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Discurso

Palabras del presidente Gustavo Petro Urrego en la inauguración del nuevo Complejo Científico para la Investigación de las Ciencias de la Salud y la Vida de la Universidad Industrial de Santander

Foto: Ovidio González - Presidencia

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​Bucaramanga, 7 de febrero de 2025


Aquí tengo muchos amigos de vieja data, yo caminaba por las calles de este lugar, sí es cierto, no me llamaban Gustavo, no me llamaba Gustavo, me hubiera dado miedo si alguien me dice Gustavo por ahí, me llamaba de otra manera, pero entre esos días me fueron quedando varios hechos, varios recuerdos, y no tan recuerdos, hijos, porque mi mamá me dijo una vez: 'no se vaya a casar con una santandereana', y fue lo primero que hice, y de eso me quedaron dos niños en ese entonces, ahora ya maduros, ya creciendo, ya son doctores por allá recorriendo el mundo.

Y allí también conocí mucha gente que murió, que la asesinaron, sobre todo después del paro del nororiente, una acción represiva como las que hemos visto en tantas partes del país, pero absolutamente genocida. Mataron y desaparecieron líderes sindicales, líderes estudiantiles, líderes campesinos, cayó en el campo, nomás en Barrancabermeja que viví algún tiempo, todas las personas que yo iba saludando un día morían al otro, los asesinaban.

El cementerio ya tenía 140 personas recientemente enterradas, muchos NN que llaman ahora. Entre esas personas recuerdo a Isidro Caballero, cuya hija está aquí, él era un maestro, un educador. Lo conocí personalmente, casi no pudimos tratarnos porque casi lo conozco ya, a las pocas semanas él era uno de los líderes del paro del nororiente que fue después desaparecido.

Hay personas vivas, Cristian, también recuerdo, Cristian un líder sindical, Cristian Roa, él era poco agraciado, pero yo creo que por eso mismo lo desaparecieron porque era muy identificable en cualquier calle, un líder obrero.

Aquí hay muchos amigos y amigas que lucharon conmigo, pero hoy debo recordar por sus años ya a un dirigente obrero que fue de Utrazán, yo era niño cuando leía el periódico de Utrazán, la Unión de Trabajadores de Santander, casi todos sus dirigentes eran militantes del Movimiento 19 de Abril.

Isaías Tristancho, usted fue de firmes y yo era un niño escuchando su discurso allá en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán de Bogotá y todavía está aquí, combatiente, luchador; felicitaciones Isaías, a usted, a sus hijas, porque usted es una insignia de la lucha obrera de Colombia, fue amigo de Carlos Toledo Plata.

Toledo Plata es algo que los investigadores ­-ojalá jóvenes hoy de la historia de Santander puedan recuperar y entregarle a las generaciones presentes- él fue prácticamente el segundo comandante del Movimiento 19 de Abril. Luchó en Argentina, allá estudió medicina, no existían estas opciones aquí en Colombia y entonces se fue a estudiar medicina y allá conoció a Juan Domingo Perón y conoció el esfuerzo del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaro. Se trajo un poco de muchachos de allá que huían de la dictadura y fundaron aquí lo que se llamó el Movimiento 19 de Abril con su misma tecnología.

Menos mal lo cambiamos porque si no nos hubieran destruido. De ahí salió Pepe Mujica; hay una película muy hermosa que se llama Los últimos 12 años, en Netflix. Yo la veo y parece que yo viviera mi propia experiencia años después, pero ese movimiento dio un presidente del Uruguay, muy querido, humanista, dice: 'no soy de izquierda, no soy de derecha, soy humanista'.

Y es que el humanismo hoy tiene un sentido fundamental en la vieja división política del siglo 20 y es que mientras en el siglo 20 -Isaías es un ejemplo vivo y Carlos Toledo y Andrés Almarales- que por aquí anduvo, tratando de recuperar a los 200 años la égida de los comuneros que salieron en marcha del sur de Santander, muchos sacerdotes allí vinculados a eso que se llamó Comuneros 81. Yo tenía 21 años de edad, como muchos de los presentes, y vivía en Zipaquirá y Zipaquirá fue la ciudad a donde llegaron Los Comuneros y fue la ciudad comunera.

Miles fueron a negociar en El Puente del Común que aún existe en Chía, por ahí pasaba mi bus que me llevaba a la universidad, ahora no. Es un lugar mágico porque ahí traicionaron al movimiento comunero, de ahí salió un José Antonio Galán, al que le quitaron la cabeza y lo descuartizaron y de ahí salió un Juan Francisco Berbeo, que fue un traidor.

Creo que eso mismo nos pasa aún hoy, hay Galanes y Berbeos dentro del movimiento popular, no voy a decir quién es sí o no porque no soy un Maximilien Robespierre al frente de un tribunal de la salud pública diciendo quién es bueno y quién es malo, porque hasta él terminó guillotinado.

Decía Jesús, 'El que esté libre de pecado que tire la primera piedra', cuando defendía a María Magdalena, la pecadora, decían; una trabajadora sexual que se convirtió en figura central de la iglesia católica, que debería reivindicar mucho más, pero no me meto en religió.

María Magdalena es la mujer que desde abajo se convierte prácticamente en la heroína de todo un sentimiento espiritual del mundo. Quien tire la primera piedra decían y a veces se nos olvida quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Los seres humanos no somos puros y por andar hablando de purezas hemos fusilado a nuestras propias revoluciones y las hemos acabado cuando apenas nacían y ese sentimiento no debe pulular. Nosotros tenemos que tener un sentido de comprensión o si no seremos lo mismo que quienes nos atacan, que solo piensan en la venganza, en la grosería y en la muerte: grosería para el cerebro y muerte para la mano que ejecuta miles y miles de jóvenes a lo largo y ancho del país. La Escombrera es apenas un ejemplo de lo que ha acontecido en la historia contemporánea de nuestro pueblo.

Isaías Cristancho, le agradezco su lucha; la vieja Utrasán, que después se volvió Usitras y que merece un reconocimiento de la sociedad santandereana que también fundó un cooperativismo muy fuerte productivo, que hay que recoger ahora.

Pero estamos en un lugar que me parece fundamental. Este momento me parece fundamental no solo porque esta obra se construyó en sus ladrillos, en su belleza arquitectónica completamente en nuestro gobierno. No solo porque es un esfuerzo financiero común; creo que nosotros ponemos unos 100 mil millones ahí entre Planeación y el Ministerio de Educación, pero también la Universidad da sus recursos propios y también el departamento de Santander.

Al final esa cooperación nos da un resultado que puedo entregar en mi propio gobierno. A veces es muy difícil en estas grandes obras que eso ocurra. Me pasó en Bogotá. Puse la primera piedra del edificio tecnológico de la Universidad Distrital, aquí que está Ricardo Moreno que me acompañó en eso.

La hicimos con un fondo local y con una junta administradora local de Bogotá, de Ciudad Bolívar, pero solo vine a inaugurarla cuando ya fui presidente, 10 años  pasaron. Cuántas generaciones de jóvenes no pudieron disfrutar de lo que aquí sí pueden disfrutar porque una cosa es cuando hay corrupción y otra cosa es cuando no la hay. Esta es una demostración de que cuando se hacen las cosas con limpieza -no es fácil siempre hay alguien pensando en el cómo se enriquece rápidamente-.



La corrupción en el Estado

Es una cultura que lamentablemente yo creo que desde los tiempos, incluso, anteriores al narcotráfico se vino construyendo. Desde que el poder es de los grandes hacendados los grandes hacendados miran el Estado como su hacienda particular y creen que su objetivo es extender la cerca para ser propietarios privados de más extensiones del Estado.

Cuando el Estado es una caja común, cuando el Estado es un espacio público, cuando el Estado le debe pertenecer al pueblo, así como el poder todo le debe pertenecer al pueblo, el poder popular.

El pueblo con poder es una revolución y yo les quiero decir que con esto ya dos años largos de experiencia administrativa en el Gobierno nacional, conociéndolo cada vez más, y de mis cuatro años de experiencia en el gobierno distrital de Bogotá, yo les digo que este régimen de corrupción no cambia sin una revolución.

Puedo hacer el esfuerzo más grande desde el punto de vista personal y buscar y rebuscar y echar por sospecha incluso, o a veces por los hechos como nos pasó con Olmedo. Puede la gente vigilar y vigilar, pero lo que existe en el Estado colombiano es un mecanismo, dice la película brasilera se llama así El Mecanismo.

No importa qué persona llegue. La persona se da cuenta cuando llega a un cargo de poder que existe el mecanismo y tiene dos opciones: una riesgosísima en la que puede morir, que es destruir el mecanismo, y otra, la más fácil, que es simplemente comprar el mecanismo, repartir el CVY (Cómo voy yo) y poner el mecanismo a su jefatura, y eso es lo que pasa en el Estado colombiano.

El mecanismo cada vez es más y más poderoso. El domingo publican una columna del señor Diego Marín no escrita por él, sino sobre el señor Diego Marín; claro enfocado en sus intenciones de cómo infiltraba el Pacto Histórico, mi campaña, pero no investiga porque lo pudimos rechazar nosotros y yo decidí ponerlo preso, no porque sea juez, sino porque se había cruzado la frontera y estaba como ciudadano español en España, y me correspondía como jefe de Estado impulsar las labores de captura del mayor contrabandista de Colombia, que significa uno de los mayores lavadores de dólares del narcotráfico de Colombia.

Y entre esas luchas fue diciendo que desde hacía 38 años tenía infiltrado el Estado de Colombia y que había comprado decenas de generales de la Policía; decenas de ministros, decenas de directores de la DIAN, de las aduanas, de los que gerencian los puertos de Colombia, de la policía que se llama Polfa, que en las carreteras cuida que no entre el contrabando y es al contrario.

En aquellas épocas, durante estos últimos 38 años la Polfa (Policía Fiscal Aduanera) se convirtió en la escolta oficial de grandes caravanas, de grandes tractomulas, conteniendo miles de contenedores llenos de ropa, de vajillas, etcétera para arruinar la industria nacional, incluida la de Bucaramanga -que bien fuerte que era antes-, solamente para lavarle los dólares, convertirlos en pesos, en esos grandes centros comerciales y centros comerciales populares para enriquecer a los grandes narcotraficantes de Colombia, untados de sangre y muy seguramente amigos entrañables como era este Diego Marín, no solo de generales, sino de senadores, de presidentes de la República a los cuales financiaba.

Hasta cuando llegó su propuesta indecente a una candidatura dirigida por Gustavo Petro y le dijo que no. Ahora lo tengo preso, no yo, España. Se escapó para Portugal pensando estar libre allá y estamos a punto -si la audiencia portuguesa lo permite- de que el mayor contrabandista de la historia de Colombia llegue aquí. Ese sí encadenado.

Enfrentamos ya una trampa judicial porque el proceso de la Fiscalía contra este enorme contrabandista de hace 38 años solo le pone delitos a partir del 2023. Eso tiene una razón de ser en el mundo de los abogados y es que solo se le investiga por el 2023 en adelante, es decir, no se le pregunta por los 38 años atrás, tratando de proteger a los senadores, a los generales, ministros y los presidentes que se untaron con el dinero narcotraficante de Diego Marín.

Pero les explicaba este tema del mecanismo, porque Diego Marín es dueño de un mecanismo de la corrupción del Estado, porque el Estado está plagado de estos mecanismos de corrupción. Bien lo decía Álvaro Gómez Hurtado el conservador hay un régimen de corrupción me dijo a mí personalmente porque él llegó a ser amigo mío en sus últimos años y antes de yo partir de este país y me dijo hay un régimen de corrupción y se lo dijo al país.

Yo tengo que decir que mi experiencia aquí me demuestra después de las investigaciones del paramilitarismo de la juntura casi que estructural entre la política y el crimen del hecho de que cuando el crimen llega al poder ya no mata a uno o dos como cualquier criminal por ahí o incluso en serie, sino que mata a miles.

El nazismo en el poder

El criminal en el poder es un genocida, no puede haber genocida sin poder. Los genocidas son aquellos que desde el crimen se adueñan del poder. Hay quienes todavía dicen que el fascismo, que los nazis –el Consejo  de Estado me pide una retractación, pero es que equivocó algo que yo quiero aclarar-.

Hay nazis y hay actitudes nazis, así la persona no sepa que es un nazi. Claro que hacer una circular en donde se premia a los militares con medallas y con ascensos y con bonificaciones por presentar bajas es nazi, es nazi, así no queramos decirlo de frente, porque su resultado fue un genocidio desde el poder, no cualquier criminal por ahí en una calle, que muchos los hay, pero estos eran desde el poder.

Los nazis son criminales desde el poder, no ideólogos, y se deben tratar como tal. Son criminales y deben ser rechazados. Y claro que una actitud nazi es andar mirando y poniendo en listas y con nombres, como hacían con los judíos, al ponerles el brazalete amarillo para identificarlos en las calles, para que las jaurías blancas les pegarán de garrotazos y hasta los mataran y rompieran sus vidrios como en la noche de los cristales, y los llevarán al final a la solución final a los campos de concentración para morir en los campos de gas: judíos socialistas, comunistas y gays conjuntamente.

Pues claro que una persona que aquí haga listados de personas con nombre propio y hasta direcciones de gente que milita simplemente o en la lucha social o en el liderazgo estudiantil o en la comunicación social por redes y que las publique para que se estigmatice como los Aurelianos en Cien años de Soledad, a los Arcadios, con una marca en la frente para que sean asesinados después, como eran las listas que presentaba el fiscal general de la nación, Luis Camilo Osorio; al director general del Departamento Administrativo de Seguridad, Jorge Noguera que entregaba después a 'Jorge 40', para que los listados aparecieran después manchados de sangre con los cuerpos de los nombres que se escribían en ese listado.

Pues claro que esa es una actitud nazi, así Luis Carlos Camilo Osorio se haya habilitado y se haya vestido de Partido Conservador. Publicar esos listados  es de nazis, porque están preparando una limpieza como hace el ELN, que ya nada tiene que ver con el sacerdote Camilo Torres Restrepo, traqueteando en el Catatumbo.

Por eso le agradezco señor rector, que usted dedique una parte de los presupuestos de su universidad y de su tiempo y de su profesorado conjuntamente con el ministerio de Educación y ahora vamos a hablar más en particular del tema para que se puedan instalar a través de arquitecturas no convencionales rápidas, mientras se hacen este tipo de arquitecturas que demoran un tiempo los servicios de educación superior pública y gratuita en el Catatumbo de Colombia.

Si un joven, una joven tiene ante sí la posibilidad del estudio se le abre la puerta de la universidad, difícilmente, se va por el camino de coger un fusil, de ser pagado por los carteles mexicanos y extranjeros para matar a sus propios hermanos como sucede en el Catatumbo.


El ELN y los carteles mexica​​nos

Pues los dueños de esas estructuras rojinegras que ya no significan libertad o muerte, sino sangre, sangre y sangre. Los dueños de esas estructuras no son  comandantes colombianos, son los que compran la cocaína de origen mexicano. El cartel de Sinaloa es el jefe actual del ELN, que nació en esta universidad, pero no nació con esa vocación.

Jaime Arenas, lo recuerdo, no lo conocí personalmente. El joven que lideró una enorme marcha de estudiantes de la UIS hacia Bogotá y que él siendo liberal del Movimiento Revolucionario Liberal, del cual creo que Jaramillo, si no participó, es como si hubiera participado.

De ahí fundaron el Ejército de Liberación Nacional. Jóvenes, jóvenes románticos a veces ingenuos que dejaron el libro; o no lo dejaron, sino que lo metieron en una mochila si pesara un poco más la mochila y se fueron a tratar de hacer una revolución. Allí también hubo una contradicción que creo que hoy resalta terrible y catastrófica, porque a Jaime Arenas lo fusiló el ELN. Y fusiló a muchos revolucionarios santandereanos, jóvenes de aquella época.

Uno que yo sí conocí, de Barrancabermeja, me enseñó cosas, él fundó el Frente Amplio del Magdalena Medio 'Lara Parada', revolucionario santandereano que mató el Ejército de Liberación Nacional. Una contradicción, porque la revolución no puede ser muerte, porque la revolución no puede ser traqueteo y narcotráfico, porque la revolución tiene que ser dignidad.

Cuando yo les digo que no hay manera de acabar el régimen de corrupción de Colombia, sino con una revolución en Colombia, es que tenemos que pasar de las elecciones al poder del pueblo. No se necesitan armas, se necesita ejercer los gobiernos en toda Colombia. Ser poder, no solo ser gobierno, sino ser poder que es todavía más complejo, más difícil, pero que es lo que permite la transformación de la historia de Colombia.

Si de este Gobierno pudiéramos pasar a una revolución de las costumbres, de la cultura misma, donde robar el dinero público se convirtiera en un acto tan de ostracismo que ya no pareciera cotidiano, se fuera de la costumbre cotidiana, de la política nacional y donde ser obrero, ser obrera, ser maestro, ser campesino fuera el título como el doctorado de la dignidad de la persona y fuese el campesino y la campesina las grandes héroes de la Colombia, del trabajo de hoy y fuera un maestro -como lo decía yo en mis discursos- o una maestra la persona más importante del barrio y no el traqueto.

No es el traqueto del barrio el héroe, no es el que va en la moto y sabe manejar la moto, pero también el gatillo el héroe. No es heroína la niña que cree que esa es su pareja y la ilusión y el príncipe azul vestido de traqueto, no, el héroe y la heroína de un barrio es el maestro y la maestra, y el estudiante que saca las mejores notas y la estudiante que decide leerse un libro y un poema en un parque, y expresarlo y construirlo.

Y es aquellos y aquellas que no solamente pueden irradiar la ciencia exacta, que no existe, sino que nos acercamos a la verdad conociendo y que puede irradiar la sensibilidad, porque este pueblo colombiano es sensible, es nuestra naturaleza específica. Como pueblo ha perdido su sensibilidad de tantos muertos que ha visto recoger, como en aquel pasaje de Cien Años de Soledad de un gran tren que lleva vagaones permanentes de cadáveres, sin que termine el tren.

Eso no es solamente la masacre de las bananeras de principios del siglo 20. Esa es nuestra historia y por eso nos llamamos y se llama la gran obra universal Cien Años de Soledad. Es la soledad de la violencia, es la soledad de matarnos entre nosotros mismos de manera permanente y por generaciones, y de no perdonar y de que sea la venganza y el orgullo permanente hasta en el barrio más pobre lo que nos lleva a matar al vecino, lo que lleva a un joven negro a matar a otro joven negro en los puertos de Colombia.

Eso lo rompemos con estas bellezas que estamos aquí inaugurando. No está en el ladrillo, pero esto es un símbolo -bien lo dijo el ministro de educación- a veces cuando uno entra en Europa a esos sitios públicos y queda maravillado de la belleza de otros siglos. A veces cuando se camina por Florencia y de pronto hay una galería en la calle pública llena de las estatuas de los héroes de Florencia.

Y es interminable porque todos eran intelectuales, mujeres y hombres. Torricelli, Leonardo da Vinci, Miguelangelo Buonarotti, Dante Alighieri, cuyo suegro, que creo que nunca fue su suegro, hizo el hospital de 1285 donde yo me curé del COVID, y no estaban pensando en dinamitarlo ni tumbarlo.

En esa en esa Europa donde el templo del saber público es exquisitamente hermoso. El metro de Moscú que comenzaron a hacer los zares y después los revolucionarios es una obra de arte. Y le preguntaban a uno de ellos, por qué esas estaciones son tan artísticas, tan llenas de arte y contestaba a alguna persona allí, porque es que los obreros y las obreras cuando llegan cansados de la rutina diaria del trabajo merecen que cuando se bajen del vagón del tren miren arte para descansar, para soñar, para pensar en otras vidas.

Yo a veces me pregunto qué sentirá el obrero y la obrera y el estudiante cuando se bajan de un bus de Transmilenio de Bogotá y lo que ve es una reja, su ciudad convertida en una cárcel, una ciudad de miedos por un negocio particular, porque no se tuvo en cuenta a la gente.​

Un templo del saber para ​Santander y Colombia

Pues aquí este es un templo del saber para Colombia. El arquitecto Basanti -tengo mis encontrones a veces con el arquitecto, hizo varias obras en Bogotá y a mí me encantaba Rogelio Salmona por el ladrillo- pero aquí hizo una obra de arte.

Los que vayan a entrar cuando vayan conociendo ya los rincones de este edificio, incluso, Carlos Vives, es que se llama el compañero, el técnico musical, Carlos Vives, lo ha patentado ministro –le doy la orden- de que con la ministra de Ciencia y Tecnología se pueda patentar la matemática con la que hizo las paredes del auditorio que permiten uno de los mejores sonidos del mundo.

Ojalá, Isaías, para que vengan muchos niños y niñas aquí a escuchar música de calidad, no más 57, de aquí o de cualquier lugar, pero que enseñe a liberar el alma, no a esclavizar el alma, quien esclaviza el alma no hace arte, hace porquería y nuestras emisoras están llenas de porquería, esclavizando el cuerpo de la mujer, esclavizando hasta el amor del hombre, porque lo condenan simplemente a una reacción animal cuando el amor en los hombres nos hace producir obras sublimes o no, Guillermo Alfonso, nos hace vivir otra vez y otra vez y otra vez hasta que se cansa el corazón.

Entonces aquí hay un arte entregado al pueblo, aquí le dije a una estudiante y ella sonrió y me dijo que sí, aquí da placer estudiar, aquí sentarse en esas sillas, da placer leer un libro, mecerse, mirar los sitios, los lugares donde muchos muchachos y muchachas se enamorarán con toda certeza, no solamente del saber, sino entre sí, amor y saber va a haber aquí, y seguro que revolución. Eso va junto de la mano.

Este es un templo al pueblo de Santander que tiene en su entraña un poco oculta por el momento la revolución comunera. Se volvió -con el perdón aquí del gobernador- se volvió un poco de derechas, un poco uribista, uribista, mucho terrateniente de tierras gobernando en pasados años. Ahora hay una general.

Les cuento que con los generales actuales activos tengo una buena amistad, nos entendemos, nos entendemos, y hay un general maravilloso que aquí me cuida, por ahí debe estar, que fue el que supo entender a los indígenas en la selva amazónica, comprender su cultura, su manera de captar los espíritus de la selva a través del yagé y no les dio bolillo ni nada por el estilo, sino que habló y conjuntamente con las técnicas occidentales de los aviones y los radares, y el saber indígena de la selva logró que la selva devolviera a sus hijos, unos niños que hoy crecen y que me mandan saludes y que están felices porque son libres y porque son niños indígenas.

La mayor ya cumplió 15 años y lo festejó con un vestido hermoso que le regalamos, porque ellos no son presa, no deben ser presa de propaganda. Ese general es un general mágico y si así todo hombre o mujer armada con arma pública lo va entendiendo, comprenderán también las frases de Bolívar, un hombre mágico Bolívar. Por eso lo echaron de Bogotá, no lo aguantaron tanta magia en la tierra fría, pero hasta lo salvó el amor en el último momento, otro costeño, porque Bolívar era costeño. Tiempo después sacó la teoría de que el amor lo podía a uno salvar con la certeza del amor, dijo Jaime Bateman –samario-.

Yo diría que este templo del saber es para el pueblo de Santander, es para su alma oculta o no oculta de los viejos comuneros que saben cuándo hay que salir a pelear por un mejor país, por la paz, por la felicidad, por sus jóvenes.

Este es un templo, porque de aquí van a salir médicos, médicas, enfermeros, enfermeras, investigadores, científicos. Cincuenta laboratorios hay allí, 700 nuevos cupos para que la gente estudie, los jóvenes y las jóvenes gratuitamente, medicina.

Yo me acuerdo cuando joven, estudiar medicina era una lotería o tocaba pagar un billetal, en La Corpas o en Los Andes. O tocaba ser un súper estudiante para pasar en La Nacional. La Universidad Nacional aún tiene una deuda y le mando este mensaje a Leopoldo. La Universidad Nacional no debe imitar la Universidad de Los Andes en términos de criar una élite excepcional pequeña en número, sino que la Universidad Nacional debe acompañar el esfuerzo del Gobierno nacional en expandirse por toda Colombia para que no sean unos pocos los que entren.

Oiga, La Nacional olvida un principio filosófico de la dialéctica hegeliana. de la cantidad saltamos a la calidad. No es empequeñeciendo la cobertura estudiantil como salen las élites reales del conocimiento, es al contrario. En Pakistán hay una universidad de un millón de estudiantes y la UNAM -no se diga, como experiencia mexicana, no tan grande- y no es que sean atrofias, sino que de allí salen genios en los diferentes campos del saber, pero también sale una sociedad culta, una sociedad del conocimiento.

El primer programa de mi Gobierno fue escrito, es ampliar sustancialmente la cobertura de la educación superior pública en Colombia. Aquí nos enfrentamos y yo cometí errores. Yo no sabía que tanto profesional de centro –me disculpan los que así se autodenominan- era tan pendejo y tan de derechas, la verdad eso es un engaño.

Hay gente de centro, claro que sí, claro que sí. Yo digo que el centro es asexuado, pero no repitan mi palabra, pero indudablemente aquí hay una ficción, porque se dicen de centro pero están más a la derecha de Uribe. Tienen un discurso más a la derecha de Uribe que Uribe.

Uribe se queda callado porque ellos repiten mejor las palabras que él mismo repetiría y entonces se convierten en defensores de la privatización de la salud, se convierten en defensores de la privatización de la educación, no somos más que liberales de verdad, eso no es socialismo, es casi que el liberalismo original de Colombia, cuando decimos que nuestro principal objetivo es tener una educación pública fuerte y una salud pública fuerte.

Y cuando decimos salud pública entonces nos insultan en la prensa porque los dueños de los periódicos son dueños de las EPS y cuando decimos educación pública vuelven y nos insultan en la prensa porque sus candidatos eran los rectores de la Universidad de Los Andes, etcétera.

Yo cometí la estupidez de nombrar a uno de ellos ministro de Educación -dos años perdimos- y les voy a comentar cómo era la tecnología para que nosotros no pudiéramos expandir la cobertura de la educación superior en Colombia a pesar de que era nuestro principal programa, genial.

Si esa inteligencia la usaran en bien del pueblo cuántos problemas no hubiéramos solucionado, pero como la Ley 30 que ustedes estudian o deben estudiar, porque es la que rige la educación superior, dice que los presupuestos de funcionamiento -ojo esa palabra funcionamiento, es decir, lo que se gastan profesores en luz, en mantenimientos, pero sobre todo en profesores y profesoras no pueden ser menos cada año que lo que el índice de inflación fue en ese año, es decir, se indexan, siguen constantes al menos en precios constantes en precios corrientes, es decir, no caen los presupuestos de la universidad así crezca la inflación de precios, sino que se adapta a la inflación de precios para que ese volumen siga al menos siendo el mismo, no se desvalorice-.

Como eso dice la Ley 30 y la lucha estudiantil se puso, la universitaria no la juvenil, que no es lo mismo, porque los jóvenes mayoritariamente no están en la universidad, entonces se puso a pelear porque esa base se subiera en unos puntos, cierto: IPC + 1, IPC + 2.

Y el programa de ampliar la cobertura universitaria no se puede basar en eso, porque ese IPC + 1, IPC + 2 se puede volver pensiones, que si lo merecen, pero no amplía la cobertura a los estudiantes, a los jóvenes, no le abre la universidad a la juventud. Se puede gastar en contratos y hasta en súper contratos de gente que se enriquece con el presupuesto de la universidad pública, porque genera roscas intelectuales, que vestidos de izquierda -hace un tiempo- ahora están en el centro y transitando a la derecha como pasó en la Universidad Nacional de Colombia.

Y el estudiantado dio una lección de apertura democrática, pues bien, eso fue utilizado en este gobierno porque todos los recursos que yo quise meterle a la educación superior, por billones.

Ustedes deben saber que en estos dos años, el pasado y este, estamos viviendo las épocas en donde los gobiernos locales y el Gobierno nacional más dinero han tenido para la educación pública de Colombia. Antes, cuando yo estudiaba, una de las reivindicaciones era cómo es posible que el ministerio de Defensa tenga un presupuesto mayor que el ministerio de la Educación.

Cómo es posible y Uribe lo hizo muy bien. Muy bien para él, muy mal para la sociedad colombiana que el presupuesto que iba para la educación hubiera reformado la educación, la Constitución para que pudiera quedar liberado entre comillas y lo hubiera metido en el ministerio de Defensa para comprar tanques.

La plata que era para comprar libros y pagar profesores y ampliar la cobertura estudiantil de Colombia, se la llevó para comprar bombas, tanques y fusiles, y entonces los jóvenes no tuvieron otra opción, que como no podían entrar a la educación superior, entonces se fueron a portar un fusil. Solo que no siempre fue del Ejército ni de la Policía Nacional.

Pues un enorme error brutal cometieron con esa designación. Hoy hemos cambiado la historia en ese sentido, porque mientras el presupuesto del ministerio de Defensa llega a 48 y 49 billones, el presupuesto de la educación en general, pública de Colombia, llega a 70 billones. Está a punto de duplicar el presupuesto, y eso es una buena noticia porque es como la cama, el contexto general, pero si no hay una vigilancia en qué se gastan esos recursos pues se pueden dilapidar, pueden terminar simplemente ordeñados por roscas que incluso -como demostré en mi debate parlamentario- eran hasta los mismos paramilitares los que ordeñaban las universidades públicas, matando a los estudiantes y a los profesores rebeldes que se le oponían como sucedió en buena parte de Colombia.

Yo creo -no sé-, por lo menos en las universidades de Norte de Santander, la de Pamplona de la cual hice el debate, pero muchísimo en la Universidad de Córdoba, que cogí como ejemplo muchachos y muchachas del grupo de teatro asesinados, todos profesores independientes y libres en su cátedra asesinados, todos.

La defensora del Pueblo, que nombró Mancuso, era del Consejo Superior de la Universidad de Córdoba y dirigían el presupuesto para comprar fusiles en Ralito para armar la matanza de los campesinos y de los estudiantes de la Universidad del departamento de Córdoba.

Aquí tenemos una plata ya, pero qué pasó con el dinero de la educación superior para la gratuidad, pero sobre todo para la expansión de la universidad pública en Colombia, para lograr que centenares y miles de jóvenes hombres y mujeres pudieran entrar a un primer semestre de lo que quisieran estudiar en los rincones del país.

Los efectos de ​la tecnocracia

Los ministros que tuve dejaron que en lugar de poner ese dinero que yo por billones 1,7, en el primer año para infraestructura y para gratuidad, lo pusieran en funcionamiento, lo cual activaría la Ley 30, es decir, pasaría todos los años por obligación. No sería una vez por un solo año. Cómo se le paga a un profesor un solo año y después se le echa. No sirve. Ninguna universidad va a decir sí, porque sabe que al otro año queda engargolada porque tiene que pagarle el sueldo al profesor y en la nación no le da ese sueldo si la plata queda en inversión y no en funcionamiento.

La tecnocracia, pues la plata que yo puse me la pusieron fue en inversión y no en funcionamiento, y entonces durante dos años se trabó el programa de expansión de cupos. Lo hemos logrado en 122 mil nuevos cupos. Eso no existía desde hacía décadas en Colombia. 122 mil nuevos cupos, pero nosotros dijimos 500 mil nuevos cupos. Nuevos cupos no son los estudiantes que como los del segundo semestre –ya no primíparos- pues dejan las sillas libres, no.

Es que fuera de esos aumentan las aulas, las sillas y los profesores para que muchachos y muchachas que no tendrían la oportunidad de entrar hoy a una universidad puedan entrar. Son 122 mil nuevos cupos de esos, pero tenían que ser 500 mil.

Nos hemos demorado, nuestros centros se dedicaron fue a llevarse la plata en Ser Pilo Paga para subsidiar con billones y billones de dinero público las universidades privadas de Colombia y no las mejores, sino las de garaje que pertenecen a un poco de politiqueros que a veces se sientan en el Congreso de la República y hacen leyes a favor de ellos.

Eso cambió este año y aquí necesito organización estudiantil y organización juvenil fuera de la universidad, porque hay que vigilar, porque este año -ministro no me ha pasado, acuérdese que en el ministerio de Hacienda hay un pocotonón de uribistas guardándonos en los cajones los proyectos para que no avancemos, y en Planeación ni se diga-.

Entonces usted –ministro- tiene que pasar no sé qué escrito, porque acordamos que de la bolsa de Hacienda 2,1 billones de pesos se desplazaban ya al programa de gratuidad y de aumento de cobertura universitaria, en el funcionamiento, para que de aquí en adelante siempre quede como base para seguir aumentando en la Ley 30.

Ojo, porque ya pasó enero, ya pasó un mes de los 12 de este año y eso tiene que ser en acto público con el presidente de Colombia, porque si no la bolsa queda en el ministerio de Hacienda y después se la gastan otra vez, y esto es una prioridad, que usted sabe,  tiene una contraprestación.

Lo que nos habían puesto en inversión, precisamente, para que no quedara bajo Ley 30 se tiene que pasar -a través de la ingeniería que me inventé- a funcionamiento. Eso es una ganancia histórica para la universidad pública de Colombia.

Los que me entiendan un poco esta jeringonza presupuestal, los técnicos uribistas ya lo sabían y nos engañaron dos años, porque es que nuestros compañeros muy progresistas y tal se les olvida estudiar las profundidades cositeras de la administración pública y por ahí nos dan en la cabeza.

Buenas intenciones, un poco lo que estábamos planteando: 3 millones 200 mil familias viendo el gabinete, una hermosura me pareció. Un pueblo indiferente a la política, y dizque el partido de fútbol, y que Caracol  y que RCN, y nada. La gente pegada en las redes y en los canales o en el canal público durante horas, aburridísimo que es, viéndonos discutir de sus cosas, porque nosotros no discutimos de las nuestras, sino de las cosas públicas.

Lamentablemente el sectarismo se impuso, lástima. No oyeron el mensaje de Jesús, cierto, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. No podemos caer en eso porque nos volvemos Robespierre y matamos nuestra propia transformación y matamos las posibilidades de ganar en el año 2026, porque una mayoría nacional no se hace con puros, sino se hace con colombianos y colombianas llenos de defectos, pero también llenos de muchísimas virtudes que tenemos que juntar para que el progresismo no muera en el 2026 y siga gobernando en Colombia.

Aquí les dejo compañeros y compañeras este templo que ojalá la prensa local pueda visitar, esquina por esquina. Esto es para el pueblo de Santander, para el pueblo de Toledo Plata, para el pueblo de quienes hace mucho tiempo empezaron a gritar república y abajo el mal gobierno y abajo el rey, el rey ya no es soberano, es el pueblo el soberano.

Aquí esta obra de mi Gobierno, hecha con los trabajadores y las trabajadoras y los arquitectos y la universidad. Queda en el corazón de Bucaramanga para quedarse, así intenten silenciarnos la palabra.

Así nos olviden en la prensa y en el diario transcurrir de los medios de comunicación diciendo que hicimos un mal gobierno aquí se demuestra con este edificio y lo que va a ocurrir con los seres humanos en este edificio, que hicimos el mejor gobierno de la historia, porque pusimos la educación del pueblo colombiano por encima de todas las prioridades.

Gracias, muy amables, por haberme escuchado, suerte y hasta pronto.


(Fin/mha) ​​