Inicio de sesión

Discurso

Palabras del presidente Gustavo Petro durante el acto de posesión de ministras, ministros y directores de entidades del Gobierno Nacional

“Vamos a perseverar en el cambio, por el cual el pueblo votó, y al cual debemos cumplirle para evitar que un camino de sangre vuelva a Colombia”.

Foto: Andrea Puentes - Presidencia

Presidente Gustavo Petro durante el acto de posesión de ministras, ministros y directores de entidades del Gobierno Nacional

​​​

Bogotá, 8 de julio de 2024

Estaba pensando un poco qué hablar aquí y se me ocurrió que voy a seguir con la reunión en la que estábamos, de forma un poco más pública; estábamos examinando cifras, números, ciertas complejidades técnicas que, en realidad, son políticas. 

¿Por qué razón hay un cambio de gabinete drástico, casi al llegar a la mitad del Gobierno? En realidad, es porque estamos reparando errores y detectando problemas estratégicos esos problemas estratégicos nos ponen… y recordé una película que vi hace poco -las películas nos enseñan, son parte del arte y la cultura, a menos que uno se ponga a ver tonterías-. 

Y hay una que hizo Costa-Gavras, el gran director griego de cine -ya debe tener muchos años, un hombre de izquierdas desde hace tiempos-, ‘Z’ se llama, sobre las circunstancias de Grecia. 

Cuando en Grecia gana la izquierda -ya se ha vuelto un poco rutinario que gane la izquierda- pero ahí fue un momento excepcional, en décadas de extremas derechas y derechas gobernando, con una visión neoliberal del mundo que hoy ha llegado a su crisis total; algo que todavía no ha podido ser comprendido por el conjunto de la humanidad, que está en un proceso. 

Pero dos hechos como primero, la crisis climática que produce el gran capital -no se le puede quitar la autoría, el gran capital es el responsable de la crisis climática y la crisis climática es responsable de una posible extinción de la humanidad-. Luego tenemos una muy interesante contradicción antagónica entre gran capital y vida, que se está expresando por todos los poros de la geografía terrestre en tensiones políticas y conflictos. 

Y el otro tema es la inteligencia artificial, juntos, la bomba atómica quedó en pañales, e implica que el mundo va a tener cambios drásticos y profundos. Lo que viene es una época revolucionaria, no es tibia, es revolucionaria, porque si no se acaba la vida y lo estamos empezando a ver. 

Lo que sucedió en Colombia fue uno de los hechos de la transformación de América Latina, que se estaba quedando sola, pero Europa empezó a reaccionar. Recuerden ustedes que la idea democrática, con ideas, con orígenes en la antigüedad, incluso, realmente se sostuvo y apareció en la historia humana con fuerza, a través de tres revoluciones que se dieron casi al mismo tiempo: la de Estados Unidos, la de Europa -francesa en primer lugar-, y la de América Latina, con la revolución de Independencia.

Casi con las mismas ideas, sin quitar las diferenciaciones entre tres culturas que de todas maneras son distintas, ahí nació en el mundo de estos dos siglos el proyecto democrático, los franceses más radicales y creo que ahora están mostrando su radicalidad. 

Pero Europa hoy resurge, ingleses, franceses, españoles, Escandinavia, aún a pesar de todo, mantiene su historia, digamos, reciente de equidad social, y yo lo llamo así -no le gusta a (Olaf) Scholz que lo hable así, me regaña-, pero los nazis retroceden, y eso es importante en el mundo, porque nos da un respiro.

Pero yo señalaba este episodio griego que es precursor, Syriza, porque Grecia estaba en una crisis económica profunda, la población griega también con una tradición radical, como que allí está el origen de la civilización occidental, decide votar por la izquierda y Tsipras organiza un gobierno que no logra romper el bloqueo  que se impuso a Grecia. 

Grecia necesitaba mejorar su perfil de deuda, estaba ahogada literalmente y con el perdón de la Unión Europea, la Unión Europea no abrió ese camino y hundió el proyecto de izquierda griego y Grecia casi pasa al fascismo; ese es el péndulo cuando fracasan los proyectos progresistas, después pueden terminar hundidos en sangre. 

Quieren ahogar la economía colombiana


Si en Colombia eso pasase, nosotros sí sabemos que es la sangre. Y ciertas élites del país, con mucha capacidad de información, pues quieren que este proyecto se hunda, que fracase, lo mismo que en Grecia, con otros instrumentos también de presión, ahogándose económicamente. 

Dirán que esto no es problema de la política, sino del mercado y de no sé qué, pero es un problema de la política, lo que estamos observando es un crecimiento sustancial de la deuda hecha en el gobierno pasado, a Colombia literalmente la sobreendeudaron. 

La experiencia que yo he visto en estos dos años, que no acaban, es que pasamos de 75 billones de pagos de deuda externa e interna a 112 en dos años; no es porque nos endeudamos más nosotros, es porque desataron un mecanismo infernal en donde al endeudarse por el Covid -supuestamente por el Covid-, pero buena parte de esta deuda tiene que ver con pagar autopistas 4G y otros endeudamientos con el gran capital.

Como los subsidios que se le dan a las grandes generadoras eléctricas y no asumir quitar los subsidios a los combustibles fósiles, todas cifras que suman 10 billones, 40 billones, en el caso del sobreendeudamiento, entonces ya pasamos de 75 a 112 billones en un momento de estancamiento económico mundial y de alza de la tasa de interés, la tormenta perfecta; alza la tasa de interés mundial porque la ortodoxia neoliberal dicta en el mundo que la manera de bajar una inflación es subiendo la tasa de interés, es decir, matando las economías.

Y encima tenemos unas decisiones judiciales que han acabado de profundizar el problema; acabar la reforma tributaria que había sido la propuesta de solución del Gobierno y, sobre todo, en su aspecto más progresivo y progresista, como ordena la Constitución, que los impuestos se toman de los excedentes de mayor riqueza en el país, como es el carbón y el petróleo, en nuestro caso, que básicamente no son personas naturales, sino multinacionales extranjeras, eso lo arrasaron.

Cuando uno hace todas las sumas, pues los números están bastante en rojo, nos están ahogando, premeditadamente; el gabinete no logra, como el gabinete griego, asumir el reto porque eso deja dos estrategias, dos caminos posibles: o nos arrodillamos y fracasamos y se restringe al máximo el gasto público en Colombia y llega a cero la inversión pública.

Con lo anterior yo creo no sólo que estalla la sociedad -porque es la sociedad más injusta del planeta- sino, además, hundimos la economía definitivamente. Es un suicidio no cambiar y el gabinete en medio de las burocracias, de las inercias y de los miedos y de la Procuraduría por aquí y de la prensa por allá, de ataques injustos en muchos casos, en mi opinión se dejó encerrar, porque es más fácil seguir la inercia que hacer los cambios. El cambio cada vez es más difícil; la inercia es fácil, pero el camino fácil siempre lleva al abismo.

Y los números iban indicando un abismo y nosotros hemos tomado la decisión de hacer el cambio contrario a Tsipras y Grecia, asumir el riesgo; ese cambio empieza porque el programa de Gobierno se ejecuta -no el programa de Duque-, el programa de Duque es un suicidio económico y es un suicidio económico porque el neoliberalismo llegó a su final, y no es porque yo me lo haya inventado, es porque no da más en el mundo.

Tomar otro camino


Por eso hay cambio político en Inglaterra, el Reino Unido y Francia y seguirán. Espero que Estados Unidos no tome la inversa, porque quedaría aislado frente a la humanidad, aunque no tenga mucha influencia -que Milei sí dice que tiene-, el pueblo norteamericano, el pueblo obrero y juvenil y diverso de Norteamérica tienen que tomar una decisión que no es la barbarie, lo irracional, sino como los padres de esa nación dijeron y Roosevelt, en momentos críticos de la humanidad, donde fueron a pelear al lado de los soviéticos, sin temor, pues tienen que asumir un nuevo combate, esta vez, que es lo que puede salvar el mundo o no.

China propuso un diálogo de civilizaciones; está escrito en mi libro, es la contra de una tesis de Samuel Huntington muy reaccionaria que habla del conflicto entre civilizaciones y una guerra mundial entre civilizaciones, pensando que una civilización es superior a la otra. Hay que decirle que Huntington lo que dijo es que después de esa guerra la única civilización fuerte que quedaría es Latinoamérica, ese es el libro de Huntington.

Pero lo cierto es que ese no es el camino. Los chinos proponen un diálogo civilizatorio; a mí me parece que ese es el camino, en Europa y me atrevo a meterme en esos otros terrenos, es volver al acuerdo de Minsk, respetarlo y frenar la guerra entre Rusia y Ucrania, como me atrevo a decir que no hay otra solución que aislar a Israel y obligarlo a un armisticio, y que entonces podemos tener otro camino.

América Latina se venía quedando sola y ya no está sola; los pueblos están respondiendo, pero ahora nos toca a Colombia y aquí para los colombianos, en medio de un contexto que cambia, no voy a lanzar la consigna radical de que no pagamos la deuda, porque es también un suicidio, sino que vamos a buscar un camino diferente. 

Innovar o fracasar


Y ese camino diferente, innovador, porque hay que innovar, decía el maestro de Simón Bolívar, Simón Rodríguez, que poco se le recuerda, Simón Rodríguez decía “o innovamos o fracasamos”, y aquí nos toca innovar; por eso cambió el gabinete. 

Con personas, lo advierto de una vez, porque pueden arrepentirse -todavía están a tiempo, si no, se tienen que agarrar de la silla fuerte-, que espero que mujeres y hombres den la batalla por el cambio; hay que darla, incluso desde una mirada internacional y global. La mirada global es fundamental para lo local, igual que lo local para lo global, ya esa diferenciación no existe. 

En un mundo global no mirar el mundo es suicidio y nosotros tenemos que mirar el mundo, así no estemos acostumbrados, porque al vivir entre montañas, desde bebés muchos -solo la gente del mar no mira entre montañas-, pues nos acostumbramos a encarcelarnos, y nos toca es mirar el mundo para poder buscar las soluciones. 

Cambiar leyes que ya no sirven


El programa de reactivación económica que será presentado al Congreso, y le estamos invitando al Congreso a jugar un papel, no a enredarse en la politiquería del chantaje, ahí pierde Colombia. Los partidos políticos tienen que asumir una responsabilidad histórica, nosotros no los estamos negando, los estamos es promocionando, y al Congreso de Colombia en su capacidad de hacer la ley, porque hay que cambiar leyes, que ya no nos sirven.

La reactivación económica depende de varias de esas leyes. Le hemos pedido a los banqueros, con los cuales no hemos sido muy amigos en décadas, que es el momento de la reactivación, porque si no la banca se desploma. Los primeros en perder son ellos.

Ahí surgen los fundamentalismos, que como así que una inversión forzosa si es el libre mercado, pues toca hacerla, ya la he hecho Colombia, transitoria se puede hacer, a mí no me preocupa eso. Pero este es el momento de hacerla, de asignar recursos, actividades productivas, que son las verdaderas generadoras de la riqueza. La agricultura, la industria, la vivienda, el turismo -es más un servicio- y dejar las lentejuelas de la especulación. 

La inflación en Colombia no se ha reducido lo suficiente, un trabajo se ha hecho, pero no se ha reducido lo suficiente, porque los dos sectores que la impulsan hacia adelante son especulativos. Nos están produciendo una inflación por especulación, no por cantidad de dinero en el mercado, error neoliberal. No porque no crea yo que si se emite dinero no crezcan los precios; esa es la teoría cuantitativa del dinero que en realidad es ley; de las pocas leyes que la economía ha podido producir.

Pero, en realidad, lo que sucede en Colombia es que se está trasladando el alza de precio a utilidades y eso no puede pasar; y los dos sectores tienen que ver con la generación de la energía eléctrica; nos tumban siempre la posibilidad de cambiar la fórmula con decisiones judiciales, pero la justicia tiene que entender que está ante un Gobierno del Cambio y ese no se apresa con conservatismo, porque si no va a estallar la sociedad. 

Hay que sabernos entender entre las diferentes apreciaciones que son lógicas, justicias que son plurales, que luchan en su interior entre corrientes progresistas y corrientes 'ordóñistas'. César Palomino conoce muy bien el asunto, me lo ha enseñado -usted es el que me enseñó eso-; en un gobierno donde el voto popular, que es la base de la democracia, dijo ‘cambio’.

Ahorcar el cambio puede ser un suicidio social. Y entonces tenemos que acompasarnos, quizás no tan radicales nosotros, eso es bueno, atemperar, pero tampoco matar el cambio, porque ahí lo que muere es la sociedad.

Ese es un tema para dialogar, pero no se debió haber destruido la Reforma Tributaria, en mi opinión, y las circunstancias a las que vamos, ojalá el Congreso responda, porque es el Estado el que tiene que responder, no solo el Gobierno.

Nuestra responsabilidad es triunfar, en prosperidad e igualdad


Las causas de tocar fondo presupuestal no son de este gobierno, así les guste repetirlo una y otra vez, dicen, incapaces, incapaces. Por hacer un crédito de corto plazo en el FMI pagadero a dos años por 5.000 millones de dólares, el incapaz fue otro. El único país del mundo en cometer ese suicidio económico. No se dice en la prensa, obvio, porque eso se silencia, porque hay que hacer ver que este es el de la culpa, para que vuelvan a votar por la sangre y el autoritarismo.

Pero hay que decirlo, fue una estupidez completa tomar un crédito del FMI a dos años por 5.000 millones de dólares, dizque para salvarnos del Covid. No nos salvamos; se robaron la plata. En el OCAD Paz dejaron déficit, porque la plata fue a subvencionar el gran capital, no la pequeña empresa, y terminamos toda la sociedad colombiana pagándoles al gran capital el subsidio que no devuelven, porque creen que la sociedad y el Estado les debe servir por herencia, por derecho divino, que es derecho de mercado, han cambiado a Dios por el mercado.

Entonces nosotros pues tenemos que decir basta. Hay que parar, y el gabinete es el que tiene que decirlo, y el Presidente también. Si fracasamos nos volverán trizas, como hicieron trizas con la paz, pero nuestra responsabilidad es triunfar y llevar a la sociedad colombiana a unos mayores niveles de prosperidad, de riqueza y de igualdad.

La señora Le Pen quiso quitar de la consigna famosa francesa, que es mundial, la palabra ‘igualdad’ y cambiarla por ‘seguridad’, olvidando que la seguridad más segura es la de la igualdad, y la inseguridad más alta es la que produce el mayor nivel de desigualdad. Colombia, es el país más desigual del mundo. Nos ganamos ese campeonato recientemente. 

¿Cómo no iban a volver con un subsidio pagado con deuda pública extranjera a alta tasa de interés al gran capital, cómo no nos íbamos a volver el país más desigual del mundo? Cuando se habla de Reforma Agraria entonces nos mandan la Policía política para que no la hagamos y nos frenan y alistan tumbar normas y decretos.

La corrupción anterior a este Gobierno es ocultada


Nosotros aparecemos como si fuéramos corruptos, y yo en mi vida no me he robado un peso. Puedo cometer otros errores, eso sí, pero no ese. Pero en cambio toda la corrupción pasada es ocultada y es por billones de pesos. No hay entidad donde uno escarbe y que no aparezca. El gabinete debió tener la responsabilidad de denunciar eso y no cohonestar, ni pasar con los ojos tapados, porque esa información la debe conocer el pueblo, igual que esta información económica.

Claro, saltar de 75 a 112 billones de pago de deuda en dos años y esa plata usada es para regalarle al gran capital, a los más ricos de Colombia dinero público, que ha sido la forma de acumulación de capital tradicional, clásica de Colombia, -no del mundo-, porque el capital se acumula en el mundo es vendiendo mercancías, haciendo productividad, ese es el capitalismo, saltando tecnológicamente, no robándose el Estado. Incluso allá hasta robarse el Estado es un problema de máxima ética. Muchos se suicidan cuando son descubiertos. Aquí la forma ordinaria y diaria de acumular capital es robándose lo que es del pueblo, y eso no puede ser más.

Mas adelante, hablaremos más particularmente de tema por tema, pero no se puede cambiar subsidios a las empresas generadoras eléctricas, impidiendo que se financie el programa de paneles solares en el país en manos de la gente, como un ejemplo. No se puede decir que se está haciendo una gran gestión educativa, cuando los funcionarios del Ministerio de Educación esconden el dinero para hacer sedes universitarias públicas, porque están arrodillados ante los dueños de la universidad privada. Ellos que resuelvan con sus dineros, yo no tengo nada contra la universidad privada, pero ¿cómo así acabar con el dinero público de la educación pública, si es la que llega al 90% de la juventud colombiana? 

Eso se llama suicidio, en un mundo donde se necesita el conocimiento, el pensamiento. Cerrar las fuentes del conocimiento y pensamiento como acaba de hacer el Senado de la República, dirigido por una derecha, que tengo que decir ignorante, porque hay que ser ignorante para quitar un proyecto de campus universitarios en Suba, y pasar una autopista de 6 carriles.

 ¿En qué siglo viven? ¿En el siglo de los carros que es el siglo XX, cuando el conocimiento es el del siglo XXI y el del siglo XXII? ¿Cómo van a suicidar a Bogotá de esa manera, solo por elevar banderas desarrollistas absolutamente ciegas ante la realidad de Bogotá? ¡Jamás! Ya lo hizo Colombia; cambió los libros por las armas. ¿Qué hemos recogido, sino muertos? ¿Qué más se puede recoger cuando se cambian los libros por las armas, sino muertos? Una sociedad, repito, que se suicida.

Pues lo mismo pasa si uno cambia, bueno, hay algunas diferencias leves, entre cambiar un campus universitario para la juventud, los libros y el pensamiento, porque suenen los carros y congestionen la avenida, detrás de eso para un gran negocio inmobiliario, de grandes intereses privados, en lo que es la Reserva Forestal del Norte, a la que le tienen unas ganas desde hace 20 años. Se mueren por meterle edificios a la reserva y piensan que eso es desarrollo. El desarrollo no es el edificio, el desarrollo es el árbol y el pensamiento. Bueno, me he liberado un poco de la antesala de la discusión que vendrá. 

Esta mañana nos reunimos con la Farc para mirar la declaración ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, haciendo eco de que hicimos un compromiso con la humanidad a través de la Declaración Unilateral de Estado, que hay que honrar, y eso significa dinero, priorizar la paz, sobre las ideas tontas del neoliberalismo haciendo negocios privados con el dinero público. Y nosotros pues vamos a tomar un camino diferente a Tsipras y a Syriza, que es perseverar en el cambio, por lo cual el pueblo votó y al cual debemos cumplirle, para evitar que un camino de sangre vuelva a Colombia. 

Bueno, gracias por haberme escuchado, muy amables.

(Fin/mpp/pvc/nmp)