Suárez (Cauca), 28 de febrero de 2025
Un saludo a la comunidad educativa del departamento del Cauca, beneficiada con la nueva sede de la Universidad del Valle, representantes de las comunidades indígenas afrocolombianas y campesinas, lideresas y líderes comunales, también a la guardia Cimarrona, que me ha regalado una camiseta y nos acompaña en el día de hoy, a la Guardia Indígena y Campesina y en especial a la Comunidad suareña y del Norte del Cauca, que nos acompaña.
Vicepresidente de la República de Colombia, Francia, Elena Márquez Mina; alcalde del municipio de Suárez, César Lizardo Cerón; rector de la Universidad del Valle, Guillermo Murillo Vargas; congresistas de la República, alcaldesa y alcaldes presentes, gabinete departamental y municipal, concejales municipales, directora, ministro y funcionarios del Gobierno nacional, medios de comunicación y, en general, a todas y todos los aquí presentes.
Cambié el orden del día porque me espera, a ocho horas de instancia y de tiempo, una reunión con presidentes latinoamericanos progresistas, en la cual quiero estar por obvias razones. Si América Latina no se une en este momento, pues la van a recoger en pedacitos, porque la situación está difícil y se afronta con unidad en la diversidad.
Por eso, me disculpa la vicepresidenta y el ministro de Educación (Daniel Rojas) y el alcalde de Suárez y las personas que van a intervenir porque, pues como dice el vallenato que a usted le gusta tanto, ministro de Educación, que me dio un gusto, me deja, ¿cómo es que dice David? Que voy de carrera y me deja el avión. Así dice, ¿cierto? De Diomedes Díaz, cuando era bastante disciplinado.
Entonces, lo que estamos haciendo en el día de hoy, indudablemente tiene un cruce de concreción de una serie de propuestas que ha hecho este gobierno desde antes de ser gobierno y durante el gobierno. Para nosotros lo que hemos dicho y hacerlo es una obsesión cumplir, dijimos que hay un mundo cerrado en oportunidades a la juventud de Colombia, nuestra juventud, nuestra niñez es frase de Perogrullo, el país de hoy y de mañana.
Porque estamos aquí en este tiempo presente que coordinamos, que convivimos, pero mañana indudablemente serán ustedes los que estén, no tanto nosotros. Luego, ese presente y ese futuro es fundamental si queremos tener una nación colombiana y si queremos tener una nación colombiana mejor que la de hoy, mejor que la de ayer, pues, entonces, hay que privilegiar, en buena parte, la política pública en favor de la niñez y de la juventud.
Más universidades y menos cárceles
Lo que hemos constatado, incluso solo mirando las cárceles de Colombia, que le gusta a muchos políticos hacer y construir, llenar un país de cárceles en vez de llenar un país de sedes universitarias, que sería mejor. No voy a criticar mucho, pero vi al alcalde (de Bogotá, Carlos Fernando) Galán muy ufano diciendo, vamos a abrir otras sedes de la universidad distrital, que es de las mejores de Colombia. Eso es cierto, pero, oiga, ¿dónde están nuestros multicampus que prometimos en Bosa, en Kennedy, en Suba? Porque seguro que, si se abren más las puertas de la universidad, se cierran más las puertas de las cárceles y de las celdas y de las rejas y del cepo y las cadenas.
La educación en general es emancipadora, liberadora. Emancipar es romper las cadenas. Un poco la política de Colombia se divide entre quienes quieren poner cadenas y quienes queremos romperlas y liberar a los seres humanos de esas cadenas.
Aquí, estas tierras, han sido testigos de esas luchas. No las voy a repetir, pero el hecho de abrir aquí un centro de educación superior público y gratuito, ¡ojo!, pues es uno de los hechos liberadores más grandes y profundos de la historia reciente de esta región. Porque hay que decirlo concretamente: la exclusión a las juventudes de Colombia es, antes que nada, una exclusión racista.
Las primeras juventudes que no logran entrar muy difícilmente a una universidad en Colombia son las juventudes negras, son las juventudes indígenas.
Esa estadística no está hecha en realidad, porque habría que poner tasas de cobertura por etnias culturales y nos daríamos cuenta de que Colombia ha sido gobernada por racistas, ha sido gobernada por los hijos de los esclavistas, como he dicho una y otra vez.
Y entonces, a los hijos que fueron los esclavos de antaño, los siervos de antaño, y que quisieran mantener, seguir siendo esclavos, ser siervos, dominados, dominadas, subordinados por siempre, siervos de las levas, decían en Europa la mayoría de nosotros, entonces no les abren las puertas de la educación, que es la instancia emancipadora por naturaleza del ser humano. Aquí estamos emancipando, aquí estamos liberando. No soy yo el libertador, somos todos y todas los y las libertadoras de este país.
Y esa charretera, llamémosla así, sí que deberíamos tenerla. A Bolívar no le gustó que le dijeran general, a él le gustó que le dijeran libertador. Libertador no es un grado militar, es el grado máximo del ser humano.
Así que ojalá podamos hacer una inmensa logia de millones de colombianos y colombianas que se puedan llamar a sí mismos, y le aplaudamos que se llamen a sí mismos libertadores y libertadoras. Libertadoras de hombres y libertadores de mujeres. Muy interesante que sería la sociedad colombiana si además dejáramos crecer exuberante la naturaleza que nos rodea, y si además dejáramos crecer exuberante la cultura de la que estamos hechos.
Aquí entonces se abren estas puertas del saber. De ahora en adelante, ministro, se viene haciendo, más lentamente de lo que yo quiero, un gran salto en la cobertura de la educación superior en Colombia. Debe comenzar por las culturas negras y por las culturas indígenas de este país, debe comenzar por el Litoral Pacífico.
Mucho lo he repetido. No puede ser condenado el Litoral Pacífico a una ausencia de educación, a una mala calidad de la educación, a universidades pobres para una sociedad a la que han conducido la pobreza. Es lo mejor posible de la educación pública superior, que podamos financiar y tener lo que hay que ubicar en las zonas que hoy son de las más pobres del país, pero que a partir de allí podrían emanciparse, que también es superar la pobreza.
El dinero público debe ser para la universidad pública
Las tasas de cobertura tienen que aumentar. Nosotros no estamos hablando de acabar la educación privada, pero no me interesa sostener la mala educación privada. La educación privada tiene una función, ser de excelencia, pero si nosotros estamos pagando becas para universidades de garaje, de politiqueros de baja estofa, por aquí y por allá, eso no se llama educarse.
Y pueden levantar las banderas del Icetex y de los institutos de crédito y del Ser Pilo Paga y de la Generación X y no sé qué más nombres se han inventado, pero el dinero público no es para subsidiar universidades de garaje de politiqueros que usan a los estudiantes como un rebaño de votos y no le entregan educación. ¿Ayudamos a la universidad pública? Sí, pero de verdad, no de mentiras. Y el dinero público es para la universidad pública.
De eso no puede caber ninguna duda y quiero que se sepa bien, porque después caemos en el debate malos entendidos. Yo no me comprometí a subsidiar la universidad privada. Ella tiene sus matrículas, su forma de financiarse.
Si necesita apoyos de otro tipo en nosotros, pues los abrimos. Necesitamos investigar mucho en Colombia. El apoyo del Estado es para la investigación, en el caso de la universidad privada.
Para investigar hay que llegar a la ciencia básica y para llegar a la ciencia básica hay que ser una universidad de calidad. Pero el dinero público, el erario, está fundamentalmente destinado, en el caso de la educación superior, a ampliar la cobertura gratuita de la educación superior en Colombia. ¡Gratuita! Señor Rector, ahí usted será mi vocero ante una reunión de rectores y rectoras que vamos a convocar de todo el sistema de educación superior en Colombia, que no es solo la universidad sino también el SENA, sino también instituciones de tipo tecnológico, públicos.
Presupuesto histórico para la educación
Ese sistema va a ser convocado para que se tenga en cuenta lo que voy a decir ahora. Uno, hemos hecho saltar los presupuestos de la educación como nunca antes en la historia de Colombia. Cuando yo era estudiante y cuando era congresista joven, que también estudiaba al mismo tiempo ministro, solo que decidía no presentar las tesis o las presentaba y me iba bien, entonces, ustedes tienen que irles bien presentando la tesis, ¡ojo! Cuando vayan a presentar la tesis no es copiándola del otro, como hacen los uribistas, eso no lo hacen los estudiantes, es haciéndola uno mismo. Y ya cuando la terminen, si no reprueban, vuélvala a hacer y vuélvala a hacer, porque lo que aquí importa es saber y llegar a las fronteras del conocimiento.
Bueno, rector, le estaba diciendo antes de esta digresión política que cuando estudiábamos el presupuesto de defensa era superior al presupuesto de la educación y no hace mucho era así también.
Hoy el presupuesto de la educación alcanza 70 billones de pesos y el presupuesto de defensa 49 (billones). Es un cambio, dicen que no hay cambio, Es un cambio fundamental, fundamental, es más importante el libro que el tanque de guerra. Lo que pasa es que no nos podemos quedar sin tanques de guerra tampoco.
Es más importante el libro y entonces 70 billones van para la educación, la mayor parte de ese dinero se ha ido hacia los municipios a través del SPG (Sistema General de Participaciones), que le he pedido al ministro del Interior que nos ayude a reformar a través de una ley, porque hay que incluir educación, cofinanciación de la educación superior en el SPG y preescolar, de tal manera que ahí sí ya cumplamos con lo que ordenó la Constitución Nacional.
Ese proyecto de ley que es orgánico debe ser presentado en los próximos días tras una fuerte discusión, no solo con las fuerzas políticas que hacen parte del Congreso, sino pues con ustedes, con las fuerzas sociales que tienen que ver con la educación, con la salud en Colombia, porque allí también está buena parte de la financiación de la salud.
Entonces ese es un primer hecho, hemos saltado los presupuestos de la educación hacia arriba, esperamos que no se los roben, esperamos que se vuelvan realidad más maestros, más maestras, más educación para los maestros, para que puedan educar más a la juventud y a la niñez, etcétera.
Nosotros en el Gobierno nacional hemos hecho saltar los presupuestos, porque no se financian a través de las transferencias, señor Rector, los presupuestos de la universidad y la educación superior en general, y aquí quiero su ayuda.
La Ley 30, en la cual yo participé cuando se hizo en su discusión, establece que cada vez que se le entrega un dinero de funcionamiento a la universidad, este hace ya base para en todos los años subsiguientes, hacer cálculo de acuerdo al índice de inflación para mantener cada vez más recursos para la universidad. Los gobiernos anteriores lo que han hecho es mantener eso quietico, hasta que los jóvenes se estallan y los obligan a aumentar un poquito.
Nosotros mega aumentamos. El ministro de Educación tiene que citar una reunión con MinHacienda y la prensa para presentar, en este año, un traslado convenio entre el Ministerio de Hacienda y el funcionamiento del Ministerio de Educación que suben 2.1 billones el presupuesto para el sistema de universidad pública en Colombia. En funcionamiento.
2.1 solo en un año. El año entrante daremos otro salto similar. Lo quería hacer el primer año de mi gobierno, pero el señor Alejandro Gaviria no se dio cuenta ni que era lo que quería.
Cómo habrá pasado que no se dio cuenta por estar pensando en los negocios de las EPS, que no se dio cuenta que le estaban sacando el dinero en la universidad para el FOMAC y que al interior del FOMAC estaban sacando los dineros para unos operadores intermediarios que se llevan ese dinero a grupos al margen de la ley armados, multicrimen y a paraísos fiscales. No se dio ni cuenta. Me tocó a mí, el presidente de la República, descubrirlo.
De paso, se le dice a la W, quienes hemos destruido la corrupción en el FOMAC, que es el fondo de prestaciones del Magisterio de Colombia, y aún nos falta trecho, eliminando todos los operadores privados que existían desde el año 2010. Es este gobierno, este pechito, ese pechito suyo, otros pechitos aquí, a los cuales además nos usan de blanco por haberlo hecho. No de blanco en términos técnicos, sino de diana.
Somos nosotros los que destruimos y lo estamos haciendo a fondo la corrupción en el FOMAC. Alejandro Gaviria ni se dio cuenta que existía el mecanismo de la corrupción, pero esto mismo no se enseña que si voy a mandar 2.1 billones de pesos este año a la universidad pública, no debe irse en pensiones, en contratos, en vainas y en vainas y en vainas que no tienen que ver con la educación de la juventud, sino que tiene que enfocarse en su mayor parte en el aumento de la tasa de cobertura.
¡Ojo!, y quiero que ese mensaje quede claro, no queremos hacer un salto presupuestal solamente para aumentar los gastos de funcionamiento de la universidad sin que aumente el número de estudiantes que pueda acceder a la educación superior en Colombia. Nuevos cupos, le llamamos a eso.
Esto es fundamental, ¿por qué? Porque en la medida en que podamos llegar a 100.000, 200.000 nuevos cupos, el ministro dice que ya alcanzamos 122.000 nuevos cupos en Colombia, entonces estamos abriendo en cada cupito de esos una puerta de oportunidad de la vida un joven, una joven en el país.
Con educación se construye la paz
Y si eso se hace en Suárez, Buenos Aires, si eso se hace allá en el Litoral Pacífico nariñense, si eso se hace en el Chocó, en los sures del Caribe, si eso se hace allá en el Catatumbo, que todavía estoy esperando inaugurar la universidad, estuvo primero esta que la del Catatumbo, entonces, pues estamos construyendo paz.
¿O cómo creemos que se construye la paz? Si un joven negro tiene la oportunidad de estudiar medicina cerca de su casa, gratuitamente, no le va a llamar mucho la atención de aceptar 2 millones de pesos mensuales y un fusil para ir a matar otro jovencito negro que tiene otro uniforme en la vereda de al lado. Habrá casos, pero ya no serán tantos.
Este es un camino de paz, abrirle las oportunidades de la vida a la juventud de Colombia, desde el más pobre hasta el más rico, es la construcción de la paz en este país.
Así que, vicepresidenta, usted está ayudando a construir paz en su tierra. Le decía, ¿cómo se detienen esos que llegan con fusiles desde el Micay, por aquí? Después de vender el... Y ahora en las mochilas llevan esos kilos de cocaína. Eso antes no se veía ni a palo.
Y, además, ¿cómo se sube una montaña con kilos de cocaína en la mochila? Un error militar absurdo, solo que ya no suben la montaña, sino que van es a la playa del mar a ver cómo la lancha se lleva el cargamento hacia los Estados Unidos de Norteamérica u otro lugar.
Pues bien, detener que eso siga sucediendo, que dejen de reclutar niños y niñas, que no nos aparezcan envolquetados cadáveres de 5, 6, 10 niños asesinados, como vi en el Guaviare, con tanto denunciar Gaza para saber que aquí también pasa lo mismo, y saber que los de la misma estirpe de quienes tiran las bombas en Gaza, y decir, 7 mil niños y niñas muertos, pues son esos que dicen que hablan de revolución, pero igualito matan niños y niñas en Colombia. Los reclutan, los matan. Son desechables. La niñez es desechable para este tipo de ejércitos privados del narcotráfico, pero para nosotros no. Para este gobierno no. Para nosotros la niñez es Colombia y la juventud es Colombia y punto, y no se mata.
No se mata, se educa. Y entonces la cantidad de sedes que vamos a abrir, miren, no hay necesidad de hacer los grandes monumentos de edificios. Se harán en el tiempo, pero duran años en hacerse.
Solo hay que comprar infraestructura que ya está por ahí. En Tibú hay un campo petrolero de Ecopetrol que perfectamente podría ser sede de la universidad, que quiera subir la educación en El Catatumbo, porque no hay que formar nuevas universidades. Incluso las actuales tienen que irse fusionando para que puedan tener más calidad.
Podemos poner estructuras instalables rápidamente para que se puedan abrir los cupos, que es lo necesario. Lo importante no es el ladrillo, es la persona. Y podemos expandir ese sistema de educación superior en los colegios mismos, porque en los últimos años, como debe hacerse con programación, por ejemplo, se puede impartir educación superior acreditada en el colegio mismo.
Los 27 colegios que nos rodean perfectamente podrían tener ese tipo de beneficios, de tal manera que esta sede no sería solo lo que vemos aquí, sino una gran sede de la educación superior en el occidente de Colombia. Ese tipo de programas los podemos hacer ya y hay que hacerlos de inmediato. Vienen muy lentamente, hay que acelerar, ministro.
No se puede dormir. Si hay novia, hay que quitarle un poco el tiempo a la novia. Hay que quitarle un poco el tiempo a Diomedes Díaz.
Porque aquí, después de que pasemos de este Gobierno, tiene que quedar una marca indeleble: este fue el Gobierno que le permitió a la juventud de Colombia educarse y que le abrió las puertas por décadas a esta juventud que nos eligió.
Quiero dejarlas y dejarlos, entonces, con las personas que ahora van a dirigir la palabra. A mí me toca retirarme, voy rumbo a Montevideo (Uruguay), a la posesión del presidente progresista del Uruguay, que nos está esperando y que nos va a ayudar en construir una América del Sur muy adelante en la democracia respecto a los demás pueblos del mundo.
Gracias, muy amables por escuchar.
(Fin/for)