Inicio de sesión

Discurso

Palabras del presidente Gustavo Petro durante la posesión de la magistrada del Consejo Superior de la Judicatura, Claudia Regina Expósito

Foto: Joel González - Presidencia

Presidente Gustavo Petro durante la posesión de la Magistrada del Consejo Superior de la Judicatura, Claudia Regina Expósito

Ciertos sectores de la sociedad, que son su mayoría, no pueden estar aquí en el Palacio de Nariño, por ser indígenas o negros, y creo que eso amerita una reflexión. Los electores que estuvieron conmigo, mayoría en Colombia, expresaron otro camino: que el momento de las exclusiones tenía que pasar su página, que el país debería ser de todas y de todos, de sus mayorías de colores de piel diferente, multicolor, y que era la posibilidad de hacer la paz en Colombia.

Bogotá, 17 de septiembre de 2024

Está viviendo usted días interesantes aquí en Colombia y le corresponde asumir, a partir de hoy, una responsabilidad dentro del Estado colombiano y en el poder judicial en estos días tan interesantes. 

Aquí acabo de colgar un cuadro de Salvador Allende, que me regaló el Gobierno de Chile, el presidente (Gabriel) Boric, de un fotógrafo del entonces, antes del 11 de septiembre de 1973. Es el primer cuadro de Salvador Allende que creo tiene la Casa de Nariño, no he encontrado ninguno más. 

Me pareció importante colgarlo aquí; del Palacio de la Moneda hacia la Casa de Nariño, porque expresa varios mensajes, uno de los cuales, el papel de Nariño, primer alcalde Bogotá, periodista de Bogotá y revolucionario, traductor de los Derechos del Hombre (en ese entonces no consideraban que la mujer tuviera derechos). 

El derecho ha evolucionado a través de la lucha de los pueblos. El derecho es una expresión, en mi opinión, de ese flujo de la historia, que no es más que el flujo de los pueblos, para bien y para mal, y aquí entonces se puede juntar. 

Esta, que es la Casa de Nariño -la Casa de Nariño no era todo este palacio, era una parte que está por aquí, por donde se entra y allí vivía él, por eso se llama la Casa de Nariño- se conservaron esos muros, ese interior donde él vivió; y Allende, en foto, expresa otro tipo de mensajes, que no quiero aquí en este momento profundizar.

La historia multicolor llena los vacíos de la historia


Me preguntaba ¿Por qué estos vacíos en esta casa? Uno puede colgar todo; si uno se da cuenta cuelga muchas cosas que no son de nosotros y, en cambio, olvida muchísimas otras que son de nosotros. Por ejemplo, acabo de colgar también un cuadro al respecto, del general José María Melo.

Es el último oficial del Ejército Libertador (no voy a repetir su historia, porque muchas veces la cuento) cuando Bolívar estaba vivo, luchando todas sus batallas. Se convirtió en general con el paso del tiempo y para mediados del siglo XX libró una lucha fundamental aquí en estas calles, la lucha obrera artesanal. Los artesanos lo pusieron de presidente y a los ocho meses lo derrotaron los ejércitos esclavistas que venían de Antioquia y Popayán, y se fue.

Y en su vida pasó por luchas en Nicaragua, en El Salvador y murió fusilado por sus ideas en Chiapas. El presidente mexicano está buscando su cuerpo, por solicitud mía, y porque le gustó la historia, después de contarme él la historia de Catarino Garza. Son las cosas que uno aprende en la Presidencia.

Catarino Garza es un combatiente de ellos en la época liberal de México, luchando contra una dictadura. Él se escapa de Texas, que es invadida por Estados Unidos y termina en una reunión muy interesante, cuando Bocas del Toro era Colombia, en el extremo entre la frontera panameña y costarricense, a donde llegan delegados cubanos que quieren la independencia de Cuba -que no era independiente en ese momento-, llega el general (Avelino) Rosas de Colombia, delegado de Rafael Uribe Uribe y otros colombianos nacidos en Colombia; llegan a lo que ellos consideraban era Colombia en ese momento. Llegan jamaiquinos, nicaragüenses, costarricenses, llega Catarino Garzón y los mexicanos, y se instaura una reunión que no es leída en la historia de Colombia y es olvidada como olvidados están los cadáveres allí.

Porque es una reunión liberal que busca establecer los derechos liberales y la libertad en toda América, casi un siglo después, y estalla el ejército conservador y un crucero norteamericano que deja marinos, entran en guerra y mueren todas estas figuras, incluido Catarino Garza e incluido el general Rosas.

Yo he tratado de buscarlos, pero dos veces se me ha prohibido llegar a ese lugar, y charlando sobre Catarino Garza y Melo, los dos presidentes de México y de Colombia decidimos encontrar los cadáveres, a ver si era posible traerlos.

Me ha tocado colgar otra foto, la del general Melo, porque tampoco estaba aquí y era presidente de Colombia, el único presidente indígena de Colombia. Casi nadie sabe que tuvimos un presidente indígena, pero por ocho meses lo tuvimos y fue el último general del Ejército Libertador, porque por decreto allí acabaron el Ejército Libertador, solo porque se había juntado ese ejército que dio la libertad de América y su último oficial, con los obreros, y por eso él no está aquí, sino hasta que este Gobierno colgó su foto. 

También había sucedido con el único presidente negro de Colombia, el presidente (Juan José) Nieto, y me tocó traer una serie de símbolos que no están en este palacio, por ejemplo, los símbolos de la paz, de quienes hicieron la paz y hasta nos tocó poner a Gabriel García Márquez. Tampoco el premio Nobel estaba en este palacio, en esta casa, no existía. No existen sino personas blancas, de una condición social y unos artefactos que bien servirían para mostrarle al pueblo de lejos de aquí, pero no está toda nuestra historia y una parte de la historia olvidada.

Y un poco poner a Allende y un poco recordar a Nariño y un poco traer a José María Melo y un poco traer a García Márquez y un poco traer al presidente Nieto y quizás el sombrero de Pizarro, con que firmó la paz en este mismo palacio (antes de ser asesinado en el avión) y hasta tengo la sotana del sacerdote Camilo Torres, científicamente comprobada por un examen genético que hizo Medicina Legal -eso lo va a sacar una revista científica-, que no sé si colgarla o no.

Y a veces pienso que sí, porque las consecuencias de las acciones y del flujo de la historia hoy nos traen un hecho dramático repetido en nuestros últimos años. Una volqueta cargada de explosivos que hiere a 27 jóvenes y mata a dos, dentro de los datos que tengo, puesta por el ELN, con quien estábamos conversando de paz y obviamente, como sucedió aquella vez en otro sitio, aquí cerca, en la escuela de la Policía, pues murieron muchísimos agentes de policía, alféreces, que estaban estudiando allí, pues prácticamente es una acción que cierra un proceso de paz con sangre.

Y es como un eterno devenir. Silenciar una parte del pueblo y seguir en guerras y matándonos entre nosotros una y otra vez, como si esa fuera nuestra historia, y a veces queda difícil preguntarnos: ¿Y es que vamos a seguir por ahí? ¿Es que los que no son de determinada élite no pueden estar aquí? Y al mismo tiempo y entonces la consecuencia es estarnos matando entre nosotros.

Los ‘Melos’ sí se podrán colgar en el Palacio


Y creo que el tema, pues no tiene que ver exactamente con tu posesión, sino que tendrá que ser materia también de tus análisis, como jurista dentro del Estado que ahora eres. Yo no los conozco a ustedes, no sé su pensamiento político, pero aporto estas reflexiones, porque ahora se abren de nuevo en la historia de Colombia.

Ciertos sectores de la sociedad, que son su mayoría, no pueden estar aquí, no son respetables como para poner sus fotos, habiendo sido presidentes de Colombia, solo porque uno fue negro y otro fue indígena y salió con los obreros. ¿No tiene eso algo que ver con que nos estemos matando de esta manera todo el tiempo?, porque 75 años -si es que uno cuenta del 9 de abril de 1948 para acá-, yo creo que eso amerita una reflexión, porque estamos entrando a una era parecida, a pesar que la campaña electoral y los electores que estuvieron conmigo, mayoría en Colombia, expresaron otro camino.

Expresaron el camino de que los ‘Melos’ sí se podían colgar en este palacio, de que el momento de las exclusiones tenía que pasar su página, que el país debería ser de todas y de todos, sus mayorías, de colores de piel diferente, multicolores les digo yo, sus pensamientos diferentes y respetables y que era la posibilidad de hacer la paz en Colombia.

¿Es que es posible el Estado Social de Derecho en Colombia? 


Esa fue más o menos la posición, siempre y cuando se pudiera construir justicia social en este país. Justicia social, es que la gente, que es la mayoría, que tienen necesidades, pueda garantizar sus derechos, eso fue lo que dijo la Constitución Nacional que nos rige, eso se dijo a finales de 1990 y de 1991.

Yo lo que siento y tengo que confesarlo, es que pareciera que si un presidente dice y actúa en función de que un viejo tenga un plato de sopa, en función de que los niños tengan agua potable en La Guajira y en otros lugares del país, en función de que un campesino humilde o una campesina tenga tierra, que son cosas que ordena la Constitución, en función que estos principios básicos de la justicia se puedan ejercer en la práctica por la totalidad de Colombia, es decir, que el derecho exista, no en la palabra, sino en la vida cotidiana, pues pueda haber paz.

Pero pareciera que eso no es querido en Colombia, no por el pueblo que obviamente si lo quiere, sino, por quienes de una manera u otra detentan palancas del poder, de facto, a veces electos, que no lo quieren.

Por eso no voy a alargarme, porque no es este el momento, porque ustedes pasan a festejar un éxito, la hija y su esposo, un éxito merecido, si quiero que quede esta reflexión.

Es que 'Cien Años de Soledad' se repite, o cortamos la historia y pasamos a ser una nación respetable también. ¿Es que es posible el Estado Social de Derecho en Colombia? ¿Es que es posible la paz? o son 75 años más hacia adelante de matarnos entre nosotros y eso no es lo que queremos.

Acuerdo Nacional cuesta arriba


Yo puse sobre la arena la posibilidad de un Acuerdo Nacional. Parece que la respuesta es otra. Aquí respetamos a las Cortes, jamás verán ustedes una interceptación telefónica.

Bueno, como hubo un ‘run run’ en la prensa, porque así es en la prensa, que quedó como que éramos nosotros los que estábamos interfiriendo, cuando yo mismo fui interferido. Mis hijos menores de 4 y 5 años fueron seguidos por el DAS en el Liceo Francés y sacaron fotos de los salones donde ellos estudiaban, y yo fui interferido, tengo por ahí un proceso que no vuelvo a preguntar, porque no me corresponde, de víctima de interferencias telefónicas.

Pero decidí averiguar, dadas las quejas de si había posibilidades de una interferencia a teléfonos, violando los derechos de mucha gente y descubrí que sí. Eso alborotó aquí el avispero, pero lo hicimos porque aquí hay democracia, porque nadie tenga el sobrepoder, el superpoder, alguien no electo, incluso, que no sabemos dónde está Pegasus, de saber qué hablamos o qué no hablamos, o si nos tienen que vigilar o no vigilar o si somos peligrosos y no somos peligrosos.

Y, sin embargo, pareciera que es un pecado que un presidente lo muestre.

Es decir, que hemos tenido unos funcionarios dentro de unos gobiernos que no han entendido qué es la Constitución y que no han entendido qué es un Acuerdo Nacional, porque el Acuerdo Nacional no puede ser que el presidente abandone las reformas que benefician al campesino que no tiene tierra, al viejo que no tiene el plato de sopa o al niño que no tiene el agua potable, que ese no es el camino de un Acuerdo Nacional, sino que el camino de Acuerdo Nacional, es que aquí haya democracia, justicia social y paz.

Los derechos se respetan


Eso se va a definir, como siempre en la historia de Colombia y en los próximos días, pero quiero dejarlo planteado: Los derechos de un presidente se respetan, porque si no vamos a irrespetar también los derechos de un campesino, de un niño sin agua, una persona pobre, de un viejo sin sopa caliente en las calles, de un soldado que ahora es agredido por el ELN.

En vez de hablar de paz van por un muchacho soldado, cuya madre estará llorando en este momento o preocupada si está herido, que tiene todo el derecho de ser en Colombia y que, a través de estas guerras de las cuales él no es responsable ¿qué responsabilidad tiene?, terminan dejando unos sus vidas, otros su felicidad y su existencia, porque simplemente sus padres, incluso políticos, sus gobernantes, no son capaces de encontrar la paz. 

Bueno, les dejo estas inquietudes. 

Gracias por haberme escuchado, muy amables y felicitaciones.

(Fin/nmp/pvc)