Tibú (Norte de Santander), 6 de marzo de 2025
Gracias.
Un saludo muy especial a las catatumberas y los catatumberos; lideresas y líderes sociales, comunales, campesinas, defensores del medio ambiente; víctimas del conflicto armado, desplazados, representantes de las etnias indígenas, negras y afrocolombianas, comunidad Barí; así como a las personas con diversidad funcional en situación de discapacidad y a la comunidad LGTBI.
Gobernador del departamento del Norte de Santander, William Villamizar Laguado; alcalde del municipio de Tibú, Richard Javier Claro Durán; directora, ministras, ministros y funcionarios del Gobierno nacional; altos mandos de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional; alcaldes y concejales municipales presentes, gabinete departamental y municipal presente; medios de comunicación, en general, a todas y todos los aquí presentes.
En el Pacto Social por Catatumbo, obviamente hubiéramos querido que esta reunión fuera muchísimo más amplia, pero las circunstancias no lo permiten.
Quise, después de dos o tres reuniones que hemos tenido aquí en el Catatumbo, después de los hechos aciagos, tener una conversación con la comunidad, ya habíamos realizado una relativamente abierta en Ocaña, pero queríamos venir a Tibú a tener una mayor conexión con la población misma, aún en medio de la dificultad para poderlo hacer, porque la política pública no se puede hacer sin el pueblo, si no se equivoca radicalmente.
Lo que tiene uno en la cabeza no necesariamente es lo que está en la realidad, y la realidad es la que determina.
La necesidad de la Conmoción Interior
En medio de las exposiciones aquí, tanto de las personas del Catatumbo, las autoridades locales, o los funcionarios de orden nacional, es bueno aclarar varios aspectos, y me voy a dirigir un poco a la intervención del compañero (Geiner García) del CISCA (Comité de Integración Social del Catatumbo), que debe estar por ahí, espero, porque él dijo, afirmó, en representación de su asociación, de su organización ciudadana, que no se necesita la Conmoción Interior.
Y yo controvierto eso, porque he firmado yo mismo un decreto, soy el único que podría haberlo hecho, de declaratoria de Conmoción Interior circunscrito a la región del Catatumbo, varios municipios del Norte de Santander y dos del sur del Cesar que, entre otras, hay que tener en cuenta, porque si no, ¿para qué los introdujimos en el decreto?
Y los decretos de Conmoción Interior, la Conmoción Interior como un estado excepcional, pues tiene unas implicaciones y unas causas para saber por qué se decreta o no. Que fue discutida al interior del Gobierno Nacional, pero que ahora va a ser discutida, de acuerdo a la Constitución, por la Corte Constitucional.
Es decir, tendrían razón los que aquí escuchan buena parte de estos discursos, que pueden quedarse en discurso, como tantos discursos en Colombia. Y el pacto puede quedarse en una simple firma y en una simple foto, como tantas fotos se han sacado, sin que se aplique. Y esa es la diferencia entre, explicaré un poco más profundamente, entre decretar o no la Conmoción Interior.
La Conmoción Interior tiene unas causas que son estructurales de antes, indudablemente, exmagistrado (Alejandro) Linares habla y dice, esas causas son la negligencia estatal. Y, por tanto, como la negligencia ha sido de, yo diría de siempre, pero él no dijo de siempre, no lo atribuía al Gobierno actual, muy perversamente hay que decirlo, porque nosotros no somos los culpables de lo que ha pasado en el Catatumbo durante todas estas décadas. Pero su intención es decir que como es negligencia, el Eln entró a matar por negligencia del Estado, entonces no se necesita la Conmoción Interior.
Es decir, sin que la argumentación sea la misma, coincide con el CISCA, no solo lo dijo el exmagistrado Linares hoy, ayer lo dijo la senadora Paloma Valencia, que pidió que se hundiera la Conmoción Interior, le pidió eso a la Corte Constitucional, que es quien decide, y también el señor Bruce Mac Master, director, presidente de la ANDI (Asociación Nacional de Empresarios), la agremiación de empresarios más poderosa de Colombia. La extrema derecha y el empresariado más poderoso de Colombia le piden a la Corte Constitucional que no acepte la Conmoción Interior en el Catatumbo.
Coincide con una organización social, no sé si la única por lo que escuché aquí, me remito sólo a lo que escuché, el CISCA, y yo pienso que ambos están equivocados. Tanto la extrema derecha y su gran empresariado, que no está aquí, como el CISCA, ambos están equivocados en relación al problema de la Conmoción Interior.
¿Por qué? Y argumento y abro la discusión, porque la democracia implica deliberar, pero también decidir. Democracia que no decide, se queda en el discurso.
Porque la Conmoción Interior implica unos hechos que no se estaban presentando cotidianamente y de repente aparecen, provocando eso, una conmoción al interior de la sociedad colombiana y específicamente del Catatumbo. Y claro, aquí podrán decir, es que actores armados hay desde hace cuánto, 40 años más o menos, medio siglo, podría uno hacer una historia.
No es culpa de este gobierno que estén allí, están allí, y cualquiera podría decirlo con mucho fundamento, porque el Catatumbo fue excluido del desarrollo nacional, porque no hubo reforma agraria en Colombia en un siglo, porque quienes pretendían hacer la reforma agraria en Colombia, el presidente Alfonso López Pumarejo y el líder candidato presidencial en ese entonces, Gabriel Turbay y Jorge Eliécer Gaitán, uno se suicidó y el otro lo asesinaron, y al que era presidente lo asustaron con un golpe de estado.
Y desde entonces, historia, pues llenaron a Colombia de sangre. No fue este gobierno, Linares, 300 mil muertos en la violencia liberal-conservadora, que hizo que una parte del campesinado tuviera que venir a tumbar selva, huyendo de la violencia, y esa es la historia del Catatumbo y de otras muchas regiones de Colombia.
Claro que negligencia del Estado es histórica, porque el Estado colombiano ha sido dirigido por una oligarquía que no ha manejado ni mirado al pueblo, sino que ha visto la riqueza de la nación, para apropiársela y robársela para ella misma, y por eso tenemos tanta desigualdad y tanta pobreza. Esa es la negligencia del Estado de años, de décadas, casi uno que podría decir que de siglos, pero esa no es la causa de la Conmoción Interior, es la realidad del Catatumbo y de muchas otras regiones de Colombia.
Podría uno venirse más cerca para no hablar de tiempos 'A'. Claro, ¿y acaso no se hizo un acuerdo de paz con la Farc, cuyas unidades combatientes estaban en el Catatumbo? No sé si se llamaba un Frente 33, gobernador, creo que sí. ¿Y qué pasó con ese acuerdo de paz con la Farc? Le pusieron 'conejo', díganlo con toda la verdad, con sinceridad, le pusieron 'conejo' al acuerdo de paz con la Farc y la consecuencia es la violencia en el Catatumbo, como lo es en el Cauca, como lo es en el Putumayo, como es en el Pacífico nariñense y otras regiones de Colombia.
Claro, no es que yo me esté bajando por las orejas de la responsabilidad de este gobierno que tiene dos años y medio, pero ¿quién dijo en Colombia que había que hacer trizas la paz? ¿No ganó el candidato de esa consigna? ¿Y no lo volvieron realidad, acaso? Y entonces ahora los mismos que aplaudían que había que hacer trizas la paz, como la senadora Paloma Valencia, critican a este gobierno porque hay violencia en Colombia. Pues es que hacer trizas la paz significa violencia contra el pueblo y eso fue lo que pasó aquí.
Y no creamos que la violencia iba a ser la misma del pasado. La historia cambia, fluye como el agua. Nunca se toca, decía el filósofo Heráclito griego, el mismo agua con el dedo. Si tocas un riachuelo, el agua que hay ahí, así sea un segundo, vuelve y mete el dedo, ya no es el mismo agua, porque el agua fluye, la historia fluye.
Los que eran así ayer no son así hoy y podríamos durar una conferencia, pero no se trata de dar una conferencia. Claro que el Eln, cuando se hizo el acuerdo de paz con la Farc, era uno que estaba sentado allá en La Habana, lo fui a visitar, hablamos de paz, ya quedaron porque (expresidente Iván) Duque dijo que no volvían a entrar a Colombia y rompió los protocolos de paz. ¿Por qué está haciendo trizas la paz? Claro que allá en La Habana sí se firmó un acuerdo con la Farc, acuerdo que he leído y releído y que se volvió declaración unilateral del Estado colombiano, todo lo que incluye el Congreso, las cortes y el Ejecutivo y todos los gobiernos, hasta que se cumpla ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Catatumbo sin inversión histórica
Y ese acuerdo de paz decía que había que transformar la región para que se pudiera sentar la paz de manera durable, ¿cómo era que decían? Estable y duradera. ¿Pero dónde está la paz estable y duradera en el Catatumbo? Claro que se vivió aquí un momento de calma, sí, ustedes lo recuerdan, pero se acabó. ¿Y por qué se acabó? Porque se incumplió el acuerdo de paz con la Farc, que decía que había que transformar el territorio del Catatumbo.
Yo le tengo que decir con mucha claridad al exmagistrado Linares que el primer gobierno en incumplir el acuerdo de paz en el Catatumbo se llamó el gobierno de Juan Manuel Santos. Y por una razón concreta, la plata que se hubiera podido dedicar en ese entonces al Catatumbo para hacer lo que aquí se ha dicho, que la carretera troncal, la transversal, que las universidades, que la reforma agraria, que la sustitución de cultivos, se hubiera podido hacer con el dinero que le metieron a la doble calzada Gamarra y Ocaña.
Yo he invitado, y voy a hacer una sesión pública del Consejo de Ministros antes que la censuren, con mapa para que toda Colombia pueda ver dónde queda la doble calzada Gamarra-Ocaña, porque sale por un territorio muy rico, del sur del Cesar plano, pasa por su corazón la troncal que se llama Ruta del Sol 2, que va hacia la costa, hacia el mar, hacia los puertos, y junta Bogotá por Guaduas y Villeta, donde uno administra este gobierno, decía que había que hacer el énfasis de la inversión en carreteras.
Miren qué distancia entre el programa de gobierno y muchos de los funcionarios y funcionarias. Tema distinto.
Pero si ustedes hacen el mapa entre Gamarra y Ocaña, lo que sigue inmediatamente después de Ocaña, pero que no tiene carretera, porque el gobierno de Juan Manuel Santos no quiso, es el Catatumbo ¿o no? Era continuar hasta Tibú ¿o no? Y, entonces, tendríamos la transversal de la que hablamos.
¿Por qué entre Ocaña y Tibú no se invirtió un peso? ¿Y si se invirtieron cuatro billones de pesos entre Ocaña y Gamarra, junto al río Magdalena? Porque ahí estaba el CVY (Cómo voy yo), exmagistrado Linares, porque Néstor Humberto Martínez, que después se volvió el Fiscal General de la Nación y saboteó el proceso de paz con la Farc, condenando a la muerte a los señores (Jesús) Santrich, Iván Márquez y otros. Traición. Claro, coger a los que ya habían firmado, cogerlos sin armas por ahí, montarles una mentira, porque fue lo que hizo, yo lo hice y fue mi último debate en el Senado de la República. Me leí todas las grabaciones que decían se les había hecho no a Márquez sino a Santrich y yo mismo constaté, el presidente de Colombia hoy constató que las grabaciones nada tenían que ver con envío de cinco kilos de cocaína a los Estados Unidos, sino con cinco mil libros de poesía que había hecho Santrich y que esperaba que los editaran en México. Y los que hablaban a nombre de México eran agentes de la DEA poniendo una trampa.
Entramparon el proceso de paz, hicieron trizas la paz a partir de ahí y una de las consecuencias es lo que tenemos aquí en el Catatumbo.
No hicieron la troncal del Catatumbo que hubiera podido ayudar, no es la única obra, a resolver la transformación económica del Catatumbo, porque estaban era pensando en llevarse la plata en sobornos a partir de la transversal Gamarra-Ocaña. Y eso no se llama negligencia, el magistrado Linares, eso se llama corrupción. La corrupción es uno de los grandes motores de la violencia en Colombia.
Las causas de la conmoción
Pero vengamos ahora. Hecha trizas la paz, las armas volvieron al Catatumbo. Diferentes actores, pero básicamente dos. El Frente 33 de la Farc que dicen que son disidencias hoy y el Eln que tiene dos versiones: el Eln que estaba ubicado desde hacía mucho tiempo en el Catatumbo, décadas en el Catatumbo, y el Eln que llegó de pronto.
El Eln que llegó de pronto es la causa de la conmoción. No lo esperaba nadie. Sabíamos que había un conflicto. Y el gobierno nacional, y eso tiene que ser recordado en la historia del Catatumbo, tenía una mesa de negociación con el Frente 33 y tenía una mesa de negociación con el Eln.
No es que nosotros le hayamos sacado el cuerpo a la paz o que de pronto me vestí de uniforme y fusil como cuando era joven. No, nosotros estábamos hablando de paz y los señores del Eln una semana antes de la ronda de negociación en Caracas entraron al Catatumbo a matar campesinos.
Y esa es la causa de la Conmoción Interior. No los invitó el gobierno, no los invitó el Frente 33, quizás, creo yo, lo dirá la historia, no los invitó el Eln del Catatumbo, no los invitó el alcalde ni el gobernador; no creo que la sociedad civil campesina del Catatumbo haya pedido que entrara el Eln.
Lo que quería era paz. Lo que quería era ver al ELN en Caracas decidido a abrazar la causa de la paz. ¿Y qué pasó? ¿Qué fue lo que pasó? Nos llenaron de sangre el Catatumbo.
De 400.000 habitantes del Catatumbo lograron el desplazamiento de 55.000. ¿Cómo es que no hay conmoción entonces? Eso es lo mismo que pasó en Gaza. Mataron también niños, como en Gaza; mataron gente pobre, como en Gaza; mataron a su propio pueblo, porque mucha de esa gente había, como decía aquí el joven, entregado un vaso de agua, seguramente, a alguno sediento caminando o le había invitado a algún tinto para hablar de paz, a lo mejor o los problemas de la vereda, porque yo sé cómo se hace. O que el vecino corrió a la cerca o que aquel está tirándole los huesos a un adolescente de otra familia, etc.
— Se dice así, los huesos. Los perros, sabes, yo estoy olvidado en esas materias.
Pero eso no fue. Entonces, llegaron fue a asesinar.
¿Por qué? ¿Por qué esa brutalidad? ¿Por qué hicieron exactamente lo mismo que hacían los paramilitares hace un tiempo? También venían, y aquí al Catatumbo entraron, también venían a desplazar en masa, para quitarles la tierra y meter a otros.
Ese es el objetivo del desplazamiento. Otros que les fueran fieles. ¿Para qué? No porque van a votación, como hacían los liberales y conservadores antaño. De ahí aprendieron de esas violencias que llamaban limpieza, limpiar de liberales, limpiar de conservadores. Aún ustedes pueden ver, quizás, vestigios de las casas en donde solo se pintaban las puertas de azul. Habían matado a todos los liberales o se pintaban las puertas de rojo, habían matado a todos los conservadores.
Esa manera de excluir la diferencia política en ese caso. Esa falta de tolerancia democrática, ese sectarismo que nos ha llevado por generaciones a matarnos entre los colombianos y por centenares de miles y de manera terrorífica y bestial, pervive en la violencia de Colombia hoy. Por eso, entraron con esa misma saña a matar niños, familiares, campesinos y a desplazar, sobre todo, porque lo que quieren es la tierra.
¿La tierra para qué? Para que siga el cultivo de hoja de coca, pero en manos de sus súbditos y puedan exportar esa cocaína en su alianza con los carteles mexicanos para pasarla por Haití. Ya destruyeron Haití. Espero no sea invadida por los Estados Unidos cuando la última banda entre al palacio en Puerto Príncipe, el país que nos dio la independencia a nosotros, castigado de esa manera es de la misma Colombia que le responde es destruyendo su propia República a partir de un negocio ilícito.
Son los carteles mexicanos los que están dando las instrucciones para el Catatumbo y seguro que venezolanos y, obviamente, colombianos. Y eso se llama perder la soberanía nacional.
La violencia del pasado, incluso en el momento del acuerdo de paz con la Farc, no tenían esa realidad. Por eso la historia fluye y cambia.
El Eln se trastocó de movimiento revolucionario en traqueto, pero tuvo otra transición del movimiento nacido en el corazón de Colombia hacia el extranjero. No está la lógica colombiana en su razonamiento equivocado. Están lógicas de otros países.
Lógicas equivocadas. Porque espera ser armado en una invasión a Venezuela. (Donald) Trump no está pensando en invadir Venezuela, Trump lo que está pensando es sacar regalado el petróleo de Venezuela. ¡Aterricemos! No es bruto, es un negociante. Y lo que le interesa es lo que le interesa a la energía del capitalismo y la energía del capitalismo hoy se llama petróleo. Y está buscando cómo sale lo más barato posible. Esa es su lógica, que es la lógica de su país, pero no es la lógica de Colombia.
¿Y el Eln entonces en qué lógica está? Soñando en ser una vanguardia revolucionaria de América Latina, se los digo aquí y lo repito mil veces, no ser revolucionario traqueteando con las drogas del capital, con la lumpenburguesía del capitalismo que son las mafias internacionales.
No se es revolucionario subordinando una población como la del Catatumbo histórica, bella, revolucionaria a unas mafias internacionales.
Puertas abiertas a la paz
¿Ahora cierro las puertas? No. Yo estoy negociando en Itagüí la paz de Medellín. Y está a punto de ser la capital más pacífica de Colombia. Y no me quieren mucho allá, yo no lo hago por los votos, lo hago por la paz. Y los que están ahí en las mesas de Itagüí, no conozco a ninguno.
Pues son traquetos, son gente de bandas. No se les puede llamar de ninguna manera revolucionarios. Pero ¿con quién se hace la paz en Colombia si no es con lo que tenemos hoy generando la violencia? Por eso no cierro la puerta, pero no soy bobo e ingenuo.
Si no hay hoja de coca no hay violencia
Claro que tienen la puerta abierta si quieren. Claro que, si bloqueamos las salidas de la cocaína llegando a Haití, tienen problemas. Pero el principal problema, y por ahí comenzaría la paz, y es lo que quiero discutir con ustedes, es que, si no hay hoja de coca, no hay violencia.
¡Ojo con lo que acabo de decir! Y este es el corazón central de los decretos de la Conmoción Interior. La Conmoción Interior se decreta porque aquí vinieron a masacrar un pueblo y lo desplazaron.
Y no son cien, son 55 mil que nosotros queremos que retornen a sus tierras, en paz, con garantías y que el Catatumbo pueda respirar paz.
Claro que eso es lo que queremos. Y claro que están abiertas las puertas para el Frente 33. Y hay quienes allí dicen, que venganza, porque les mataron sus familiares, lo que el Eln consideraba que era el espacio de apoyo del Frente 33, porque se querían quedar solitos traqueteando, porque si están solitos aumenta la ganancia. ¡Pura codicia!
Y entonces hay gente del Frente 33 que quiere, se puede ir a otro lugar del país, traquetear, se compran más fusiles, los que se han entregado, pues es un juguete, pueden comprar mucho más. Y reclutan otro poco de niños y niñas en otro lugar de Colombia y vienen acá a vengarse. Y ¿qué pasará? Más muertos. Ahora del otro lado, que creen ellos, porque por ahí la mayoría son inocentes, que han dado un vaso de agua por aquí o un vaso de agua por allá.
Y así otra generación y otra generación y un Catatumbo, entonces, que terminará desolado, porque al final quien se queda en medio de la sangre, como en tantas regiones de Colombia.
Esa no puede ser la perspectiva. Frente 33 le he dicho, sí, los acorralaron, sí, pero la respuesta no es la venganza. Si no léanse a Cien Años de Soledad de fácil o La Vorágine.
Esos autores, conocidos mundialmente, no hacen sino retratar nuestra historia. Una venganza vendrá otra venganza y otra y otra y otra o cuántas generaciones no se ha carcomido la violencia en Colombia. Eso es lo que se llama Cien Años de Soledad.
Más soledad para el Catatumbo, no. El acto audaz, el acto revolucionario es abandonar la violencia. Abrazarse sin armas con el pueblo. Conquistar el amor, sea mujer, sea hombre, sin el arma. Es más difícil, pero más chévere.
Trabajar aquí. No se necesita ser un gran cultivador de coca, hay cacao y hay café y hay otros, hay cebolla y hay piña. Si hay un gobierno atento, hay progreso, porque en cuántas horas se disminuye la salida de alimentos por la vía, si se hace la vía.
Es más, yo voy a hablar con (presidente de Venezuela, Nicolás) Maduro a ver si construimos la zona económica especial. Porque si nos tumban los decretos, no podremos hacer la carretera rápidamente. Entonces hay que salir para algún lado, pero no nos podemos quedar sumidos aquí en medio de la cocaína. Porque solo vendrán sangre y extranjeros a usar el territorio y a usar la vida de la gente bajo los espejismos de la codicia y del dinero, lo que yo llamo las lentejuelas.
¿Cómo logramos que el campesinado del Catatumbo no cultive la hoja de coca? No porque la hoja de coca sea mala en sí. Es una mata, más de tantas.
Hoy nuestra embajadora en Viena (Laura Gil) está tratando de que, con 60 países miembros de la Organización de Naciones Unidas, esperamos volvernos mayoría, se saque la hoja de coca de los listados internacionales de sustancias prohibidas. No confundir cocaína con hoja de coca.
Se podría usar la hoja de coca en cosas que se sabe que se puede usar. Y cesaría una persecución contra la hoja de coca, que no significa contra la cocaína. El día que sea legal por allá, y de eso podríamos hablar mucho, pues también cesa la violencia.
Pero eso no es la realidad de hoy y nosotros gobernamos para el hoy y tenemos que resolver los problemas del hoy. Y entonces los problemas del hoy se resuelven de una manera que parece simple. Que ningún campesino del Catatumbo cultive hoja de coca.
Adiós Eln, adiós del de antes, adiós el de hoy, adiós F-33, la paz es posible.
Ah, que nos quedamos y entonces cómo vivimos, Petro. Claro, ahí vienen los problemas. ¿Cómo entonces hacemos, Petro?
Pacto Social por el Catatumbo
Pues yo digo, está consignado en el Pacto Social del Catatumbo el camino. Ese pacto, sí, aquí dijeron, tiene 10 años, vigencia futura, dijo el compañero del CISCA, sí, cierto. Hay que aprobar vigencias futuras para que los gobiernos en adelante, previa contratación en este gobierno, ¡ojo!, estén obligados a cumplirle al Catatumbo y no simplemente un discurso.
Para eso son las vigencias futuras bien hechas. A nosotros nos obligan a pagar unas billonadas del recurso público para la carretera Mulaló-Loboguerrero, que no se está haciendo para los carros de Luis Carlos Sarmiento Angulo, para la ruta del Sol 2, para la transversal Ocaña-Gamarra, porque todos esos sí lo pusieron en vigencia futuras con tape y remacho. El que les incumpla va para la cárcel, dicen.
Pero yo me voy a arriesgar, porque primero está el pueblo, que el banquero. El banquero ya se ha llevado mucho dinero, pero, por eso, estamos en guerra, porque primero es el pueblo.
Y entonces este proceso que está en el Pacto Social, sí, hay que llevarlo al CONPES, al CONFIS, a las vigencias futuras y obligar al gobierno que viene a invertir y acabar las obras que aquí vamos a comenzar, que duran más de un año en construcción.
Pero eso no significa que lo hagamos en este año.
El decreto de Conmoción Interior dice, hay unas razones excepcionales si aquí vinieron a masacrar el Eln. Primera razón, y tenemos un pueblo encerrado en estadios, confinado en lugares, y no son 100, son 55 mil personas con problemas de alimentación, de nutrición, y sus niños con problemas que no deberían vivir, porque se pueden volver problemas psicológicos irreversibles.
Con miedo, y eso se llama conmoción. Cuando una persona tiene miedo, está conmocionada. Y aquí la sociedad del Catatumbo está conmocionada porque le vinieron a quitar la vida cotidiana y la tranquilidad, su tierra y sus días.
Entonces, que no venga un señorito de Bogotá a decir que no hay causas de la conmoción. Y espero que el Estado sea capaz de defender el Catatumbo y la soberanía nacional.
Pero los decretos de Conmoción Interior tienen otra realidad, otra esencia, y es cambiar el presupuesto de Colombia.
Santos dice, y con razón, plagiando un tanto a Disraelí, un estadista, que el amor está en el presupuesto. Si no hay presupuesto, todo es discurso. Presupuesto aprobado.
El presupuesto nacional que presentó el gobierno a finales del año pasado, el año pasado, para este año, no fue aprobado por el Congreso. Le tocó decretarlo y no podía decretar sino el inicialmente presentado, es decir no podíamos hacer cambios. Cerraron el debate del presupuesto.
Y después quise presentar, porque era desequilibrado, la ley de financiamiento y la politiquería me acabó la ley de financiamiento. Nos quitaron los recursos y hoy tenemos es un decreto con aplazamientos de gasto que pueden volverse recortes. Entonces, ¿de dónde sale la plata para afrontar lo que no esperábamos y ahora un Eln masacrando la población del Catatumbo? Conmoción.
Para eso sirve la Conmoción. No es para poner al Ejército a quemar ranchos, a sacar gente en masa para las cárceles. No, aquí el gobierno no pone al Ejército en esas tareas y lo dijeron.
El Ejército viene aquí a construir escuelas, claro, con la comunidad; puestos de salud, con la comunidad; viene a construir la carretera transversal del Catatumbo y tendrá que ser con la comunidad, porque no bastan los soldados.
Y muchos soldados tienen que dedicarse a cuidar que no maten a los otros soldados o a la comunidad. Tienen que cuidarme la frontera. Esa frontera tiene que volverse sagrada para el pueblo de Colombia, porque por ahí se puede acabar la soberanía nacional.
Si los señoritos de Bogotá no se dan cuenta que lo que se puede perder es Colombia y no simplemente unos recursos de unos impuestos, que no les gusta que les pongamos porque son los impuestos a los juegos de suerte y azar, son los impuestos a la exportación de petróleo y carbón que vienen aquí al Catatumbo. ¿Acaso el Catatumbo no sacó petróleo por décadas? ¿Cómo es que no puede volver una parte de esa riqueza del petróleo a solucionar problemas fundamentales de la sociedad catatumbera?
Los recursos
Es el presupuesto. Lo que hemos aprobado en este decreto es una adición al presupuesto con nuevos recursos y ahí me separo del CISCA porque si no hay Conmoción Interior el decreto deja de existir y no están los recursos y, por tanto, tendríamos que hablar para dentro de un año y yo creo que los problemas no dan espera.
Al Eln le encantaría. No, pues que no inviertan aquí. Mientras tanto vamos aquí sacando campesinos y poniendo otros que sean amigos y controlando el traqueteo de la región y manteniendo a la región en la cocaína y más y más violencia.
El decreto de Conmoción Interior quiero que lo discutan con sus comunidades.
— Ya me va a achicharrar aquí el sol como achicharró ya a la mitad de la audiencia. Ya va para acá. No está funcionando, mal puesto el parasol.
Quiero que lo entendamos bien. Escogemos unos recursos 2,7 billones, los invertimos todos en el Catatumbo, tiene que haber veeduría y cuidado obviamente. Una parte va para el Ejército, sí, a controlar la frontera y a decir que aquí no nos van a ver la cara de bobos. El Ejército defiende al pueblo y bajo este gobierno es así. Para defender el pueblo, son las armas del pueblo, las armas de la nación, no va a haber aquí violaciones de derechos humanos y el que lo haga me lo dicen porque se va. Va a haber es una lucha frentera contra quien no quiera la paz en el Catatumbo.
Pero también el Ejército va a ayudar a hacer obras sociales. ¿Y cuál es la lógica de esas obras? Hay que cambiar la economía del Catatumbo. Decía (Karl) Marx, para los que lo han leído o no lo han leído: la base de toda sociedad es la economía.
Cambiar la economía del Catatumbo
Cómo comemos, cómo sobrevivimos. Si no cambiamos la economía no cambiamos nada. Todo lo demás es como entrar a la misa y rezar. Hay quien piensa que sí se puede hacer milagros. Respeto eso, pero hay que cambiar la economía de la región.
Y la economía de la región básicamente, no únicamente, básicamente es hoja de coca. Hablo de Tibú y hablo de otras zonas del Catatumbo.
Pues eso es lo que tenemos que cambiar. Y el gobierno está dispuesto. No va a ser impuesto, ¡ojo! No venimos a quemar el rancho y a quemar el cultivo, no. Venimos a acordar las condiciones que permitan, en realidad, podemos estar equivocados. Yo nunca jamás he sembrado una mata de hoja de coca y no tengo ni idea. Maíz sí sembré.
Pero con ustedes mismos, ¿cómo se hace para que sea real el que se arranca la mata de coca por una hectárea, por dos, por lo que sea? Se paga por eso. Se pueda vivir mientras crece un cultivo legal y se pueda sostener el cultivo legal de corto o de largo plazo. De largo plazo, más difícil, pero más rentable.
Y se puede agroindustrializar. Eso es un billete, 362 mil millones de pesos hemos puesto para eso.
Pero el cultivo legal tiene que salir a algún lado. Tiene que haber carretera, tienen que haber facilidades, tiene que haber crédito barato, tiene que haber apoyo del Estado, tiene que haber salud, tiene que haber educación. Y vuelvo a repetir lo que ya aquí se ha repetido.
Pero es para una cosa fundamental. Son derechos universales, porque somos seres humanos en el Catatumbo. Pero económicamente es para cambiar la economía. De una economía que el mundo quiso bautizar como ilícita, por una economía lícita.
Compañeros y compañeras, si creemos que el Catatumbo va a seguir siendo productor de cocaína, que da una plata, porque todos sabemos que la da, no acabará la violencia y vendrán unos y después otros y después otros, cada vez más extranjeros, a definir la vida de las generaciones que habitan el Catatumbo. Yo diría: definir su muerte.
Este gobierno quiere hacer una alianza y es cambiar la economía del Catatumbo. El proceso, o digamos, el objetivo es simple: cambiar una mata por otra. Pero eso no es lo simple, hay que cambiar un sistema económico por otro y otro que garantice rentabilidad, progreso, riqueza.
No es a morirnos de hambre, es a enriquecer la familia y el territorio con unas condiciones que permitan, entonces, vivir bien. Aquí hice un parafraseo a (la vicepresidenta) Francia Márquez, inventó esa frase y ahora se la cobran. Pero es para gozar la vida, no para perder la vida.
Y las mujeres de aquí, de este presidente a punto de ser 8 de marzo, este presidente les pide a las mujeres catatumberas ser la vanguardia de esa transformación económica, con títulos sobre la tierra legales, con producción legal rentable y agroindustrializada, con organización libre y comunitaria, con poder de la ciudadanía en el Catatumbo. Nadie más es dueño de esta región que ustedes mismos. Nadie más.
Y ojalá con un Catatumbo sin armas, el poder del pueblo, poder popular, se llama eso, poder del pueblo, no de nadie más y menos de extranjeros que quieren dominar por codicia la vida de los niños y las niñas del Catatumbo.
No los pongo aquí a sufrir más con el sol.
Entonces, gracias por haberme escuchado, muy amables y esperaremos sus respuestas.
Gracias.
Olvidaba algo compañeros, de aquí, Tibú, fue un amigo mío que quiero recordar, un poeta, que fue alcalde de Tibú y que iba a ser gobernador de Norte de Santander y que asesinaron: Tirso Vélez.
¡Que viva Tirso Vélez en la nueva Catatumbo!
(Fin/for)