé un solo paso atrás de lo aprobado en la Cámara.
Dicen que somos una sociedad moderna capitalista, y Colombia es una raquítica, en eso tiene como contradicción los intereses del capital y los intereses de los trabajadores.
Eso es así porque en la producción son dos, uno se lleva la ganancia y el otro apenas se lleva el salario. Y el que trabaja sobre las máquinas es el trabajador, es la trabajadora. Y entonces tienen que organizarse porque si no se matarían entre sí, como sucedió en Europa. Y eso se llama un pacto social.
El pacto social
Pero el pacto social no es que el dueño del capital arrodilla, o como pasó en el Urabá, asesina al trabajador. El pacto social es que llegan a un acuerdo. Yo no estoy proponiendo el socialismo en la consulta, es decir, que los trabajadores sean dueños de la fábrica.
Yo lo que estoy proponiendo son dos cosas, finalmente, que a los trabajadores que están en esos lugares de trabajo a las trabajadoras una vez pasen las 6 de la tarde, se les pague un sobrecargo, se les deje ir a la casa, que una vez se acabe el viernes y haya un festivo, un sábado, un domingo y decida trabajar, se le pague un recargo, o pueda irse con su familia feliz a jugar fútbol con sus hijos, con sus hijas, abrazarse, a que esa familia pueda ser una gran constructora de democracia y de paz en Colombia, de vida.
Porque esta es una propuesta para vivir, no para morir, no para que nos matemos entre nosotros, sino para que dialoguemos sanamente entre nosotros. No me pidan como me lo sugerían en el día de ayer, usando mal, y se los critico, electoralmente, el terrible atentado contra el senador Miguel Uribe, usando electoralmente, no está bien.
Pero no me pidan usando ese asesinato que, entonces, yo le diga a la gente que trabaja, no, nos vamos a la casa y nos arrodillamos y nuestras generaciones por generaciones seguirán viviendo en la justicia. No se puede. Por eso le digo a Efraín (Cepeda, presidente del Senado), haga un último intento. Sé que lo aplauden en los aviones cuando entra en los aviones, no sé qué me pasaría a mí si entro alguno. Pero esa es una ilusión y lentejuela. Efraín, el pueblo no se sube a los aviones, solo los que pueden.
El pueblo está en las calles, el pueblo está en las plazas, el pueblo por millones quiere que cambie su posición y que permita en el Senado de la República una Reforma Laboral progresista, digna del pueblo trabajador de Colombia. Si no, si esa ley no sale así, mañana citaron a las 8 de la mañana, la consulta popular sigue.
Consulta en manos de la sociedad colombiana
Se tienen que organizar los comités del sí en cada rincón, y los comités del no. El presidente y el Gobierno ya, a partir de hoy, no podemos hacer campaña ni por el sí ni por el no, que queda en manos de la sociedad colombiana. El pueblo de decide, no decide el presidente.
A partir de hoy, si el Senado no quiere, no decidirá el Congreso, decidirá el pueblo. Y la última instancia que define este debate político que he querido adelantar en Colombia es la Corte Constitucional a la cual respeto.
Han presentado 227 proposiciones los senadores para discutir mañana, bien puedan, están en su derecho. Pero el presidente de Colombia ha decretado la consulta popular. Ojalá la sociedad colombiana se organice y se mueva mucho más de lo que hasta ahora ha hecho. Este es el momento del pueblo, vote sí, vote no, el presidente de la República acatará el 7 de agosto lo que decida el pueblo de Colombia.
A la a la Corte Constitucional, donde desde el día de hoy tiene en sus manos el decreto de la consulta, que es independiente, que respetaré su decisión, solo puedo solicitarle que en su análisis sepa que la tercera sociedad más desigual del mundo necesita que los derechos sean universales, como ordena la Constitución, que los y las trabajadoras ante la falta de un Estatuto del Trabajo tengan cómo defender los ingresos de sus hijos y cómo tener una buena vida, cómo poder incluso simplemente vivir y que sigamos bajo la bandera que algunos quieren negar de que lo que primero ordena la Constitución es la construcción de un Estado Social de Derecho, y que eso solo significa que respetamos las normas, pero que las normas deben estar para construir equidad social en Colombia, derechos universales y libertades de la gente de Colombia.
¿Golpe de Estado?
Si llegado el caso, y no es una amenaza porque yo no amenazo, a mí me amenazan. Dice un presidente vecino que el señor Marco Rubio está organizando un golpe de Estado contra mí. Yo solo le digo al Secretario de Estado de los Estados Unidos que no puedo creer que el pueblo demócrata y que cree en las enmiendas de la Constitución de los Estados Unidos y que hoy debe entrar a dialogar con los conciudadanos y las conciudadanas de los pueblos latinoamericanos que trabajan allá, legal o ilegalmente, lo que tiene que hacer es entrar en un diálogo con esos pueblos, porque el ABC de la teoría económica dice que la riqueza solo sale del trabajo y que se quitan trabajadores se van a empobrecer.
Yo también tengo informaciones, y sé que cierta persona líder de la extrema derecha en Colombia ha estado hablando con el Secretario de Estado. Y también sé que hay una grabación por ahí que le puse a escuchar a la fiscal General de la Nación (Luz Adriana Camargo) en donde cierto dirigente de extrema derecha de Colombia, que no es Uribe, ¡ojo!, está aliado con el narcotráfico buscando que gentes y fuerzas en Colombia, gremiales, y gentes y fuerzas en Colombia y en Estados Unidos de extrema derecha produzcan un golpe de Estado en Colombia.
Quiero a los poseedores de esa grabación que la hagan pública en los periódicos de los Estados Unidos, ojalá.
Pacto por las Américas
Pero aquí no nos asustamos, por eso Aquí sabemos que el pueblo de Colombia es el pueblo de Bolívar, es un pueblo libertario, es el pueblo que jamás se dejará quitar la independencia nacional después que la logró de los españoles.
Al presidente (Donald) Trump le digo como presidente de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), la comunidad de Estados de América Latina y del Caribe, que llegó la hora de dialogar y no de la soberbia, que conduzca su sociedad que lo eligió libremente a la sabiduría de hablar con la otra parte de América, que somos los latinoamericanos y los caribeños.
Que hay que hablar, sí, de un Pacto de las Américas, para saber cómo la democracia puede profundizarse, para saber cómo se trata de manera humana los inmigrantes, para saber cómo se alejan las mafias de todos los pelambres del continente americano y del mundo, y de la humanidad, para hacer de las Américas tierra de paz y democracia, y no tierra de arbitrios y de muerte. Siempre estaré dispuesto a eso.
Proceso constituyente
Quiero que se organice el pueblo en cada esquina, sea que quiera votar por el no, sea que quiera votar por el sí, y aún ahora le solicito al senador Efraín Cepeda léase la encíclica de la Santa Iglesia Social Cristiana y Católica, porque ahí ordena que las leyes vayan en función del pueblo.
Que nos hunden todo, supongamos, entonces lo que sigue son ocho millones de firmas. Un trabajo intenso, difícil. Pero el pueblo ya decidió decidir y no se va a echar para atrás y todos los instrumentos que existen en Colombia, incluida la Asamblea Nacional Constituyente, se utilizarán porque el único soberano, el único detentor del poder en Colombia se llama el pueblo de Colombia.
Hay quienes se asustan y termino. Y así lo ha gritado la plaza entera sobre la reelección. Los que se reeligieron cambiando la Constitución de Colombia con un articulito y con mañas, malas mañas, parece. El doctor (Álvaro) Uribe y después se benefició el doctor (Juan Manuel) Santos, y gobernaron en este siglo ocho años. El doctor Santos lo que quiso para él mismo lo prohibió a través del Congreso de la República para los que siguieran.
Y yo no soy un hombre de ambición. Ninguna pregunta (de la consulta popular) de esas tiene que ver con algún negocio mío, ni en las reformas de las leyes, ni en la consulta popular. Yo no gobierno para mí, a eso Gaitán y antes Aristóteles lo llamó dictadura o u oligarquía. Yo soy un demócrata e, incluso, libertario, pero no de los de Milei, sino los de (Buenaventura) Durruti, que averiguan quién era Durruti. Y de eso yo cumplo mi palabra: a mí no me gusta el poder y mucho menos el palacio ese aristocrático y frío. Y tengo cosas que hacer y escribir.
Y solo le pido al pueblo de Colombia si llega a impedirse el que ahora se exprese, háganlo por la fuerza o no, en las elecciones del año 2026, reelijan no una persona, reelijan el proyecto del cambio y de la vida en este país.
El pueblo será libre, yo garantizaré que cualquier candidato de Colombia viva.
Investigación por caso Miguel Uribe Turbay
Le he pedido a través de la Embajada norteamericana en Bogotá que todos los cuerpos de inteligencia me ayuden a investigar quién mató a Miguel Uribe Turba.
Le he pedido ayer en una reunión derivada del acuerdo de paz con la Farc, artículo segundo, que todas las Embajadas que hacen presencia de la comisión que pidió las Farc para que hubiera garantías políticas en Colombia, participen con sus cuerpos de inteligencia para que me averigüen quién asesinó o intentó asesinar.
Primero a mí, claro, pero sobre todo al senador Miguel Uribe Turbay. No quiero escatimar ni un esfuerzo, ni una hora en saber quiénes fueron. Tengo indicios y no apuntan a las histerias que hay en la calle, apuntan a otra cosa.
Pero no es de mí, es de la Fiscalía, la dirección de la investigación. Le pido a la señora de la Fiscalía General de la República que permita algo en lo que ella participó, y por lo que ahora la persiguen, permita una comisión de investigación judicial independiente de las Naciones Unidas para que ayude en la investigación del atentado no solo contra el senador Miguel Uribe, sino contra todos los líderes políticos y sociales que han sido asesinados en la historia de Colombia.
Gracias, muy amables pueblo. Pueblo caleño, gracias. Pueblo colombiano que me escucha, gracias por la paz y la democracia, una Colombia libre y justa. Por Colombia potencia mundial de la vida.
Gracias, muy amables.
(Fin/aga)