Bogotá, 22 de abril de 2025
Este es un tema que viene cruzando desde el año 2016, ya va para una década, las discusiones en Colombia, pero viene atrás indudablemente, el papel de la paz en Colombia, su pertinencia. Ya llevamos desde 1982, sin pensar en épocas anteriores, aproximadamente 18, más, 25, 38 y 5, 43 años hablando de paz. Nos acercamos a medio siglo.
El primero en plantear esto en esta época contemporánea, no hablo de mediados del siglo XX, porque ahí también hubo quienes plantearon el tema, empezando por el general Gustavo Rojas Pinilla, un general del Ejército de Colombia. Podríamos remontarnos atrás aún y encontraríamos este tipo de episodios, cuando Simón Bolívar levantó la bandera de la guerra a muerte, la tengo en mi oficina, es roja y negra, no era la bandera de la guerra en Colombia actual.
Y cuando después de dialogar con Pablo Murillo, el español, su enemigo militar, decidieron ponerle final a la guerra a muerte, entrar a una especie de humanización de la guerra, por eso muchos españoles se quedaron en Colombia enamorados de este país quizás, enamorados sentimentalmente con sus hijos aquí, con sus bienes, ya tenían cinco siglos de estar aquí, muchas generaciones de descendientes del reino de España, pues se pudieron haber salido despavoridos, o fusilados, o ahorcados, o decapitados como en Francia, y gracias a ese proceso de paz entre Pablo Murillo y Simón Bolívar, eso no pasó, nos independizamos y no hubo esas marcas de sangre y de venganza que hubieran podido seguir durante siglos hasta el presente.
Luego el tema de la guerra a muerte y de la paz han estado desde el nacimiento mismo de nuestra república, y en eso la conversación, el diálogo entre Pablo Murillo y Simón Bolívar son claves, y volver a ver esa bandera y reconocerla como parte de nuestra historia, la bandera de la guerra, varios batallones y compañías del ejército tienen sus banderas de guerra, pues no tiene por qué llamarnos a pena, porque es nuestra historia, bandera roja y negra, el rojo y el negro juntos siempre han significado una cosa desde hace siglos, libertad o muerte, y la lucha de Bolívar es una lucha de libertad o muerte, y aún hoy nos debatimos entre la libertad o la muerte, es decir, en nuestros corazones más o menos hay un rojo y un negro en color, una bandera libertaria.
Declaración de Estado
Voy al presente, porque si no me quedo hablando la historia. Estamos hablando aquí de un acuerdo, convenio, entre una institución del Ejecutivo y una institución del Judicial, ambos surgidos a partir del 2016, con más o buen sentido, las evaluaciones las tiene que hacer el pueblo de Colombia, surgen del Acuerdo de Paz de 2016, entre el Estado de Colombia, no entre Santos, ojo, error periodístico, el presidente Santos era en ese momento el jefe del Estado, como yo soy en este momento el jefe del Estado, palabra que quieren borrar y silenciar porque no quieren al presidente.
Pero básicamente porque no quieren la paz y la verdad, y no porque yo las tenga, nadie las tiene en sí mismo, sino porque levantamos esas banderas y las defendemos. Y la defendió Santos en su momento, podemos criticarlo o no, pero como jefe de Estado firmó una declaración unilateral de Estado, que nos compromete más allá de la constitución de Colombia ante la humanidad, nos compromete ante una constitución de la humanidad, no sólo de Colombia.
Nuestros cortes les falta un poco entender este tema, porque nunca lo habíamos vivido, yo hasta ahora me enteré de qué significaba, quiero seguirlo estudiando, porque creo que puede servir en mi Gobierno, porque comprometerse ante la Constitución de la humanidad, hoy por hoy, en temas de paz, es comprometerse ante las Naciones Unidas en su instancia más eficaz y de mayor poder planetario, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas donde se sientan las potencias del mundo, las que vencieron en la Segunda Guerra Mundial a Hitler, y otras que por elección de la plenaria de Estado llegan allí. Creo que nosotros hemos estado allí también.
Y hoy, precisamente, nuestra canciller está, hubiera podido ir personalmente, quiero tomarme unos días de flujo histórico para saber en qué momento vamos a hablar directamente como Jefe de Estado con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, alrededor de la declaración unilateral de Estado, por el cual la sociedad colombiana y su Estado se comprometieron ante la Constitución de la humanidad, es decir, ante la humanidad, para que lo firmado en el año 2016 se vuelva realidad.
Aquí hay un pedacito de eso firmado, un pedacito, que trata de volverlo realidad. Me escribió ayer la canciller con su discurso, le dije que lo cambiara un tanto, porque nosotros no vamos a contar cuentos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Hay un gran avance en el proceso de paz firmado en el 2016, y eso lo estará diciendo, ya lo dijo la canciller ante el Consejo, pero hay unos grandes agujeros oscuros que no nos permiten decir que el Estado de Colombia está cumpliendo con el Acuerdo de Paz firmado en el año 2016 y, por tanto, le está incumpliendo a la humanidad con la declaración unilateral de Estado. Aún es tiempo de hacerlo, pero tenemos que reconocer en dónde están los grandes obstáculos del incumplimiento.
Aversión a la paz y la verdad
Yo vengo de una organización, la festejamos el 19 de abril, que hizo la paz en Colombia, en este palacio mismo, no sé en qué salón, tengo que averiguarlo, hasta el sombrero que traía puesto el que firmaba la paz lo están persiguiendo para que no esté en el palacio, ¡el sombrero¡, porque con él fue un asesinato unos días después de firmar el acuerdo de paz. Un estado que hunde en sangre su palabra y su compromiso. Ahora estamos viendo qué es lo que pasa, por qué se repite esa historia, que también si quiero ir al pasado, se repitió con Simón Bolívar, porque aquí a una cuadra lo iban a matar también.
Si no es por la amorosa y valiente Manuelita Sáenz, gran colombiana, pues no hubiera sobrevivido esa vez. ¿Por qué matan a los que hacen la paz y construyen las repúblicas? ¿Por qué sucedió eso también con Rafael Uribe Uribe? ¿Por qué sucedió eso también con Gaitán? ¿Por qué sucedió eso también con Guadalupe Salcedo? ¿Por qué sucedió eso también con Carlos Pizarro, el que vino aquí a firmar la paz, con Virgilio Barco? ¿Por qué ahora la prensa, sin mayor investigación, anda diciendo que la bandera del M-19 es ilegal? ¿De dónde sacan esas deformaciones de la paz y de la verdad en Colombia? ¿Acaso aquí no se firmó un acuerdo, un acuerdo de tres párrafos, uno de los cuales decía que había que convocar una asamblea nacional constituyente? ¿Y acaso no se convocó una asamblea nacional constituyente? ¿O esa es una paz de mentiras y la Constitución no se aplica? ¿Y acaso en esa asamblea nacional constituyente uno de sus presidentes no fue Antonio Navarro Wolf?
¿Y acaso la fuerza de mayoría en la asamblea nacional constituyente no fue elegida por el voto popular y éramos nosotros? Es decir, que nosotros no sólo pedimos hacer una constituyente, sino que la hicimos, la hicimos la Constitución. ¿Y entonces nos siguen masacrando? ¿Tan alta aversión hay a la verdad y a la paz? ¿Que no logramos ni siquiera firmándola, cumplirla? Pues me toca hablar del actual, que es lo que nos convoca aquí, 2016.
El Acuerdo de Paz
Yo creo que hay cuatro, magistrado (Alejandro Ramelli Arteaga, presidente de la JEP) cuatro grandes temas, le decía hace un momento, grandes capítulos, llamémoslos así, de un documento bastante extenso que me he leído. Creo que no muchos colombianos han leído el Acuerdo de Paz, lo critican sin leerlo. Pues por eso, en un plebiscito o algo así, que ese sí se permitió, hundieron la paz de Colombia con mentira, no con la verdad.
Que se iban a volver homosexuales los hijos de los pobres, ¡mentirosos! Que le iban a quitar las pensiones a los taxistas y el taxi, ¡mentirosos! Que no sé qué, que las Farc se iba a tomar, porque ya había llegado a la calera y se iba a tomar la Ciudad de Bogotá, mentirosos. Que le iban a entregar el gobierno al presidente Santos, la banda presidencial a Timochenko, ¡mentirosos!, se lo entregó fue a Duque. No puedo decir si salió bien o mal.
¿Por qué tanta mentira? ¿Por qué tanta mentira en la mente del pueblo, para que el pueblo no encuentre, obviamente, la verdad, ni encuentre la paz? Y sólo hay una razón: porque en la mentira y en la violencia, unos muy poquitos colombianos se vuelven hiper mega ricos con la riqueza nacional. Un país en paz y descubriendo verdades, no se deja robar lo que es del pueblo. Y aquí se lo están robando todos los días, hasta el poder de la comunicación se lo robaron.
Y esos cuatro grandes capítulos, ¿en qué consiste y por qué digo que se está incumpliendo el Acuerdo de Paz? En esos capítulos, en lo esencial. Porque esos capítulos dicen, uno, que hay que hacer una Reforma Agraria de tres millones de hectáreas, tres millones de hectáreas. Dos, que los territorios PDET, donde estuvieron las Farc combatiendo, deben lograr el desarrollo y el progreso, incluirse en el desarrollo nacional.
Tres, porque debe haber verdad plena sobre el conflicto armado en Colombia. Para eso se creó un tribunal, que es la JEP, aquí presente. Y cuarto, porque los combatientes que firmaron la paz deben vivir dignamente y los están matando. Y entonces, es culpa de Petro, dirán, como siempre. ¿Es culpa de quién? ¿Por qué se incumple el proceso de paz? Ya saldrá el trino ahí de los valerosos licaristas, que no persigue la fiscalía, porque nos amenazan a muerte y es bueno que nos amenacen a muerte, dicen muchos, a ver si no hablamos, a ver si no gobernamos.
La Reforma Agraria
Pues ahí dicen, en el primer punto voy a referirme a la Reforma Agraria, que simplemente Petro no ha podido entregarle tres millones a los campesinos de Colombia, que es lo que dice el punto, no desiertos, sino tierras fértiles, porque los terratenientes no sueltan la tierra, como decía Álvaro Gómez Hurtado.
Y para que suelten la tierra a los terratenientes y pasemos a ser un país moderno en el campo, como Estados Unidos, como Francia, como China, como Austria, pues la tierra no debe ser de señores feudales que no producen alimentos, sino de granjeros, campesinos, que pueden alimentar no sólo a la sociedad colombiana de manera barata, acabar el hambre en Colombia y exportar para llenarnos de divisas alimentando el mundo. ¿Por qué no podemos pasar a esa modernidad?
Porque los dueños, poseedores, porque hemos descubierto que mucha de esa tierra es baldía y le pertenece a la nación, son los que mataron a través del paramilitarismo a los campesinos de Colombia, los desalojaron a la fuerza, sacaron cuatro o cinco millones de víctimas de sus tierras, y hoy por aquí nos rodean en la miseria tratando de buscar un vendrugo de pan. Son los que gobiernan desde el Congreso de Colombia, no todos los congresistas obviamente lo son, pero yo logré descubrir 35% de senadores y, al final, la justicia de Colombia condenó a la cárcel y al final esa corte por condenarlos a la cárcel fue prácticamente perseguida, interceptada, amenazada de muerte y hoy no gobierna la Justicia de Colombia. La acabaron porque había que tapar la verdad y taparon la verdad.
Entonces no hay Reforma Agraria porque el Congreso de Colombia no quiere hacer las leyes que permitan que fácil y eficazmente el Gobierno de Colombia pueda adquirir las tierras para entregarse a los campesinos en una magnitud de 3 millones de hectáreas, incumplimiento del primer punto del Acuerdo de Paz, que debe decirse ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Hemos entregado, tenemos 550 mil hectáreas, es lo que hemos logrado y entregado 150 mil hectáreas. ¿Cuándo llegaremos a 3 millones?
Los territorios de paz
Segundo punto, los territorios excluidos. Cualquier periodista serio que investigue y pida aquí a una oficina, yo puedo publicarlo en Twitter, lo he publicado varias veces, pero ni mu, el cuadro de vigencia futuras. ¿Qué es eso? Las decisiones de los instrumentos de planificación del Ejecutivo para de ordenar el gasto en inversión de los próximos 30 años en Colombia. No el gobierno que hace esa operación, sino de los 30 años calculando las posibilidades financieras del país en esos 30 años.
En esos acuerdos no encuentran ustedes una sola inversión que vaya a una zona PDET, como se firmó en el año 2016, en el segundo gran capítulo del Acuerdo de Paz. Porque eso nos diría si estamos cumpliendo el Acuerdo o no, porque no hay un artículo que hable de eso. Me pregunto yo, o hay que hacer interlocuciones del presidente de Colombia, a ver si la gente se da cuenta de que le pusieron conejo al Acuerdo de Paz. Porque si fuese cierto el segundo capítulo, que es incluir en el desarrollo nacional las zonas en donde se desarrolló la guerra, los PADET, que llaman ahora, primero no habría guerra hoy ahí, la guerra de hoy ahí se debe al incumplimiento del Acuerdo de Paz, hecho apenas se firmó y sobre todo en el Gobierno de Duque.
Pero se comprueba en el cuadro de las vigencias futuras, porque hay casi 100 billones de pesos de lo que serán los presupuestos de Colombia en inversión hasta dentro de 30 años, que se dedican exclusivamente en un 85% a las 4G y las 5G de los dueños de los medios de comunicación con los cuales el Estado ha contratado concesiones viales para llenar el país de peajes. A tal punto ha llegado ese absurdo y esa traición con la paz, que tiene unos protagonistas, sí, el señor Cárdenas, el señor Vargas Lleras, sí, y otros. Pero a tal punto ha llegado esa traición con el acuerdo de paz, que hoy, cuando se habla del déficit fiscal en Colombia, se hacen las cuentas mal, adrede.
Dicen el FMI que tenemos 50 billones de pesos de descuadre, no de deuda, que es mucha más grande, sino de descuadre entre nuestros ingresos y el gasto para pagar esa deuda. 50 billones. Y ahí metieron lo que hemos pagado para subsidiar la gasolina de los ricos de Colombia, pagándole a Ecopetrol deuda que dejó Duque. ¿Cuánto es? ¿No son 40 billones lo que hemos pagado? ¿Y entonces eso no se les debería sumar a la deuda que hoy todavía no hemos pagado para llegar a equilibrio fiscal, 50 billones? ¿Y eso no nos debería llevar mentalmente en unas matemáticas relativamente fáciles a que Duque dejó un déficit fiscal de 90 billones de pesos y nosotros lo llevamos a 50?
Pero que haber pagado ese subsidio a los ricos de Colombia, poseedores de cuatro puertas y otras, significa que se sacrificó al pueblo colombiano en sus gastos más esenciales y en sus derechos fundamentales, pensaron en las cuatro puertas y no en cumplir el proceso de paz. Y como las cuatro puertas andan en gasolina y van en grandes autopistas, a ver si se parece Colombia a Florida, entonces toda la inversión pública la comprometieron para hacer dobles, calzadas y 4G que ninguna pasa por una zona PDET.
Entonces, ¿no traicionaron el Acuerdo de Paz del año 2016? Está traicionado porque no es cierto que se esté incluyendo el territorio que ha sido excluido y que ha sido cuna de la violencia por generaciones en el desarrollo nacional. Al desarrollo nacional sólo incluyeron las propiedades de los que viven en el sur de Medellín y de los que viven en el norte de Bogotá, y punto.
La verdad fraccionada
Y hay un tercer capítulo, la verdad, que es lo que nos convoca aquí, la verdad. Y claro que la JEP ha descubierto cosas que hay que tapar rápido para que no se extiendan mucho en la comunicación popular, porque traería consecuencias si la mayoría de la sociedad colombiana las pudiera reflexionar y digerir. Hablábamos de algunas, han pasado muchas, ¿cierto? Un presidente de Colombia se hizo reelegir con unos senadores que eran socios del narcotráfico de Colombia y ordenaban asesinatos de su propio pueblo.
¿Eso nos parece sencillo, eso pasa en toda la humanidad? Aquí compraba a los congresistas, en este salón, y los congresistas que hacían las leyes eran de la organización paramilitar narcotraficante de Colombia. Nuestras leyes la hicieron narcotraficantes, en parte.
¿Y qué, esas leyes siguen? No hay reforma posible. Si planteamos reforma, entonces el Congreso se dedica a tapar y a cancelar las reformas en Colombia, como si se pudiera tapar la verdad, que en ese Congreso se sentaron 32 senadores, se hicieron mayoría para dos objetivos fundamentales: tapar la verdad de Colombia, porque ellos eran socios del asesinato y el genocidio, y reelegir al jefe de ese proceso, para que nunca hubiera verdad en Colombia. Otras verdades, acabamos de ver una.
En el Batallón Charry Solano hay restos humanos que acaban de ser, cómo se dice técnicamente, descubiertos, exhumados es la palabra, y sólo una parte, no se ha hecho la labor, porque en este Gobierno abrieron huecos que están en el Charry Solano sin que nadie se diera cuenta, y no sabemos qué sacaron de ahí. Investigación que tiene que ordenar el Gobierno nacional en este, no en esa época, ¿qué sacaron? ¿Por qué? Y ahora, si se hace un trabajo a fondo, ¿cómo así que antes del Palacio de Justicia había cuerpos de desaparecidos en una institución del Estado? Y después también, antes y después.
¿Acaso que este no era el Ejército de la libertad, de los derechos de la república y de Simón en Bolívar? ¿Qué les pasó? Y no le puedo echar la culpa al soldado o a la soldado, que ya empezaban a existir, a unas personas individuales, porque caerían en la trampa fascista en que está cayendo la política de los Estados Unidos, ¿no? Porque un venezolano es del 'tren de Aragua', entonces todos son terroristas, pues eso decían del judío, ¿no?
Si no, ¿qué significa que quizás igual que como buena parte de senadores y congresistas de Colombia, una parte de los generales y altos mandos del Ejército y la Policía, pertenecieran a las organizaciones narcotraficantes y paramilitares. Cuál la verdad del Palacio de Justicia, entonces, que no aparece en las investigaciones y yo he querido que aparezca, porque hoy sabemos que un alto jerarca del cartel de Medellín dice que nada tuvo que ver con nosotros, y es la verdad. Y entonces, ¿por qué quemaron el palacio y mataron a los magistrados? ¿Por qué? Porque ahí estaban los procesos en el sótano de torturas a miles de colombianos en el Gobierno de Turbay, cuyos culpables eran generales del Ejército de Colombia, los mismos que enterraban los cadáveres en el Batallón Charry Solano.
Eso ya pasó, muchos de ellos están muertos, pero ¿por qué no podemos saber la verdad? ¿Por qué no la tienen que ocultar con mentiras? ¿Por qué ese intento permanente de encubrir con mentiras la realidad nacional?
El fascismo en Colombia
Y es que también aquí hubo fascismo, allá en un video que ni siquiera Hollman (Morris, director de Sistema de Medios Públicos) se atrevió a sacar, en un museo de cruces. Hay una cruz que no es una cruz, no sé si por ignorancia, no me atrevo ahí, no me atrevo a decir, es una esvástica. La esvástica jamás fue una cruz, no tiene que ver con Jesús, jamás, ni con el cristianismo, ni siquiera con el pueblo de Jesús, que eran los judíos.
La esvástica es un símbolo de la etnia aria, y por eso la puso como bandera Hitler. Y la esvástica habla de la raza, y aún hay himnos en departamentos de Colombia que hablan de raza, y no hay protesta, la raza no existe, la raza sólo llevó al genocidio de los pueblos. ¿Por qué los cantamos en himnos? ¿Y por qué hay una esvástica en el Museo de Marinilla? Eso es simplemente una anécdota, porque lo real es que en Colombia hay y hubo nazis, que me dicen que estoy loco por decirlo y no.
Franco comprometió a la dirigencia política conservadora en el fascismo, y por eso tenemos 300 mil muertos en la violencia de mediados de siglo, y por eso Gaitán fue asesinado. Pero el mundo de hoy persiste en ese tipo de actitudes en todo el planeta, pero también en Colombia.
Ante el Consejo de Seguridad
Y entonces, ¿tenemos acceso a la verdad o nos van a encubrir con otra mentira? Porque la verdad de ahora ha sido fragmentada de nuevo, magistrado, y esto hay que decírselo al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y tengo que decírselo al Poder Judicial, porque es mi experiencia personal. Yo logré hacer durante años los debates sobre los vínculos entre senadores, rectores de universidades y políticos y alcaldes, y presidentes de Colombia con el paramilitarismo narcotraficante, porque junté los procesos archivados de investigación judicial, los acumulé en mi propia investigación.
¿Por qué estaban fragmentados? Porque en cada proceso no había un testigo y siempre lo mataban, o no había testigo. Y entonces, en ningún proceso individual fragmentado llegaba la verdad. Los fragmentaron para producir impunidad premeditadamente desde la cúpula de la Fiscalía General de la Nación, porque la cúpula de la Fiscalía perteneció a la organización paramilitar, como lo denuncié en mi primer debate.
Entonces, ahora que se deberían recoger para encontrar la verdad judicial, que sólo tiene como apoyo quienes deciden confesar ante la JEP, entonces ahora hay sentencias de la Corte Constitucional que prohíbe que un paramilitar vaya a declarar a la JEP, que prohíbe que un narcotraficante vaya a declarar a la JEP, que prohíbe que cualquier civil tercero, le llaman, cierto, no sé el nombre técnico, vaya a declarar ante la JEP. ¿Qué es lo que están haciendo? Fragmentar la verdad, impedirla. Y si yo leo el capítulo del Acuerdo del Paz, eso no se dice en el acuerdo con la Farc, lo están incumpliendo, incluso desde el Poder Judicial, porque todos los paramilitares deben ir a confesar, y si la confesión les permite beneficios jurídicos, eso no lo determino yo, pues deben tenerlo.
¿Qué? ¿Miedo a la verdad? Pues claro que hay miedo a la verdad, pero no de nosotros, sino de los criminales que mataron al pueblo de Colombia.
El Estado incumplió el Acuerdo de Paz
Por eso están fragmentando la verdad, y hay que decírselo al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, porque se está incumpliendo el compromiso con la humanidad que el presidente Santos hizo como Jefe de Estado ante las Naciones Unidas, con el acuerdo hecho con la Farc en el año 2016. Y podríamos seguir con el cuarto punto, pero me extiendo demasiado.
Los excombatientes los están matando. ¿Quiénes lo matan? Por ye o equis razón, las nuevas organizaciones narcotraficantes, cuyos jefes son albaneses, croatas, mexicanos, cuyo centro de control está en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, no en Bogotá, la nueva Miami del lujo, allá viven en medio del lujo, que se han apropiado instituciones de la Policía, de instituciones del Ejército, que están metidos dentro del Congreso de la República, que nos infiltran, incluso en este palacio una y otra vez, tratando de volver a capturar el Estado para enriquecerse, y para ello necesitan más y más violencia, y por eso ponen bombas a las personas civiles en pueblos como La Plata. Otra vez.
Y ese hecho de nueva violencia en Colombia, traqueta y multinacional, se debe a que hubo un presidente que no quiso cumplir el acuerdo de paz después del año 2016, y se tiró todo, y volvió a ejercer y hacer violencia en los famosos territorios PDET, que nunca quisieron desarrollar. Y allí viven los excombatientes de las Farc que firmaron la paz. Inocentes o no, los están matando, porque la violencia llega de nuevo con su poder narcotraficante a los PDET, porque el Estado les dio la espalda, porque el Estado lo permitió, porque mucha gente del Estado vive también de las ganancias de la cocaína del Micay o del Catatumbo, y muchísima gente fuera del país, con altísimos poderes económicos y con poderes sobre el circuito del capital financiero en el mundo.
Dejo aquí, porque esto lo digo, porque este papel obviamente es un avance, pero lo que nos falta por hacer, y este Gobierno le presentará al Congreso todo, lo ha venido haciendo, el Congreso irá, si no cambia su actitud detrás del señor Efraín Cepeda, irá negando y negando el Acuerdo de Paz. Sólo que yo iré al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como Jefe de Estado, y plantearé la verdad: que el Estado de Colombia, no el Presidente Jefe de Estado, incumplió el Acuerdo de Paz con las Farc y le incumplió a la humanidad el compromiso que había hecho en el año 2016. Ya podrán investigar ustedes qué sucede cuando eso pase.
Gracias, muy amables por haberme escuchado, al magistrado le pido una disculpa por haberme extendido, usted tiene sus propias opiniones, obviamente, pero cuente con todo el respaldo del Gobierno nacional.
La plata no se va primero al señor Luis Carlos Sarmiento, no señor, no se va a Banco Colombia en los fideicomisos de las dobles calzadas, eso se acabó. Vamos a mirar, por qué hay $13 billones guardados en esas fiducias, que no puede recuperar el Gobierno y la plata pública, pero que no se ha gastado porque no han hecho las 4G, entonces está lindo pagando comisiones a los dueños del Banco Colombia y a los dueños del Grupo Aval, y nosotros aquí sin dinero para pagarle a la señora de los tintos y al campesino que quiere la tierra, y a la justicia para que encuentre la verdad.
Y eso no puede ser, eso no es justo, eso que han creado no está en la Ley, no está en la Constitución, es corrupción interna, privada de los más ricos de Colombia y de funcionarios aquí dentro de esta casa de Nariño.
Gracias, muy amables por haberme escuchado.
(Fin/aga)