Alocución de Año Nuevo del presidente Gustavo Petro Urrego para todas y todos los colombianos

Bueno, aquí estamos en la tienda ‘La 10’, con el señor que es el dueño de esta tienda, Camilo Vesga Patiño, que viene de Barichara, Santander. Estamos en una esquina del barrio Pescaíto (en Santa Marta), ahí donde nació (Carlos) El Pibe (Valderrama). Ya tenemos manifestación aquí, apoyándonos, en el barrio. 

Pero venimos a esta tienda por una razón especial. Usted se metió al programa de tenderos, para poner paneles solares en todo el techo. En el mes de octubre le hicieron la instalación. Estamos en una de las zonas donde es más cara la tarifa en todo el continente americano. Y vinimos a ver cómo le había ido, comparando las dos facturas. ¿Cómo le fue? 

Camilo Vesga: Sí, bajó bastante, teniendo en cuenta que la factura se ve reflejada. Anteriormente llegaba por 1 millón 800 mil pesos, casi 2 millones de pesos, y se fue reflejando. Ya tenemos un ahorro casi de 600 mil pesos. 

Presidente Petro: Y vi que el consumo bajó a la mitad. 

Camilo Vesga: Empezó a bajar a la mitad, sí.

Presidente Petro: El consumo que va a la empresa Air-e bajó a la mitad. Eso significaría que, con una mejor fórmula tarifaria, que intento aprobar en el mes de enero del año entrante, usted tendría menor tarifa aún. 

Lo cierto aquí es que se demuestra que el panel solar en una región como esta, llena de sol, rebaja la tarifa eléctrica, no contamina, no produce CO2 y usted vive mejor.

Camilo Vesga: Sí, gracias, señor presidente. 

Presidente Petro: Bueno, aquí en esta esquina, ya rodeados de la multitud del barrio Pescaíto, yo creo que le voy a traer muchísimos clientes para el próximo año.

Camilo Vesga: Claro, sí, nos vamos a volver famosos. 

Presidente Petro: El año entrante, 2025, aquí se conmemoran los 500 años de Santa Marta, el primer poblado de España en América, pero que fue más bien árabe. Esa es una historia ahí que hay que contar. Pero yo quiero conmemorarlo de tal manera que no sea un acto de conquista, sino un acto cultural de encuentro entre la cultura caribe y la cultura samaria, la cultura que vino de España y que se mezcló aquí en esto que es un mundo muy musical, muy hermoso, la Sierra Nevada, el mar. Usted como cachaco se enamoró aquí.

Camilo Vesga: Claro, enamorado desde que me vine para acá, hace muchos años. Imagínese, me vine aquí a la edad de 18 años.

Presidente Petro: Era un pelado.

Camilo Vesga: Un peladito. Y aquí he estado, y aquí estoy. 

Presidente Petro: Usted sí sabe jugar fútbol como El Pibe.

Camilo Vesga: Sí, ahí, poquito a poco, pero ahí vamos andando.

Presidente Petro: Yo puse a jugar a El Pibe en los colegios de Bogotá. Eso fue un espectáculo. Lo quisiera otra vez de profesor, pero no sé cómo encontrarlo. Usted me lo encuentra. Gracias, don Camilo, gracias por su testimonio en esta tienda, que sirve de ejemplo.

Camilo Vesga: Y gracias por el programa que nos dio el señor presidente, Fenoge (Fondo de Energías no Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía), la señora Rosa, de Undeco (Unión Nacional de Comerciantes), que ella fue la que empezó a gestionar para que nosotros pudiéramos tener ese programa y poder estarnos supliendo desde el programa, porque la verdad es que, sin ese programa, con lo que nos han rebajado, con eso lo implementamos para poder surtir, arreglar más, exactamente.

Presidente Petro: Ya tiene usted un nieto, que va a nacer. 

Camilo Vesga: Sí, exactamente. Gracias, presidente, por el programa y por el regalo que nos dio.

Presidente Petro: Quiero a todos los colombianos y colombianas, obviamente, desearles un mejor año que este que ya pasó, que este tiene una serie de hechos importantes que quiero comentarles. 

Se termina el año que nos retó como proyecto colectivo. Nosotros no somos una persona: Petro; somos un proyecto colectivo de la sociedad colombiana, que por primera vez gobierna, que quiero hacerlo bien, proyecto que espero pueda mantenerse en la historia contemporánea de Colombia.

Hemos cerrado este año con mucha ilusión y cada vez más convencidos de que este es el camino para construir una Colombia justa y en paz. 

Desde el Barrio Pescaíto, Camilo, vamos a compartirles 11 logros; solo 11, entre muchos otros, pero que representan la manera en que estamos construyendo una Colombia diferente.

Poco comentan de ellos, ya saben ustedes por qué, pero por eso también vamos a hablar en estos canales sobre verdades que usted debe conocer. 

Solo en el año 2023 sacamos a 2 millones y medio de personas del hambre en Colombia. Oigan bien esa cifra: en solo un año, el primer año de mi gobierno, 2023, salieron 2 millones y medio de personas que, como usted, colombiano y colombiana que hoy me escucha, tendero, taxista, pequeña empresaria, campesina, obrero, hoy tienen un plato de sopa en su mesa para darle de comer a su familia, porque esas personas salieron de la pobreza. Solo esa cifra nos alegra el corazón y nos impulsa a seguir avanzando.

Ya en ese mismo año, 2023, habíamos logrado sacar de la pobreza monetaria, según el DANE, a 1 millón 600 mil personas. De nuevo, óiganlo bien, 1 millón 600 mil colombianos en solo un año salieron de la pobreza, y 1 millón 100 mil de la pobreza extrema en el primer año de gobierno.

Esperamos, cuando salgan las estadísticas, que dupliquemos o más esas cifras ya para el año 2024, que está a punto de terminar. 

En octubre, segundo punto, el DANE reportó un crecimiento de 2,9% real de la economía. Veníamos de cero. Estamos creciendo, efectivamente, en Colombia -y de una manera que me interesa muchísimo- porque lo propusimos en la campaña electoral.

No crecemos porque creció el precio del petróleo, porque sacamos más petróleo del subsuelo o carbón. Crecemos porque hay más agricultura, porque hay más industria, porque hay más producción, y lo que hace rico a un país, a una sociedad, es la producción. 

Por eso es que el desempleo cayó a 8,2% en la última medición de noviembre, que significa, ni más ni menos, sin ningún boom petrolero ni carbonero, como sí existió en el año 2013-14, la menor tasa de desempleo desde el año 2016 en Colombia.

Y, además, hemos reducido la inflación, que es el alza de los precios, de un 13% anual, que fue como la encontré con el presidente Duque, a 5% en solo 21 meses, a la mitad, exactamente, o menos de la mitad. 

La tasa de inflación de alimentos –cómo crecen los precios de la comida, que es lo que más interesa a un colombiano y a una colombiana–, imagínense, la recibí en 22% anual del anterior gobierno. ¿Saben a cómo está en este momento? En 1,7% anual. Del 22 al 1,7. Casi prácticamente 10 veces hemos reducido el crecimiento de los precios en Colombia, que es una de las cifras más bajas de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

Eso es importante porque si los alimentos no crecen tanto, y más crece el salario mínimo, y más crece el ingreso, incluso del trabajador informal, el hambre va desapareciendo de Colombia. Vamos llevando a esta sociedad a lo que prometimos: hambre cero. 

Por eso no es casualidad que una de las revistas más importantes del mundo en materia económica, The Economist, haya escogido a nuestro gobierno como el sexto con el mejor manejo económico del mundo en los países de la OCDE para el año 2024.

Les habían dicho que lo estábamos haciendo mal. Todos los días, por este mismo canal y otros, se lo dicen a usted: que el mundo entero iba a desechar a Colombia por nuestro gobierno progresista, porque gobernaba en Colombia alguien del que no se conocía bien su linaje, porque era descendiente de campesinos y quizás otras cosas peores. Debo decir que les mintieron; es todo lo contrario.

Colombia es ejemplo por la apuesta que estamos haciendo por un país basado, ya no en la codicia, en la mafia, en la muerte, en el que mata más, en el que gana más plata matando; en combustibles fósiles, sacando venenos a la atmósfera, como el petróleo o el carbón, que contaminan y nos llevan a la crisis climática, que cada vez es más dramática en todas partes del mundo, o a un conflicto en armas permanente.

Estamos construyendo es un país basado en la belleza, en su gente, en su diversidad, en su cultura y en la diversidad de su naturaleza. Junten esas dos cosas, cultura y naturaleza, y tienen una consigna: El País de la Belleza.

Tres: en el año 2024 se redistribuyeron 440 mil hectáreas de tierra de latifundistas, terratenientes, que la tenían improductiva, a campesinos humildes, que hoy la trabajan, produciendo comida para los colombianos. 

Esa cifra supera en 13 veces los resultados del gobierno de Duque, que solo compró 32 mil hectáreas, y que es uno de los compromisos centrales del Acuerdo de Paz del año 2016. 

Nosotros compramos a precio de mercado; no estamos expropiando, como nos acusaban algunas personas. Compramos haciendas a grandes propietarios, que no las tienen produciendo, y estamos entregando a comunidades pobres sin acceso a tierras, que sí quieren producir. 

Además, titulamos, escrituramos títulos de propiedad a personas que ya tenían tierra, pero que no les habían dado su título, legalizando su propiedad. En este momento llevamos 1,2 millones de hectáreas para familias en situación de informalidad.

Asimismo, en el agro, en el campo, se registró un crecimiento de producción de 9% anual. Es una cifra como la que presentaba la economía china, la que más crecía en el mundo: 8,9% anual, donde el café creció 33% en un año, la pesca 18% en un año, los demás cultivos agrícolas, excluyendo café, 9,5% en un año. 

Hemos logrado recuperar el campo de Colombia, y hay que seguirlo profundizando.

Con la ayuda del Congreso, convertimos en ley la política social más ambiciosa de la historia de Colombia reciente: la Reforma Pensional.

Comenzará a regir el año 2025, o sea, ya. Si la Corte Constitucional lo permite, 2,8 millones de viejos y viejas en Colombia, oigan esa cifra, casi 3 millones que hoy andan vendiendo por allá Bon Ice, bajo la lluvia, bajo el calor, en los parques, de noche, tratando de sobrevivir, a veces quedándose en una esquina con una ruana para poder dormir, sin nadie quien los proteja, muriendo en la soledad, a veces en las plazas de mercado, en edad en la que deberían es estar pensionados, llenos de amor, descansando, pero no tuvieron la oportunidad de cotizar; se robaron las cotizaciones de su vida.

Y los vamos a beneficiar con un bono de 225 mil pesos, que les devolverá dignidad a 3 millones de viejos y viejas en el país. Ya no tendrán que buscar en el día ni en la noche su sustento. 

Quinto: logramos concertar un pacto con el sector financiero, los bancos, para llevar 55 billones de pesos más en crédito, pero sobre todo a los trabajadores y a quienes por décadas fueron excluidos del sistema financiero, y se los entregaron fue al ‘gota a gota’ y a los matones de la banca mafiosa que hay en las calles de Colombia.

Según los datos que tenemos, este esfuerzo, que hemos llamado el Pacto por el Crédito, ha aumentado en 27% en un año los desembolsos a sectores como la agricultura, la manufactura y dentro de ellas a la economía popular, a la producción.

Seis: realizamos con éxito el evento más importante en la historia de Colombia: la COP16, la COP de la Biodiversidad. 

El planeta entero se dio cita en Cali para discutir la mejor forma de cuidar nuestro planeta. Aún no se ponen de acuerdo los políticos del mundo, pero mostramos nuestra naturaleza, nuestros hábitats y nuestras especies, nuestra gente, nuestra cultura, nuestra hermosura. 

Cali puso a Colombia en el corazón del mundo, y medios y periodistas de todas partes difundieron que la nueva imagen de Colombia no es más la violencia o la cocaína o la barbarie, sino la belleza y la diversidad de esta tierra.

Siete: muestra de esta nueva imagen de Colombia, porque para eso lo hicimos ante el mundo, en El País de la Belleza, es que hemos superado ya, por las cifras, los 6,2 millones de turistas internacionales -nunca antes había pasado- que están llegando y han llegado en el año 2024 a nuestro país.

De nuevo, oigámoslo bien, más de 6 millones de hombres y mujeres del mundo escogieron a Colombia para venir a descubrir su belleza inigualable.

Fuimos el país que más aumentó el turismo de América Latina y, a pesar de solo llevar dos años en el gobierno, ya pusimos a Colombia en el tercer lugar con más ingresos por turismo en la región, solo por detrás de México y República Dominicana. 

Lo habíamos dicho en campaña: se puede reemplazar las divisas del carbón, que ya no están comprando en el mundo, por las divisas del turismo internacional, simplemente mostrando nuestra belleza.

Ocho: cumplimos nuestra promesa de darles más autonomía a las regiones, tratar de transformar la región excluida en una región próspera. Ese es el secreto verdadero de la paz y es la incapacidad de esos dos siglos de Estado colombiano, porque hemos sido en la historia, no nosotros, otras generaciones, desde Bogotá, desde Medellín, desde Popayán, antes esclavistas, y entonces hemos excluido a la mayor parte de la población. Se ha manejado el país como si existiera una democracia hereditaria para unos pocos, lo que Gaitán llamaba una oligarquía hereditaria, y así no podemos construir paz.

Eso ha generado una desigualdad social que en este momento es la más grande del mundo, pero también una desigualdad entre las regiones. Las regiones más pobres empiezan a ser consumidas desde hace décadas por la violencia, por el narcotráfico. 

Junto con el Congreso, aprobamos la Reforma al Sistema General de Participaciones en la Constitución. Es una reforma constitucional fundamental, porque las regiones de Colombia, los municipios, van a recibir casi el 40% de lo que reciba la Nación en impuestos, el doble de lo que reciben actualmente. 

Esto significa obviamente riesgos, pero muchos más recursos también para proyectos de agua potable, para infraestructura territorial y que no se concentre en Medellín o en Bogotá; para la salud, para la vivienda, para la educación de la gente campesina, del hijo del trabajador, para el campo.

Nueve: somos el gobierno que más ha incautado cocaína en la historia de Colombia y en la historia del mundo.

En 2024 llegamos a la cifra récord de 848 toneladas incautadas, un aumento del 14% en comparación con el año 2023 y del 29%, casi el 30%, en comparación con el año 2022. 

Nuestra apuesta por dejar de fumigar campesinos, de quemarles los ranchos, de envenenarles las aguas y los cultivos, en cambio sí, enfocarnos en incautar a los grandes narcos su producción, de capturarlos, que ahora se va a extender a los dueños de los juegos ilícitos de suerte y azar y a los grandes contrabandistas de este país, que se han comido casi una décima parte del Estado para quebrar la industria nacional contrabandeando, que se va a extender en el 2025 para quitar las mafias del poder en Colombia. 

Décimo: para cerrar este año, he anunciado una gran noticia. El salario mínimo en el 2025, incluyendo el auxilio de transporte, va a pasar de $1.462.000 mensuales a $1.623.500 mensuales, lo que representa un incremento de un año al otro de $161.500 mensuales por trabajador o trabajadora, equivalente a un aumento del 11%. 

Y, finalmente, once, la oncena: en cuanto a la seguridad, todos los delitos se redujeron en Colombia, excepto la extorsión. El homicidio, el más grave de todos, reportó una reducción de 1,6%; espero que sea más, pero el que esté reduciéndose la criminalidad en Colombia es un balance supremamente positivo para el país.

Mi deseo para el año próximo es que estos datos y este buen caminar que comienza en Colombia nos una como colombianos y que lleguemos a consensos, a acuerdos, para que en Colombia las ideas en favor del pueblo sean por fin lo que nos ponga de acuerdo. 

Ya verán ustedes si logramos una unidad nacional alrededor de un programa como Colombia Solar, Camilo, que es paneles solares, pero en las casas de toda la gente de estrato 1 y 2 de Colombia. 

En el 2025, el compromiso de mi gobierno es entregar cada una de las promesas hechas.

Que el futuro de Colombia nos una, ese es mi deseo. Disfruten de estos días de descanso; que estas fechas de reflexión, de baile en las calles, en todas las ciudades de Colombia, sean un renacer para todos y todas ustedes. 

Feliz año, gracias por escucharme.