“Aquí en San Basilio de Palenque, como indemnización, deberíamos hacer un gran esfuerzo en construir una de las granjas solares, quizás más grandes del país. Es del sur de América y del África de donde pueden salir las energías limpias, con que se puede salvar a la humanidad, ayudándoles a los poderosos de Estados Unidos y de Europa a limpiar su propia economía con energía limpia y no sucia, porque esa energía sucia puede acabar con toda la humanidad y la vida sobre la tierra".
San Basilio de Palenque, Bolívar, 23 de agosto de 2024
No es nada cotidiano, el evento que estamos presenciando y haciendo en el día de hoy. Fue una promesa de campaña. Aquí vine en esos tiempos, aquí me recibieron, aquí me apoyaron, de aquí salí con algunos de ustedes, incluso a continuar esa campaña, con Dorina (Hernández Palomino).
Debo recordar a Dionisio Miranda, que siempre se sintió orgulloso de tener una casa por aquí. Lo encontré en Cartagena; con él hicimos una parte de este trecho en el Polo Democrático -él no se salió de ahí nunca, yo sí- y en varias justas electorales lo acompañé en la ciudad de Cartagena.
Yo quería que él fuera alcalde de Cartagena, pero fíjese, gobernador, que él siempre quiso ser candidato de Bolívar. En mi experiencia, creo que él hubiera podido ser alcalde de Cartagena, pero lo amarraba su articulación a San Basilio y, por tanto, siempre quiso ser el gobernador de Bolívar, que era más difícil, muchos conservadores hay por aquí, por este departamento. Entonces no era tan fácil.
Se lo llevó, creo que el COVID. Los tiempos del COVID arrasaron con mucha gente, cuando uno menos lo esperaba, algunos más débiles aguantábamos, otros más fuertes, resultaba que morían, pero Dionisio de alguna manera me enseñó de la existencia de este lugar.
Yo siempre quise venir. Lo conocí y creo que hemos hecho una buena alianza, nos hemos juntado, y al juntarnos, en realidad, hemos vencido, la juntanza -enseñan- es el camino de la victoria y la victoria es para realizar sueños. Las victorias no son más que un camino que nos acerca a la realización de los sueños.
Aquí hubo antes generaciones antiguas, ancestrales, como dicen ustedes, sueños de libertad, de alguna manera, a pesar de las inclemencias históricas de Colombia, a pesar de que el país ha desandado los caminos de quienes nos dieron la libertad en aquel entonces, que nos convirtieron en República, que nos hicieron hombres y mujeres libres.
Ha caminado como al revés de esas primeras victorias y ha deshecho la palabra libertad; por algo estamos aquí. De alguna manera cuando hablamos de víctimas, estamos diciendo que aquí volvieron los esclavistas, los colonizadores, los que quitaron las libertades, tanto en África como en América. Es decir que volvieron los que habíamos derrotado.
Hay una película muy bonita del libertador; tiene una música de un amigo que se llama Gustavo Dudamel, el venezolano (actual director de la Ópera de París), que se crio y se educó a través de un programa hermoso que tiene décadas en Venezuela, que es la construcción de orquestas sinfónicas de música clásica en los municipios de Venezuela, tan buen director se convirtió Gustavo Dudamel, que es mucho más joven que yo.
Lo conocí cuando murió Chávez. Él se fue de Venezuela y se convirtió en el director de la Orquesta Sinfónica de Viena, ni más ni menos, en donde se construyó uno de los pilares de esa cultura.
Diálogos y desencuentros entre civilizaciones
A veces pensamos que las culturas no se deben encontrar, que de alguna manera si conocemos una cultura es como si traicionáramos la nuestra. Los chinos han elaborado un concepto que en realidad ya lo habíamos discutido aquí en Colombia, solo que las cosas que discutimos no son propagadas, que es el diálogo de civilizaciones, el encuentro entre culturas.
De alguna manera este Caribe que es nuestra tierra, nuestra cuna, nuestro nido, se encontró en un momento dificilísimo con la cultura occidental europea, la misma de la música clásica; se encontraron de manera a veces pavorosa. No se supieron encontrar, las carabelas llegaban con árabes, no con españoles, de marineros, y con algunos españoles de jefes diciendo que habían descubierto un lugar que había sido descubierto hacía 20.000 años por los seres humanos, prueba de ello está en Chiribiquete, en el corazón del Amazonas.
Aquí se encontraron unas culturas con otras mal encontradas, una entendió que era dueña de la otra, y quiso extinguirla, y después trajeron a la fuerza por este mismo mar, a la ciudad de Cartagena, que con Veracruz y La Habana se constituyeron en las tristes capitales de la esclavitud mundial; barcos llenos de negritudes, sufriendo, sin saber exactamente ellos y ellas a donde habían llegado.
Y así está el origen de la mayoría de quienes aquí están, otra cultura mal encontrada. Los europeos no sabían entender las diferencias, no sabían amistarse con la diversidad humana, no podían comprenderla porque creían que todos tenían que ser como ellos.
Entonces colonizaban, conquistaban, y esclavizaban, hasta que nos cansamos, hasta que siglos después vino un muchachito al río Magdalena cerca de Cartagena, eso cuenta la película de Netflix, que a mí me gustaría, ministro, que se presentara en nuestro canal, porque no lo presentan ni en Caracol ni en RCN. Habría que hacerles la invitación, para entender de otra manera la cultura.
Ese muchachito venía expulsado, precisamente, por los españoles. Él no sabía claramente si era blanco o era negro, dice la historia que tenía los encuentros de esas culturas en su sangre. Una manera buena de encontrarse, a través de la sangre, que es a través del amor, que es a través de la sexualidad humana, que es un canto a la vida, porque procrea la existencia y la reproduce sin el uso de más energía que la que tenemos dentro de sí, que es poderosísima.
Bolívar parece que venía de ese encuentro, expulsado por haber querido liberar su nido, un nido también caribeño, su Caracas, después de la tristeza de la pérdida de su amor, con la que no pudo procrear y se frustró, y quizás expresó ese deseo, esa flecha que se tira al firmamento en una lucha que le consumió su vida, como todos sabemos, pero que de lo que me interesa recordar en este momento, es que él se ubicó expulsado en unas selvas de bosque tropical, a punto de extinguirse en los alrededores de Cartagena, y no se fue a hablar con los aristócratas blancos de la ciudad, que ahora viven en Bocagrande.
No se fue a pedir ayuda a la gente blanca, que se creía criolla, sino que se fue a encontrarse con los negros y las negras, en esas montañas que rodean la ciudad, pequeñas para nosotros, junto a las ciénagas, entre las ciénagas y el río, y allí su aliado fundamental fueron las culturas que aquí estaban y las culturas que fueron traídas a la fuerza, indígenas y negros, configuraron, y eso tienen que entenderlo bien los actuales oficiales del Ejército, el Ejército libertador.
Ejército libertador
El ejército libertador está hecho de negros, negras e indígenas. Es un ejército de la resistencia, no del poder, de los que todo lo tienen. Esos primeros hombres y mujeres se tomaron los primeros pueblos, no tenían casi armas, los pueblos del río Magdalena, en la ilusión de cruzar un día lo que hoy llamamos la frontera, que en realidad no existía, y llegar otra vez hasta el nido de amor de Bolívar, su Caracas, y así fue.
Tanto éxito tuvo Bolívar cuando llegó a Mompox, que 400 momposinos de aquella ciudad se juntaron en su ejército, e ingresaron los criollos y los blancos, y nos configuramos en lo que somos hoy, por eso esa historia no la podemos olvidar. Allí llegó Santander, cuenta la película. Santander no se atrevía a cruzar a Venezuela porque lo consideraba un lugar extraño y, sin embargo, todo el ejército que traía de Cartagena se fue hacia el otro lado del río y llegó hasta Caracas, y luego retornaron por los Andes.
Luego nos volvimos la República, luego en la semilla de esta República están ustedes, solo que no se reconoce, solo que la historia está cambiada, la historia está escrita por el blanco, no por la realidad de lo que fuimos, por eso quitaron la clase de historia de los colegios y gobernador, hay que recuperarla. A veces esto no son ladrillos, no es cemento, a veces… porque hemos caído en ese fetichismo del ladrillo, creemos que no son obras, y resulta que estudiar nuestra historia es fundamental, si no queremos olvidarnos y repetir los errores y caer de masacre en masacre, porque terminamos eligiendo a los verdugos, a los esclavistas.
En medio de esa lucha, del encuentro de dos mundos que no se sabe si se encuentran o no se encuentran, y que configuramos y son la base de nuestra República y por eso mencionaba a Dudamel, el venezolano, es fundamental que nosotros también nos encontremos, nos sepamos entender.
El diálogo de la diversidad venezolana o el diálogo de la diversidad colombiana o el diálogo de la diversidad americana es fundamental si queremos ser en este planeta. Y ustedes enseñaron estas lecciones, tanto de la resistencia como del encuentro. Hoy aquí nos encontramos.
Casa Benkos Biohó en lugar de Casa del inquisidor
En la ciudad de Cartagena quise cambiarle el nombre a un centro, tampoco es una obra, no son ladrillos, no son cemento, pero quizás puede decir muchísimo de lo que nos espera en el futuro. A la Santa Inquisición donde torturaron tantas mujeres libres y tantos hombres negros, porque se querían liberar de la esclavitud durante las décadas y los siglos que duró, le hemos querido cambiar el nombre y así ha sido. Quizás la aristocracia cartagenera, que no hay ninguna aristocracia, quiera que se conserve ese nombre de conquistadores, hay quienes les gusta rememorar la Conquista porque se cree que fue la originaria de esta nación y no ve en la resistencia y en las luchas que nos tocó librar contra ese tipo de mentalidad conquistadora y colonizadora, no ven el origen de Colombia; lo ven en el conquistador, no lo ven en el libertador. Hemos variado la historia de Colombia, ya no nos entendemos porque nosotros no somos hijos de Jiménez de Quesada.
Cuando cambié su retrato del salón donde se hacen las grandes reuniones del distrito capital de Bogotá y puse la imagen de Bolívar, llegó Peñalosa y con tanto insulto, pero con tanta significación también, quitó la imagen de Bolívar y la botó en una esquina del Palacio Indalecio (Liévano), se llama, y puso de nuevo la figura del conquistador Jiménez de Quesada. Creo que ahí demostró qué quería, qué se siente que es él y su élite que ha condenado a Colombia a la miseria, a la desigualdad social, a la violencia que vivimos.
Él tampoco entendía de qué se hizo la República de Colombia. Él aún mantiene heredada por las ideologías y las tesis políticas, la tesis del blanco español dueño de estas tierras, del conquistador, del que no ve y castiga entonces a los que no son como ellos, a la gente diferente, a los de otro color de piel. Pues ese centro ya no se llama la Santa Inquisición.
Le quitamos el nombre de los conquistadores, de los que mal hicieron el uso de la religión para matar lo que era la libertad. Ahora se llama Benkos Biohó. No es una obra nueva, está en un palacio viejo, un castillo, no sé cómo se llamará eso. Donde están los cepos, las cadenas, las máquinas de tortura, lo que yo vi cuando entré allí por primera vez. Y me hice a la idea, porque no volví a entrar nunca más, de que iba a tener otro sentido. Cuando se llama Benkos Biohó estamos hablando de otro hombre de la libertad.
San Basilio de Palenque, primer pueblo libre de América
De uno primero, antes de Bolívar. Ojo, fue un primer libertador, está escondida su historia porque era negro. Su historia es la historia de la libertad de Colombia. Por eso ustedes están aquí, por eso existe este lugar, por eso es probable que el segundo libertador Bolívar haya pasado por aquí, no sabemos, o se encontró con varios de sus ancestros, bisabuelos, tatarabuelos, tatarabuelas, y constituyeron la primera guerrilla de la libertad de América. Porque aquí fue el primer pueblo libre de América.
El primer pueblo libre de América. Ni más ni menos estamos parados en este lugar con lo que tanta energía puede representar en la vida de la existencia humana. No es ni siquiera de Colombia, no es ni siquiera de América. Este es un grito de libertad de la humanidad lo que se forjó en San Basilio de Palenque.
Haití, germen de libertad
Es la esencia misma de la humanidad. Lo que aquí se concentra y por tanto nosotros rendimos tributo. Este lugar y esta obra del mismo Bolívar después se encontraron en Haití, hoy el país más pobre del mundo o uno de los más pobres hoy. Un país sacrificado de nuevo por los colonizadores y los conquistadores que determinan desde las oficinas de Washington o de Bruselas o de Montreal y de Toronto su destino, conquistados por París, traídos a la fuerza como los esclavos negros de América, igual que Benkos Biohó.
Seguro que leyeron u oyeron de él, se levantaron, enarbolaron y cantaron el himno La marsellesa que se habían inventado los hijos de Marsella, allá en el mar Mediterráneo. Allá nacieron mis nietas y allá están, marsellesas, no sé si algún destino de la vida, y allá vino una bandera, una consigna: libertad, igualdad y fraternidad. Y nos inundó aquí por todos los ríos, por todas las venas, por todas las sangres y en Haití que estaba colonizada por los franceses se hizo un ejército de negros y vencieron el ejército más poderoso de la tierra: el ejército de Napoleón.
Eso no sale en las películas, no sale en la historia. El ejército de Napoleón fue hundido completamente en las tierras de Haití y entonces el canto de La marsellesa se convirtió, no en una mentira de democracia, como terminó siendo en Francia, sino una verdad de seres libres, la República de Haití que le dio la independencia a la república de la gran Colombia, a Colombia.
Yo debo ir a Haití. Quiero devolver ese enorme favor que nos hicieron y del cual nos hemos olvidado. Quizás alguna representación de San Basilio debería acompañarme, quizás algunos diplomáticos de San Basilio pudiéramos dejar allí, para iniciar el gran encuentro de los pueblos negros de América, otra vez para refundar la libertad, porque tenemos que refundarla.
Encuentro en la diversidad: visita de los duques de Sussex a Colombia
Aquí estamos, entonces, un presidente que también como muchachito trató de construir una alianza popular que pudiera construir una república en la libertad, la igualdad y la fraternidad. Aquí vinieron los duques ingleses, tienen su historia; lo recibimos bien porque creo que han entendido perfectamente, a través de su propia existencia, que se necesita de un gran encuentro de las culturas, de un gran diálogo de las civilizaciones humanas y, quizás, ellos representan en su propio amor, como pareja, lo que significa eso.
Creo que por eso vinieron, por eso necesitan encontrar la certeza de sus actos de encontrarse en la diversidad y construir un amor en ello, pues eso es lo que tenemos que hacer a escala mundial, a escala humana y de aquí recogemos las energías y la fuerza.
Reparación colectiva
Aquí, como dice la vicepresidenta Francia Márquez, se necesita una reparación colectiva, histórica, no es solo la del Estado colombiano, por haber ayudado a ocasionar una matanza de negros en La Bonga, que conozco bien, además, porque de ahí siempre se separan las carreteras, no porque llenó los Montes de María de sangre, como todos sabemos. Fue la parte más importante de mi actividad parlamentaria.
No porque llenó de sangre campesina las tierras del Sinú y de las tierras altas de Córdoba, no porque había un asesino con el nombre del Canal del Dique, que construyeron con la fuerza esclava y llenó de sangre estos lugares, no solamente es una reparación del Estado colombiano, sino que aquí se necesita una reparación colectiva de España, de la Iglesia, de Europa, por haber traído a la fuerza a un pueblo que ningún mal les había hecho, por haberlo condenado a construir la riqueza de ellos, riqueza de la cual aún hoy viven, pero se olvidan.
Una nueva libertad para los pueblos negros de las Américas
Consideran que vienen a dar limosna y no necesitamos limosna, necesitamos la reparación colectiva del pueblo negro en América, para lo cual se necesita que se encuentren los negros, a veces ya poderosos de los Estados Unidos; un presidente tuvieron. Pero deben recuperar su historia los negros del Caribe, los negros y las negras de las Américas, los pueblos, los idiomas, y poder construir una confederación de pueblos que sea base de un nuevo diálogo y de una nueva libertad en las Américas.
Quiero que me ayuden a construir esos objetivos, que en mi opinión son objetivos de la humanidad. Claro que el Estado colombiano aquí tiene que reparar, obvio, porque se constituyó en un Estado asesino de su propio pueblo y esa historia no puede volver más nunca. Las armas del ejército, compañeros y compañeras del Ejército nacional, jamás deben apuntarse contra el pueblo de Colombia.
Esa fue la orden de Bolívar. Por órdenes de blancos que se creen esclavistas y andan a caballo y le tocan la cabeza al negro como si aún fuera su esclavo, por órdenes de ellos. No vuelve el Ejército nacional a levantar un arma sola contra el pueblo de Colombia, porque fue una prohibición tácita de Bolívar el libertador y es una prohibición explícita de la gran diversidad cultural de Colombia. No es enfrentándonos entre sí, matándonos entre sí, como vamos a construir una nación. Así sólo vamos a construir un gran camposanto de tontos enterrados.
Lo que necesitamos es construir la nación que soñamos allá, en Haití, que soñamos aquí en San Basilio, que soñamos en las resistencias de tantos años. La gran nación de la patria Colombia, americana, quizás, que hoy no espera y que tenemos que construir.
Las armas no se levantan contra la fuente de la nación y de la República, porque perdemos toda legitimidad. Claro que aquí tiene que llegar la salud, ministro. No sé si la idea sea el gran edificio o más bien los cuerpos médicos recorriendo todas las entrañas de los Montes de María, ayudando al campesino, a la campesina. Aquí tiene que venir la educación, mejorar completamente la infraestructura escolar, mirar un sueño que es la universidad de los Montes de María, quizás para estudiar la tierra y el agua.
Aquí tiene que venir la cultura, que está aquí. Lo que hay es que empoderar esta cultura para que se vea y se enseñe allá en todos los territorios de las negritudes, saber de dónde venimos, volvernos a encontrar con los descendientes de los ancestros que trajeron aquí a la fuerza y que también están allá, al otro lado del mar, en la gran unidad africana que nosotros apoyamos.
Energías limpias del sur de América y África
Es del sur de América y del África, en donde pueden salir las energías limpias, con que se puede salvar a la humanidad ayudándole, bien decía usted, compañero, ayudándoles a los poderosos de Estados Unidos y de la Europa a limpiar su propia economía con energía limpia y no sucia, porque esa energía sucia puede acabar con toda la humanidad y la vida sobre la tierra.
Energía limpia tiene que ver aquí, gobernador, no hay ninguna razón para que no haya, incluso haciendo una nueva liberación, la liberación de los pueblos del Caribe de Afinia, de este lado del río Magdalena.
Yo voy a grabar ahora un programa que se transmitirá por televisión, no les gusta que yo hable por televisión, exactamente sobre lo que va a suceder con las tarifas de energía eléctrica.
Lo voy a grabar, creo que, en Cartagena, en un barrio estrato 2, no sé si hoy o mañana. Bueno, pero liberarse de la energía eléctrica es usar el sol, ya sabemos cómo, ya está inventado. Yo creo que aquí en San Basilio de Palenque, como indemnización, deberíamos hacer un gran esfuerzo en construir una de las granjas solares, quizás más grandes del país, no para -ojo con eso- no simplemente para conectarnos al cable, que lleva eso a Medellín y a Bogotá, sino para autogenerar la energía. Allí no saldrá con cobros de transmisión, ni con cobro de distribución, ni con cobro de comercialización, porque es la misma comunidad la que puede ser generadora de la energía limpia.
Saldrá mucho más barata y podremos decir que no solo limpiamos al mundo, sino que garantizamos un mejor vivir a la población de San Basilio de Palenque, de los Montes de María. Educación, salud, energía y, obviamente, agua.
Corrupción
No entiendo -voy a recoger su tesis- cómo están devolviendo los acueductos en las oficinas de Bogotá, los diseños y alcantarillado y agua potable, de municipios como estos que tanto lo necesitan; tiene que haber mucha indolencia y yo diría corrupción, porque saben ustedes por qué devuelven un proyecto a la comunidad, porque no hay 'CVY' (coima o soborno) y porque no va al contratista o la politiquería se adueña de los recursos el Director Nacional de Planeación, el compañero Alexander López debe estar haciendo la denuncia, porque si no me adelanto sobre el inmenso robo que existió en Colombia: 9.1 billones de pesos hemos encontrado robados en el sistema de regalías en Colombia, y apenas hemos analizado el 20% del sistema.
Pues por eso no hay acueducto en San Basilio, no hay Ptar para limpiar el río, no hay alcantarillado y si hacemos el listado prácticamente todo el Caribe y buena parte de la Colombia pobre no tienen los recursos existenciales para vivir, que es lo mínimo: el agua potable, carreteras, y pasan por ahí cuatro calzadas llenas de peajes a la lata, porque es un negocio de los banqueros, van rápido, las paga la Nación y entonces como la Nación no tiene plata para todo, por estar pagando las carreteras del negocio de Vargas Lleras y otros, no está pagando los acueductos y los alcantarillados de la gente humilde de Colombia, cuando esa debería ser la prioridad, entonces, ministros, gobernador, aquí hay un orden de prioridades.
Teniendo las condiciones básicas para existir, indudablemente hay que producir, porque de qué vive el hombre y la mujer, decía la Biblia, pues del trabajo y aquí el trabajo en la tierra y, por tanto, Lilia (Solano), los programas de reforma agraria tienen que extenderse lo más rápidamente posible, comprando haciendas para que el campesinado de cualquier color pueda producir alimentos que hoy necesita la humanidad por doquier.
Reelección
No, porque se me asustan los expresidentes. Cómo será que están tan asustados que siendo que a ellos les debería interesar la reelección, porque podrían concursar, dicen “alma bendita, no, por favor lejos", porque saben que no hay candidato que ellos le puedan oponer a Petro. Les ganaríamos una y otra vez.
Pero como no quiero que el país entre en una lucha de esas, que podría dejar incluso muertos, lo que hay es que reemplazar a Petro por un proyecto democrático que se pueda profundizar aún más, que pueda ser el sueño de Bolívar y del Libertador, primero que era Benkos Biohó y de los que hablaban francés en Haití y de los que hablan creole en los Caribes de hoy, el encuentro de estas culturas que tiene que forjar la libertad humana y la libertad americana.
Así que no se trata de personas, se trata de ideas y proyectos, se trata de banderas, porque las banderas sobreviven después de uno, de la existencia humana. Las banderas las hacen los pueblos, las vuelven victoriosas los pueblos y las pueden volver permanentes los pueblos. El ser humano pasa, los pueblos no.
Así que tenemos una batalla por librar otra vez a orillas del río Magdalena, a orillas de la ciudad de Cartagena, junto al mar Caribe, que trajo pesadillas y trajo libertades también, junto a los Andes y a Colombia en la diversidad de nuestro país. Gracias a todas y todos ustedes por haberme escuchado. ¡Viva San Basilio de Palenque! ¡Viva el pueblo negro de Colombia! ¡Viva la verdadera libertad!
(Fin/pvc)